1 de mayo

Mesa de modelo económico social alternativo de Alternatiba

Los mismos que han generado la crisis, quienes están poniendo al planeta en el límite ecológico de sus capacidades, quienes han provocado los niveles actuales de paro y la precarización de los sectores populares, son además los que quieren salir inmunes de la actual situación, ahondando en la conculcación de nuestros derechos como trabajadoras y trabajadores.

Pues ha llegado el momento de decir no, de decir basta:

Basta de que recaigan sobre nosotr@s la responsabilidad de vuestras políticas y medidas injustas.

Basta de reformas y propuestas que no hacen sino empeorar la situación de nuestras vidas, sin tocar vuestros bolsillos.

Basta de mentir, porque sí hay alternativas a vuestra administración de miseria e injusticias.

En las últimas décadas las rentas salariales han ido reduciéndose progresivamente, mientras que los beneficios empresariales no hacían más que crecer. Esta es precisamente la máxima fundamental que se sigue actualmente en Europa, y en los gobiernos del Reino de España y de Euskadi y Nafarroa: los beneficios empresariales deben mantenerse, a toda costa.

De ahí provienen las propuestas de aumentar la edad de jubilación a los 67 años –cuando hay un enorme paro juvenil, que aumentaría con dicha medida-; de ahí proviene la pretensión de abaratar el despido, o de subir hasta los 24 años la edad para recibir un contrato como joven; de ahí la pretensión de la Comisión Europea de aumentar la jornada laboral hasta las 65 horas; de ahí el aumento de los horarios de apertura de los grandes centros comerciales; de ahí provienen las ayudas a las empresas, mientras que el gasto social se reduce; de ahí la revisión a la baja de condiciones laborales, fruto de la directiva Bolkenstein; de ahí las limitaciones para reconocer los derechos de las trabajadoras del hogar; de ahí el mantenimiento de empresas tóxicas, y de ahí la actual ley de extranjería, que garantiza la explotación sin papeles; de ahí que cada vez sean más las trabajadoras y trabajadores con contrato legal que viven bajo el umbral de la pobreza.

Frente a esta huída hacia delante, frente a más de lo mismo, los y las trabajadoras debemos decirles muy claramente que no estamos dispuestas a aguantar, que su modelo es injusto e ineficaz, y que vamos a construir entre todas y todos un nuevo modelo alternativo, que defienda nuestros derechos, que priorice la dignidad del ser humano, no los beneficios de unos pocos. Y que, además, es viable. ¡Otro modelo económico y social es posible y necesario, empecemos a construirlo!

Así, creemos que lo primero es aumentar la calidad y la cantidad del empleo. Para ello, proponemos reducir el tiempo de trabajo para repartir el mismo, pero sin reducción salarial –¡que se afecten las enormes tasas de ganancia!-; además es necesario avanzar en un Salario Mínimo Interprofesional Europeo al alza, que garantice una vida digna, así como una reforma legal que garantice a las trabajadoras del hogar los mismos derechos laborales y de seguridad social que el resto de trabajadores/as.

Creemos en que el necesario rebajar la edad de jubilación a los 60 años, y las pensiones se podrá financiar por la vía más oportuna, incluido el sistema impositivo; además, es necesario alterar los sistemas de cómputo para las mismas –años mínimos de cotización, prioridad dado a los últimos años- para que se adapte mejor a la realidad de cada persona. 

     Creemos que es necesario aumentar sustancialmente el gasto público en servicios sociales, invirtiendo en la mejora de los servicios públicos, revirtiendo así el proceso de privatización actual; apostar por un impulso a la vivienda de alquiler –siempre manteniendo la propiedad pública-, empezando por incorporar al mercado público las viviendas vacías; apostar por servicios que garanticen un sistema público de cuidados eficaz; apostar por una educación pública, laica, emancipadora y equitativa para mujeres y hombres; apostar por la investigación pública de conocimiento a largo plazo.

