En los seis meses transcurridos desde la última Asamblea Nacional, muchos son los cambios sociales, económicos y políticos producidos tanto en la sociedad vasca como en el panorama internacional. Sin duda, los comicios del 22 de mayo han marcado un antes y un después en el contexto político, con la irrupción de Bildu, coalición de izquierdas y soberanista de la cual Alternatiba forma parte, en las instituciones de Hego Euskal Herria. Sin embargo, no podemos dejar de señalar otros acontecimientos.
La crisis sistémica no solo se ha perpetuado si no que ha generado más y mayores ataques contra la clase trabajadora, las personas paradas y los pensionistas. El Reino de España ha aprobado en este tiempo algunos de los mayores recortes de derechos sociales y laborales de Europa, con el aplauso o la complicidad de diversos agentes como el PNV, que no ha dudado en impulsar una dinámica creciente de conculcación de derechos.
Por el apoyo y la confianza de la ciudadanía trasladada en las urnas de las pasadas elecciones municipales y forales, Bildu ha sido una alianza exitosa, pero también necesaria, precisamente como respuesta a la coalición inquebrantable de una clase política corrupta y rendida hace tiempo a los designios de los mercados. Mercados que se han demostrado auténticos regidores de las políticas ya no solo económicas y sociales, con poder incluso para cambiar textos como la hasta ahora sacro-santa Constitución Española.
Alternatiba defiende, desde su creación, la articulación de las izquierdas soberanistas vascas, diversas en sus propuestas y concepciones pero unidas por parámetros básicos como la defensa de todos los derechos para todas las personas y pueblos, la defensa de la soberanía de Euskal Herria y su autodeterminación. Esos son los principios compartidos que nos hicieron participar en un proyecto esperanzador que ha recibido el apoyo de 313.000 personas, y los que nos han llevado a formar parte de una nueva coalición, Amaiur, que sumará aún más esperanzas por llevar el cambio político y social a la institución central del Reino de España.
Los últimos meses han sido de gran actividad para los y las militantes de Alternatiba que han trabajado con ilusión y responsabilidad en multitud de propuestas, programas y objetivos para hacer posible un cambio en Euskal Herria. Hoy podemos decir que Alternatiba ha salido notablemente reforzada de este proceso; reforzada en número de militantes, reforzada ideológicamente y reforzada en su apuesta inquebrantable por un socialismo multidimensional que defiende la democracia participativa, la lucha contra el patriarcado, la defensa del entorno y ondee la justicia social como bandera, que integre, en definitiva, todas las luchas en una sola agenda y que no priorice unas sobre otras. Alternatiba, lejos de diluir su mensaje dentro de la nueva coalición, ha incrementado y amplificado su actividad, dentro y fuera de Bildu, y lo hemos hecho aportando y aprovechando a la vez la fuerza de participar en la coalición.
Estos meses también nos han reafirmado en la necesidad de revolucionar la izquierda para poder revolucionar el mundo. En este tiempo hemos sido testigos de la indignación, la lucha y las protestas de millones de personas; de rebeliones contra dictaduras en África, de manifestaciones en Grecia contra sus liquidadores o, sin ir tan lejos, de las calles de Bilbao repletas para denunciar la actitud de un alcalde y un consejero de interior que han arrebatado un sueño social y cultural a sangre y fuego de las entrañas de un barrio. Alternatiba sigue comprometida con la búsqueda de nuevos modelos que permitan la articulación de movimientos sociales.
El calendario también recuerda que la normalización política en Euskal Herria, a pesar del inmovilismo de algunos, está más cerca que nunca. El alto el fuego de ETA, el proceso de verificación, el desarrollo del Acuerdo de Gernika, la disolución de Ekin o la ausencia de parte de la violencia contrasta, sin embargo, con la cerrazón de algunos gobiernos, la perpetuidad en la vulneración de derechos políticos de miles de personas o en sentencias como la del caso Bateragune que condenan a dirigentes políticos que abiertamente han declarado que la lucha armada sobra y estorba. Alternatiba se ha implicado en todos aquellos pasos encaminados a la resolución del conflicto, y ha exigido que desaparezca cualquier agente que pretenda tutelar las decisiones que solo corresponden a la ciudadanía vasca, sea ETA o estamentos reaccionarios como la Audiencia Nacional.
Alternatiba, en coalición con la izquierda abertzale, Eusko Alkartasuna y Aralar, afronta una nueva cita electoral con más fuerza, más ánimo y más capacidad que nunca, dispuesta a construir una Euskal Herria radicalmente diferente en un mundo radicalmente diferente, objetivo al que nos acercará más el disponer de una voz potente en Madrid. Sabemos que, una vez más, seremos mucho más que la suma de las partes, porque seremos depositarios de la confianza de personas muy diferentes, personas a cuya disposición ponemos nuestra lucha, nuestra ilusión y nuestra esperanzas en la búsqueda de alternativas.
Bilbao, 8 de octubre de 2011