La apuesta inequívoca de Alternatiba por avanzar en el proceso de paz y normalización en Euskal Herria se convierte en un elemento fundamental de nuestra acción política.
Creemos que la izquierda alternativa, en nuestro caso Alternatiba, ha de ser un actor colaborador en todo este proceso. Porque nos importa y confiamos en la posibilidad de asentar un escenario de paz y soluciones democráticas en nuestro pueblo.
Una contribución que hacemos en conexión con nuestro compromiso con la democracia radical. Compromiso este último incompatible con el ejercicio de la violencia ejercida en contra de derechos individuales.
Somos conscientes de la posibilidad real de avanzar en el camino de la paz, de transformar un ciclo de violencia política en otro marcado por la ausencia de violencia y restablecimiento de un axioma básico e irrenunciable para Alternatiba: todos los derechos para todas las personas en toda Euskal Herria.
Es por tanto nuestro objetivo y compromiso el de alcanzar una paz justa y duradera, una paz participada y trabajada no de espaldas a la sociedad vasca sino junto a ella, de la mano de ella.
Porque una paz justa y duradera solo es posible si todas las partes afectadas entienden que han participado de un proceso del que no han salido derrotadas. Que han contribuido a generar un nuevo escenario mejor para todos y todas. Una situación en la que la sociedad gana, ganamos todos y todas. Por ello, no nos reconocemos en los discursos de quienes desde una pretendida necesidad de victoria moral exigen vencedores y vencidos. La paz es cosa de todos y todas, y a todos y todas nos tiene que permitir valorar lo positivo del paso dado.
Por eso, a diferencia de otros procesos fallidos, este ha de contar de forma permanente con la sociedad civil. No se trata de interpretar lo que dice, piensa o anhela. Se trata de interpelarla de forma continua y hacerla motor y actor protagonista de este proceso de paz y soluciones democráticas.
En los últimos meses se han dado pasos muy importantes, que no queremos dejar de mencionar; de entre muchos destacamos los siguientes hitos o gestos:
– Declaración del acuerdo de Gernika para la consecución de un escenario de paz y soluciones democráticas.
– Arranque del trabajo del Grupo Internacional de Contacto (GIC).
– Declaración de tregua por parte de ETA en forma verificable, permanente y unilateral.
– Cese de las amenazas, extorsión y violencia de baja intensidad atribuible a ETA.
– Adhesión del colectivo de presos y presas políticas vascas (EPPK) al acuerdo de Gernika.
– Puesta en marcha del comité internacional de verificación para el desarme.
– Mientras se producían estos hitos, la movilización social ha sido una constante y ha permitido canalizar y hacer latente las ansias de una paz justa de la sociedad de Euskal Herria.
Así, desde Alternatiba, entendemos que si somos capaces de colaborar en el afianzamiento que esta dinámica de pasos encadenados ha puesto encima de la mesa, estaremos en disposición de avanzar en los aspectos resolutivos de un proceso que transita del enconamiento, el empate infinito entre ETA y gobierno y la justificación de acciones propias en reacción de las ajenas, hacía un escenario nuevo y mejor para nuestro pueblo.
Por todo ello, desde nuestro punto de vista, en estos momentos es preciso afianzar las siguientes cuestiones:
– Compromiso colectivo en favor del diálogo, la negociación y el respeto a la voluntad de la sociedad vasca libre y democráticamente expresada como valores resultantes de la superación del ciclo violento.
– Una apuesta clara y decidida, en el presente y en el futuro, en favor de la exclusividad de las vías pacíficas, políticas y democráticas como método de resolución y confrontación de ideas y proyectos políticos diferentes.
– Necesidad de pasar de la unilateralidad a la multilateralidad. Todos los agentes implicados (ETA, gobierno, cuerpos armados, etc.) deben dar pasos para afianzar un escenario de paz, o al menos no oponerse y destruir los que otros dan.
– Abordar la problemática de las personas presas en todas sus dimensiones (acercamiento, derogación de la cadena perpetua encubierta conocida como doctrina Parot, excarcelación de quienes sufren enfermedades incurables, etc.)
– Restitución de los derechos civiles y políticos para el conjunto de la sociedad vasca. Legalización de SORTU como opción política legal.
– Dar pasos para avanzar hacía un escenario en el que agentes diversos, e incluso confrontados anteriormente, se unan en torno a la reivindicación de todos los derechos (humanos, civiles y políticos) para todas las personas. Sin duda, este esfuerzo colectivo y diverso, propiciaría la posibilidad de asistir al reconocimiento del dolor causado con independencia de su procedencia (ETA, GAL, cuerpos de seguridad, etc.)
– Explicitar que cualquier proceso de negociación entre ETA y Gobierno debe acotarse a lo relativo a desarme, desmilitarización de EH y presos/as.
Así, desde Alternatiba, creemos que la consecución de los objetivos antes señalados, nos permitiría iniciar con garantías un proceso de reconciliación social de cara a construir un escenario de convivencia que garantice la irreversibilidad del proceso y una paz justa y duradera.
Una paz que para que sea justa y duradera, como reiteramos a lo largo del texto, ha de prestar especial atención a la participación en la misma de mujeres y jóvenes. Ambas presencias son desde nuestro punto de vista fundamentales para garantizar que conceptos tales como la reconciliación, la convivencia y la paz no sean impuestos desde arriba sino construidos desde abajo. Siendo en este sentido preferible un proceso lento con arraigo social y suma que no uno en el que la base de la sociedad asista como espectadora y no logre entender y por lo tanto asumir.