Estas y otras medidas son las que Alternatiba ha definido como un decálogo de propuestas que pretenden hacer visible, viable, y concreto que se pueden ir construyendo alternativas al capitalismo, y además hacerlo desde la lucha contra el patriarcado, el racismo y el conjunto de sistemas de dominación vigentes.

Para ello, es necesario unir fuerzas, aglutinar esfuerzos, golpear duro. Apostamos por la convergencia de las izquierdas en Euskal Herria, y por un sindicalismo vasco, de clase y combativo, que no se contente con migajas, sino que se confronte con los gobiernos actuales y con las patronales. El famoso diálogo social no ha resultado más que la última engañifa, donde el desequilibrio de poder es patente, y donde se escenifica una negociación inexistente, con decisiones tomadas en otros ámbitos para revestir de apoyo social y sindical a el comité de expertos creado por Patxi Lopez.

¡Por un sindicalismo vasco de confrontación!

¡Por un modelo alternativo al capitalismo!

¡Viva el primero de mayo!

Aberri Eguna: Desde abajo y a la izquierda

El próximo domingo 4 de abril se celebra el Aberri Eguna, y desde Alternatiba queremos celebrar este día reivindicando una vez más el ejercicio efectivo del derecho de autodeterminación y la construcción nacional de Euskal Herria desde la superación de los diferentes sistemas de dominación vigentes: capitalismo, patriarcado, productivismo, racismo, democracia formal y asimilacionismo cultural.

Precisamente desde Alternatiba entendemos que todas estas dimensiones de lucha deben estar presentes en el Aberri Eguna, y que sólo avanzando e incidiendo al unísono sobre todas ellas estaremos construyendo un país verdaderamente democrático, equitativo y justo.

Por esa razón, nos oponemos a quienes intentan descafeinar el significado de esta celebración, contraponiéndole la del 25 de octubre –día del estatuto-, fecha que sacraliza un status quo superado por los acontecimientos y la voluntad del pueblo vasco.

Pero también por ese motivo nos oponemos a quienes, únicamente desde posturas esencialistas y folklóricas, pretenden reivindicar una nación, una arcadia, que niega los múltiples conflictos políticos, sociales y ambientales existentes en nuestro territorio. No hay nación sin igualdad, no hay nación sin derechos para todas las personas.

En este sentido, entendemos la construcción de Euskal Herria como un proceso de generación de más ciudadanía, de ampliación de libertades y derechos, y no únicamente como la defensa de una serie de símbolos y costumbres.

Así, nos hubiera gustado poder celebrar esta efeméride de manera conjunta con todas las fuerzas soberanistas y de izquierdas, lo cual no ha sido posible. No obstante, Alternatiba está empeñada en participar en la futura unidad de la izquierda vasca desde nuevos enfoques, tejiendo y haciendo real el sueño de miles de personas en Euskal Herria: generar una izquierda fuerte, plural, democrática y radical, que se enfrente con determinación a las lógicas imperantes de represión, conculcación de derechos individuales y colectivos, desigualdad y pobreza.

Así, y basándonos en estas premisas, queremos expresar que:

Es necesario garantizar todos los derechos (individuales y colectivos) para todas las personas que viven en Euskal Herria.

Es urgente que ETA cese de forma unilateral su acción violenta. La legítima aspiración de una Euskal Herria libre y soberana no pasa en ningún caso por sostener ni apoyar, ni de forma directa ni indirecta, el ejercicio de la violencia para la consecución de fines políticos.

Es imprescindible que se restablezcan todos los derechos conculcados por los sucesivos gobiernos del Estado español, tales como el derecho de asociación, libertad de expresión, manifestación, etc., procediendo a la derogación de la Ley de Partidos, creada ad hoc para ilegalizar a la izquierda abertzale oficial y posibilitar gobiernos que no se sustentan en la legitimidad popular.

Es apremiante la necesidad de no dejar arrinconada la contestación desde la izquierda a la lógica neoliberal que de forma servil aplican los gobiernos de Gasteiz e Iruñea. Debemos ser capaces de contraponer a sus medidas, nuestras alternativas por una sociedad, un país, feminista, ecologista, socialista.

Debemos ser capaces de generar dinámicas de acumulación de fuerzas desde la izquierda, que sostengan de forma real y sincera una confrontación política con los gobiernos actuales para revertir la actual deconstrucción nacional y social de nuestra sociedad.

Este es el sentido con el que reivindicamos el Aberri Eguna las mujeres y hombres de Alternatiba. Ojalá en años venideros podamos alegrarnos de nuestros avances en la consecución de estos objetivos, y lo podamos hacer desde la pluralidad, todas las gentes que consideramos que Euskal Herria existe, y que es necesario que sea de izquierdas.

Alternatiba apoya todo el proceso de la marcha mundial de mujeres

Mesa de feminismo de Alternatiba

El 8 de Marzo, Día internacional de las Mujeres, saldremos a la calle para decir una vez más que este sistema nos oprime y nos discrimina. Para decir que la pobreza, la precariedad, la violencia, tiene rostro de mujer. Saldremos a las calles para exigir ser libres para decidir sobre nuestro cuerpo, para vivir nuestra sexualidad de la manera que queramos, para ser autónomas económicamente, para vivir una vida sin violencia, para no ser invisibilizadas constantemente y a diario, en definitiva, para ser ciudadanas de plenos derechos.

Pero este 8 de Marzo, además de tomar las calles de Euskal Herria para gritar alto y claro que nuestras reivindicaciones siguen vigentes y que la lucha continúa, queremos hacerlo uniendo nuestras voces a las de todas las mujeres comprometidas con un mundo sin patriarcado, sin dominaciones y sin injusticias. De esta manera, nos unimos a la Tercera Acción Internacional de la Marcha Mundial de las Mujeres, que se celebrará desde este día y hasta el 17 de octubre.

La Marcha Mundial de las Mujeres es un movimiento social internacional feminista, formado por grupos y organizaciones de base que trabajan para eliminar las causas estructurales de la pobreza y de la violencia contra las mujeres. En este sentido, la idea de crear una red internacional de mujeres surge en Montreal en octubre de 1998, cuando mujeres de 65 países y territorios se juntaron para la preparación del primer encuentro de la Marcha Mundial de las Mujeres, que se celebró el 8 de marzo de 2000. Ese mismo año se organizaron acciones y manifestaciones por todo el mundo, con la participación de 6.000 grupos de 161 países y territorios. Además, en este primer encuentro, se elaboró el documento con las 17 reivindicaciones mundiales de la Marcha para la eliminación de la pobreza en el mundo y la eliminación de la violencia contra las mujeres.

Y es precisamente dicho documento donde se presenta uno de los postulados fundamentales de la Marcha: la lucha contra todas las formas de desigualdad y discriminación hacia las mujeres. Esto requiere, por una parte, tener una visión global de las diferentes causas de dominación de las mujeres (sexo, clase, raza, opción sexual,..); además, por otra parte, se debe tener presente la articulación entre patriarcado y capitalismo, opresión y explotación, ya que ambos sistemas de dominación se fortalecen y se retroalimentan. En este sentido, es necesario cambiar el mundo para cambiar la vida de las mujeres, y a la inversa. El objetivo de la lucha no es integrar a las mujeres en el modelo económico y social actual, sino cambiar el modelo para que todas las mujeres, no sólo algunas, seamos libres.

Es por ello que la Marcha considera estratégica la construcción de alianzas con otros movimientos, para generar colectivamente alternativas mundiales a las políticas neoliberales actuales. De esta manera, además de articular diferentes luchas en torno a una misma agenda, la MMM articula lo local y lo internacional. La Marcha tiene como objetivo fortalecer la autoorganización de las mujeres a partir de lo local, para ir articulándose también en los niveles nacional, regional, e internacional. Se vincula el trabajo local con los temas globales, imposible separar lo uno de lo otro.

Precisamente esta visión integral y global de la lucha convierte a la MMM en un movimiento transnacional que engloba a organizaciones y colectivos amplios y diversos: Hay mujeres del ámbito rural y urbano, mujeres de diferentes etnias y religiones, mujeres con sensibilidades diferentes y múltiples experiencias, con enfoques diferentes pero con un objetivo común: la voluntad de superar el orden actual injusto que provoca violencia y pobreza en las mujeres.

Lamentablemente, este objetivo aún sigue vigente. Por eso este año 2010 dará comienzo la Tercera Acción Internacional de la Marcha Mundial de las Mujeres. Se realizarán diferentes acciones en África, América, Asia/Oceanía y Europa, en torno a los 4 campos de acción de la Marcha: Bien común y servicios públicos; Paz y desmilitarización; Trabajo de las mujeres; Violencia contra las mujeres. Este proceso dará comienzo este próximo 8 de marzo, y finalizará el 17 de octubre, Día Internacional por la Eliminación de la Pobreza, con una movilización internacional en Sud Kivu (República Democrática del Congo), para expresar la solidaridad internacional con las mujeres que viven en situaciones de guerra y reivindicar su protagonismo en la resolución de conflictos.

Entorno a estas reivindicaciones marcharemos todas juntas, por un cambio político, económico, social y cultural: Mujeres en Marcha hasta que todas seamos libres.

Que la paguen ellos

Amaia Agirresarobe
Oskar Matute
Jonathan Martínez

Alternatiba

No todo el mundo es capaz de capear una crisis económica con igual fortuna. Por poner un ejemplo, el BBVA ha terminado 2009 con 4.210 millones de euros de beneficios y ha jubilado a Goirigolzarri por tres millones al año. Por poner otro ejemplo, Hego Euskal Herria ha terminado 2009 con 168.854 personas en paro, un 66% más que en junio de 2008. Las cifras son escandalosas.

A pesar de todo, quieren hacernos creer que ellos, los administradores del modelo económico que nos ha llevado a la ruina, son los mismos que nos van a rescatar de esta crisis gracias a las falsas recetas mágicas del capital privado. Hablamos de nuestros gestores políticos, PSE y PP, aferrados a su gobierno del cambio vasco, y UPN, que galopa a su antojo en Nafarroa con la condescendencia de PSN. Hablamos de PNV y Hamaikabat, hermanados con Patxi López en un pacto presupuestario colectivo. Hablamos del PSOE en el Gobierno español, cuyas cuentas han sido generosamente avaladas por el PNV.

Esta situación de pacto general permitirá a cada cual conservar su parcela de poder sin que se muevan ni un milímetro los mismos esquemas económicos fracasados de otros tiempos. Los insultos mutuos y las respuestas despechadas en la prensa forman parte de una burda escenificación. Las enemistades quedan aplazadas a la hora de repartir el tesoro. Entonces apelan a la unidad frente a la crisis, como si la crisis fuera una desgracia inevitable que hemos de padecer a escote, un trance pasajero, fruto del azar, ante el que no se puede hacer otra cosa que tragar saliva. Como si la crisis no fuera la consecuencia lógica de un modelo económico en quiebra que aún se empeñan en alimentar.

Y hablamos, cómo no, de la banca y de la patronal, grupos de interés a los que no hemos elegido en las urnas, pero que ejercen un poder omnipresente sobre nuestra vida diaria. El sanedrín de sabios que aconsejará a Patxi López es el ejemplo más triste de un político sin ideas que entrega su gobierno a los juegos financieros de las multinacionales. La patronal estará encantada de hacer realidad sus sueños, que son nuestras pesadillas: recortes públicos, reducción de salarios y precariedad obligatoria. Es la privatización de la democracia.

Los distintos planes de lucha contra la crisis que nos ofrecen estos gobiernos están hechos al servicio de empresas amigas. Malgastan nuestros fondos públicos en obras absurdas que no nacen de la necesidad social, sino de las exigencias privadas. La ecología es el enemigo. Es así como Petronor elige una planta de coke en Muskiz, como Iberdrola y Endesa eligen no cerrar la central nuclear de Garoña, como las constructoras eligen el TAV, el Superpuerto de Pasaia o el Guggenheim de Urdaibai. Ellos eligen y todo el mundo paga.

Mientras tanto, se multiplican los EREs, se extiende la pobreza, y la precariedad se convierte en una insoportable plaga. Las mujeres continúan recibiendo salarios menores que los hombres, sufren más la temporalidad y son mayoría entre las personas que no reciben ninguna prestación social. La juventud trabaja en las peores condiciones. Las ETTs reparten esclavitud. La especulación es ley de vida y la corrupción un arte noble. La vivienda no es un derecho, sino un pivilegio que se paga en cómodos plazos de usura.

Pero al contrario de lo que nos cuentan, no hemos perdido la capacidad de producir riqueza, sino el hábito de repartirla. Que no intenten engañarnos, que no recurran a la crisis para justificar sus destrozos. Su crisis, que la paguen ellos, sus responsables, los administradores de injusticia y miseria, los gestores de un orden social y económico trasnochado y decadente que hace aguas por todas partes.

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Aborto libre y gratuito


Ana Etxarte, Euken Barreña eta Carmen García

Alternatiba

En Alternatiba, durante este mes de noviembre, hemos decidido lanzar la campaña Si ellos parieran el aborto sería libre. Los derechos no se negocian ni tienen plazos. ¡Aborto libre y gratuito!, en defensa de uno de los derechos de las mujeres más vulnerados: el de decidir sobre su propio cuerpo.

No es casualidad que esta campaña haya visto la luz durante el presente mes, cuando se celebra el día internacional de la no violencia contra las mujeres. Desde Alternatiba entendemos que la consideración del aborto como delito, la tutela que se quiere imponer a las mujeres sobre su capacidad de decisión, y la conculcación de su derecho a que las interrupciones del embarazo se practiquen en la sanidad pública, son otras fórmulas de violencia patriarcal, y como tal deben ser denunciadas.

De esta manera, no podemos sino oponernos al proyecto de ley del aborto del PSOE, por tres razones fundamentales: no respeta la libre decisión de las mujeres, limitando así el ejercicio pleno de sus derechos sexuales y reproductivos; no establece medidas concretas y claras que garanticen la práctica del aborto en el sector público; y no saca al aborto del código penal. Además, esta propuesta de ley, tibia y cobarde, está estrechamente vinculada a las diferentes campañas orquestadas por la jerarquía eclesiástica, los mal llamados grupos pro-vida -grupos anti-elección sería un nombre más apropiado- y los partidos políticos afines, que atentan de manera sistemática contra la dignidad de todas las mujeres.

En este sentido, la derecha y el social-liberalismo se unen, desde diferentes perspectivas, para enfrentar la capacidad de las mujeres a ejercer su derecho a decidir cuándo y cómo ser madres, y es necesario que las diferentes

fuerzas sociales y políticas que defendemos el fin de toda violencia contra las mujeres alcemos la voz y salgamos a la calle, acompañando al movimiento feminista.

Además, queremos basar nuestra defensa de los derechos en datos reales, y no en los debates infundados a los que el lobby anti-elección nos quiere conducir. Así, el pasado 5 de noviembre, el Ministerio de Salud presentaba el informe con los datos recogidos sobre las IVE (Interrupciones Voluntarias del Embarazo) practicadas durante del año 2008. Este informe nos ofrece una serie de datos importantes: se han producido 115.812 interrupciones voluntarias del embarazo; el 98,01% se han realizado en clínicas privadas; el 88,70% se efectuaron antes de las 12 semanas de gestación, y alegando problemas de salud materna -96,96%.

Esta es la realidad de la práctica de la IVE: primero, a pesar de que ésta es una de las prestaciones del catálogo de servicios que figura en la Ley Orgánica de Sanidad, prácticamente la totalidad de embarazos se producen en clínicas privadas, con grandes desigualdades además entre comunidades autónomas; segundo, la inmensa mayoría de embarazos interrumpidos se producen en los primeros tres meses de gestación, poniendo en entredicho el supuesto efecto-llamada que pudiera tener una legislación sin plazos; tercero, la vigencia de los derechos de las mujeres siguen siendo tutelados por el personal sanitario y de la judicatura, que son quienes deciden en última instancia; y cuarto, la legislación actual, que sigue considerando al aborto como delito, genera un alto nivel de inseguridad para mujeres que abortan y para los y las profesionales que los practican -podemos tomar como ejemplo lo sucedido en la Clínica Isadora de la Comunidad de Madrid, cuyo caso ha sido archivado por considerar que los hechos investigados no eran constitutivos de delito, después de dos años y medio de diligencias-.

El movimiento feminista ha denunciado durante años esta realidad, y ha exigido una regulación que respetara en primera instancia el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos, su sexualidad y su maternidad. Tenía el PSOE por tanto una oportunidad única de poder promover una ley que fuera amplia, y que permitiera dar respuesta a todas las críticas que desde el movimiento se planteaban, garantizando así plenamente la práctica del aborto en el estado español.

Desgraciadamente, las esperanzas se han frustrado. Sí que podemos señalar algunos avances mínimos: ya no es necesario el consentimiento materno-paterno para abortar de los 16 a los 19 años –simplemente se equipara el aborto al resto de intervenciones sanitarias, que ya contemplaban esta medida-, y se establece el plazo de 14 semanas para abortar libremente -aunque esta medida nos coloca en la cola de las legislaciones más progresistas-

Pero lo que abunda, fundamentalmente, son las oportunidades perdidas, e incluso el incremento de la conculcación de derechos: se sigue estableciendo un sistema basado en plazos y supuestos, que en última instancia colocan el derecho a decidir en los tribunales y en el personal sanitario, quienes, a través de informes y comités, podrán señalar si las mujeres que deciden abortar tiene legitimidad para hacerlo o no; estos plazos y supuestos, en algunos casos, profundizan en la incapacidad de las mujeres para tomar decisiones, aumentando la cantidad necesaria de dictámenes médicos y de especialistas; la decisión de las mujeres sigue siendo condición necesaria, pero no suficiente, estableciendo medidas como el período de tres días de reflexión que tienen que cumplir las mujeres que quieren abortar, profundizando así en la imagen de que las mujeres que abortan lo hacen irreflexivamente, y que siempre es mejor obligar a que se tomen unos días para que se lo piensen mejor; no se entra a regular cómo se va a garantizar que la práctica de los abortos se realice en el sistema de sanidad pública, haciendo únicamente una vaga referencia al respecto en su capítulo II -donde se señala que los poderes públicos garantizarán la salud sexual y reproductiva-, pero no se específica cómo con la nueva legislación se pretende dar la vuelta a ese 1,9% de abortos realizados en la sanidad pública -dato directamente vinculado a la falta de protocolos comunes, falta de equidad en las distintas comunidades autónomas, dificultades de acceso de las mujeres, etc.-; a su vez, tampoco regula la objeción de conciencia del personal sanitario, cuando se sabe que éste ha sido otro de los motivos que ha limitado la atención en los centros de salud públicos, al ser la objeción no una cuestión meramente individual, sino en ocasiones de todo el centro.

Y así existe un largo etcétera de razones por las que es necesario incidir en la incompatibilidad de esta propuesta de ley con el derecho de las mujeres a decidir, como se recoge en el Manifiesto de Mujeres ante el Congreso.

Es por ello que nuestra campaña como Alternatiba va a solicitar una ampliación de la propuesta de Ley planteada. Consideramos que la nueva legislación debe garantizar el aborto gratuito para todas las mujeres. Y sobre todo consideramos que el aborto es una cuestión vinculada a los derechos de las mujeres, y que como tal, debería ser suficiente con la voluntad expresa de las mujeres para decidir si quieren abortar. Por eso decimos que los derechos no tienen plazos, y que además no se negocian.

No se negocian con aquellos grupos que quieren presentar esta cuestión como un tema moral y de defensa de la vida. No se negocian con aquellos grupos que utilizan esta cuestión para defender un modelo de vida basado en la familia tradicional y en la defensa de determinados valores, que consideran universales, frente a la libertad de decisión de las personas. No se negocian con la jerarquía de la Iglesia católica, que sigue sin entender que la religión es una cuestión vinculada al ámbito privado, y que al margen y por encima de sus creencias el estado tiene la obligación de garantizar el ejercicio de todos los derechos para su ciudadanos, y también, por más que les pese a algunos, para sus ciudadanas. No se negocia con aquellos que confunden con sus artimañas y campañas a la opinión pública, y que no permiten que el aborto se debata entre todas la personas, con toda la información y conociendo todas las propuestas. Porque estamos convencidos/as de que si ellos parieran el debate sería otro…. ¡salimos a la calle por el aborto libre y gratuito!

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SOS: derechos y libertades

Luis Salgado, Amaia Agirresarobe y Oskar Matute

Alternatiba

Decía Bertolt Brecht en alusión a la época que le tocó vivir, que “tiempos difíciles son aquellos en los que hay que luchar por lo que resulta evidente”. Sin duda han pasado muchos años desde esta aseveración, pero perfectamente podría aplicarse al momento que nos toca vivir en Euskal Herria y en el mundo.

Resulta evidente que toda sociedad democrática que se precie debe hacer su máxima principal de la vigencia de los derechos y libertades para todos y todas. De igual manera, resulta evidente que en dicha sociedad, compuesta por hombres y mujeres libres, la violencia no tiene cabida alguna.

Pero, desgraciadamente, estas premisas teóricas no se cumplen en la práctica cotidiana de nuestro pequeño y atribulado país. De esta manera, además de la vulnerabilidad general en la que se encuentran los derechos de la mayoría de personas y pueblos de este planeta, Euskal Herria está viviendo actualmente una espiral muy preocupante de conculcación de los derechos civiles y políticos. Así, es necesario y urgente responder de una manera clara y contundente: todos los derechos para todas las personas.

En este sentido, no descubrimos nada, ni decimos nada nuevo, si afirmamos que ETA, con su violencia irracional, es un claro agente vulnerador de consecuencias éticas, políticas y sociales nefastas para la convivencia y el desarrollo social en nuestro país; por lo tanto, la denuncia de su estéril y dolorosa estrategia militar es ineludible.

En cualquier caso, la existencia de esta violencia, que debe cesar de inmediato y para siempre, no puede ni debe servir de coartada para la conculcación sistemática de derechos y libertades, que de forma continuada y preocupante vienen reproduciéndose en nuestro territorio.

Así, desde hace ya bastante años, la respuesta que el estado y sus aparatos han dado frente a la violencia de ETA ha sido la de profundizar en las vías represivas, negando derechos y libertades básicas y generando una fractura social que acompaña a la fractura identitaria que preconizan con sus palabras y sus hechos.

Es obvio que en Euskal Herria, y a modo de laboratorio de pruebas, se han puesto en pie iniciativas, algunas de ellas de carácter legislativo, que suponen una estocada mortal al basamento democrático de nuestra sociedad.

Para ilustrar tal aseveración baste con citar, y a modo de ejemplo de un corolario más amplio, tres hitos o elementos que la avalan:

El estado español y su gobierno siguen mirando hacia otro lado ante la reiterada denuncia de Amnistía Internacional y de otros organismos autónomos sobre la práctica de la tortura por parte de los cuerpos policiales del estado. La aceptación y ocultación de la tortura no sólo envilece a quien la practica, sino que mancha a quienes la toleran o la aceptan.

El estado español y su gobierno siguen despreciando decisiones mayoritarias del parlamento vasco, y negando de paso su pretendida soberanía, al mantener la cruel e inhumana política de dispersión para los presos y presas de Euskal Herria. Esta, además de ser contraria a la ley desde el punto de vista de la reinserción y resocialización que debe guiar la política penitenciaria, supone un castigo añadido a aquellos y aquellas que nada han hecho, sus familiares.

El estado español y su gobierno han puesto en marcha una ley, conocida como ley de partidos, que, fabricada ad hoc para eliminar a una sensibilidad política legítima, recorta derechos y libertades básicos como el de asociación, manifestación, expresión y participación política. Esta ley, amén de la rentabilidad electoral evidente que produce para quienes la sostienen y defienden, supone un ataque frontal al sistema de libertades públicas, y dada su laxa interpretación, sirve para detener y encarcelar a dirigentes políticos molestos para los turbios intereses del gobierno. Ahí cabe enmarcar la detención de Arnaldo Otegi, Rafa Díez y otros.

Bastan estos ejemplos para hacernos una composición de lugar del momento político en que nos encontramos. No obstante, desde Alternatiba creemos que no es momento de resignación, ni de aguardar a que lleguen tiempos mejores, escondidos y escondidas en nuestros refugios.

Es momento de hablar claro, de denunciar, y de hacer. Si la superación del sistema económico, social y político dominante ha sido objetivamente impedido -en parte por la persistencia de la violencia de ETA-, es el momento de que ésta desaparezca, permitiendo así la articulación de unas relaciones fluidas entre las diferentes izquierdas de Euskal Herria, que hagan de la unidad de acción no una excepción sino una práctica constante.

Es también momento de poner en evidencia lo ridículo de las actuaciones llevadas a cabo por el departamento de Interior, capitaneado por el señor Ares, en la persecución de ideas y proyectos legítimos. Hay por tanto que denunciar el papel arbitrario de los aparatos judiciales que actúan bajo mandato del poder político.

Es, en definitiva, tiempo para que la izquierda plural y diversa de este país ponga en pie una denuncia clara y contundente de los desmanes producidos por uno y otro lado, porque si no lo hace la izquierda, nadie lo hará.

Además, no queremos dejar pasar la oportunidad para señalar con claridad que Euskal Herria no vive aislada, que los recortes de derechos y libertades son, lamentablemente, una práctica general en nuestro planeta. Quizás aquí los suframos, en estos ámbitos específicos, con especial intensidad, pero se trata de una triste realidad global.

Que no se nos olvide a quienes nos sentimos de izquierda que los derechos son pisoteados por el poder de diferentes formas. Lo son cuando no se ponen en pie políticas de igualdad efectiva y real para lograr los derechos de las mujeres, cuanto existe una parte de la ciudadanía que goza de menos derechos que el resto por la única razón de haber nacido en un lugar del que no tuvieron más remedio que marchar. Lo son cuando los derechos de los trabajadores y trabajadoras son pisoteados sistemáticamente para aliviar la situación de quienes con su ambición han provocado la crisis que sufrimos. Lo son cuando nuestro derecho a un medio ambiente sostenible es sacrificado con macroproyectos para mayor beneficio de las mínorías/de las personas/de los grupos…de siempre.

Sin duda, desde la izquierda en Euskal Herria, tenemos una agenda repleta de situaciones que revertir, y en nuestras manos está empezar a hacer, o seguir lamentándonos y contentándonos con sus migajas. Las gentes de Alternatiba lo tenemos claro, hay que construir la izquierda: todos los derechos para todas las personas.

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