Iagoba Itxaso – Militante de Alternatiba
Una autónoma con algún empleado a su cargo, una pareja dueños de una pequeña tienda de barrio en la que trabaja alguien más que ellos mismos, el miembro de una sociedad limitada con pocos trabajadores… todos ellos son empresarios y miembros de la patronal.
Todos ellos, siguiendo teoría escrita ya hace muchos años, parecen miembros de lo que se viene a llamar la pequeña burguesía. Aunque la realidad es que cuando se creó este término la sociedad era distinta a la que tenemos hoy en día. Gracias entre otras cosas a muchos años de lucha obrera, es muy fácil encontrar un trabajador con experiencia y un buen puesto, que tiene unos ingresos muy por encima que uno de esos empresarios y miembros de la patronal. También es fácil imaginar que ese trabajador bien remunerado o con muchos años cotizando, tenga ciertas inversiones que le convertirán de facto en algo que bien podríamos denominar pequeña burguesía -y que algunos denominan aristocracia proletaria-, como acciones de bolsa y otro tipo de bienes. El caso es que a veces para alguien puede ser difícil ver a uno de estos trabajadores, como una cosa distinta a un obrero de toda la vida, y a un empresario como los que comento, como algo que no sea la patronal explotadora, sin duda captando de forma excesivamente literal ciertos discursos de izquierda tradicional.
Pero al igual que en la revolución industrial, cuando el sistema se apoyaba en el esfuerzo del trabajador; actualmente, y también en Euskal Herria, el sistema igualmente se sustenta en el sacrificio de las microempresas, en esos pequeños negocios que incluso suelen llevar el apelativo de “familiares”. Más de la mitad de los trabajadores son contratados por PYMES y gran parte de estas PYMES son microempresas. Microempresas que debido al sistema neoliberal que impera actualmente, se sitúan en clara desventaja respecto a la competencia. No en vano son siempre los primeros afectados por una crisis financiera como la que estamos viviendo. No hay más que darse un paseo por cualquier oficina de una entidad bancaria para consultar como, en los momentos más difíciles, cuando mantener la facturación precisamente requiere nueva inversión, simplemente no hay crédito para las microempresas. Todos sabemos que una parte del índice de paro actual, está formado por esos emprendedores a los que no se ha sabido defender cuando han llegado las vacas flacas. Esos emprendedores no sólo han tenido que despedir a sus trabajadores, sino que ahora están arruinados y ahogados por las deudas. Porque el pequeño empresario, ese emprendedor que se hace autónomo o forma su pequeña empresa, por supuesto firmó el crédito o créditos necesarios para llevar a cabo su actividad con su aval personal, esos créditos que sostienen en un alto porcentaje el sistema financiero.
Este sistema actual que por un lado dice alentar a los emprendedores -y en Euskal Herria de eso no falta-, por el otro pone techo a su crecimiento. Ante dificultades limita las posibilidades de su supervivencia, de existir estas posibilidades, a un esfuerzo continuo, que muchas veces significa pura autoexplotación por parte del autónomo o socio asalariado de la empresa. No hay que ser un parado de larga duración para darse cuenta de que este sistema no funciona. Tengo bien claro que un autónomo que no llega a fin de mes incluso metiendo sesenta horas a la semana y va a tener que despedir a su único compañero para irse ambos también al paro, puede ver que esto de la “libre competencia europea” no es un juego en el que las reglas se hayan realizado pensando en él, y que si se ha hecho, no ha sido como jugador, sino como peón.
Pero si incluso como yo se tiene la suerte de pertenecer a una microempresa solvente, que ha sabido ganarse un hueco en su mercado, que tiene un motor que funciona incluso en el peor terreno imaginable en su sector; incluso con esta perspectiva; puede resultarte fácil mirar a tu alrededor y ver cómo este sistema capitalista neoliberal sólo nos lleva a mayor desigualdad, y a la destrucción de lo que hemos creado.
Hoy tenemos un gobierno español que no merece ni de cerca denominarse socialista que, más allá de haber recibido el legado de unas políticas cortoplacistas destructoras, han reaccionado tarde y mal, atendiendo punto por punto lo que les ordenaban unos neoliberales europeo,s a los que no les importa ampliar la desigualdad hasta lo insostenible en el estado español con tal de persistir en sus feudos. Mañana ese gobierno del PSOE dejará via libre para el que viene, ese Partido Popular neoliberal extremo que “cómicamente” será un gobierno continuísta en lo económico respecto al del PSOE.
Desde Euskal Herria el PNV supone un enemigo de la microempresa allá donde consigue cuota de poder, y es que no hay más que echar un vistazo, por ejemplo, a la crisis comercial bilbaína y sus orígenes, para poder argumentar tal afirmación. Ahora, tras apoyar al PSOE en su suicidio, y teniendo un discurso en lo económico que no dista del clásico del PP, en la nueva legislatura española sólo podrán representar un papel de lucha contra una supuesta recentralización y a favor de un más que supuesto autogobierno.
Para mí resulta tremendamente sencillo tachar a las políticas neoliberales y la derecha actual, como un atentado contra el obrero, simplemente echando un vistazo a la naturaleza de las medidas que se han impulsado desde Europa. Si estás de acuerdo con esta afirmación podrás ver que de la misma forma, son también un atentado en contra del autónomo, del microempresario e incluso del pequeño empresario. Naturalmente, a la larga, si realmente comprendemos por qué el neoliberalismo y este sistema capitalista no funciona, podremos ver lo siguiente: que la derecha actual y quien le sigue el juego, está en contra de todo aquel que no esté preparado para recoger las ganancias y levantar el vuelo en el momento adecuado, incluso aunque forme parte de ese 1% del que hablan los estadounidenses.
Eres autónomo, tienes tu pequeño negocio o eres socio de una microempresa, sí; y tu hogar es una Euskal Herria gobernada por los neoliberales; pero comprendes que o abrazamos unas alternativas socialistas inteligentes, o no tendremos futuro. Comprendes que la defensa de la clase trabajadora es tu defensa, porque eres un trabajador. No permitas que ideas ancladas en el pasado pasen por tu cabeza y te digan que puedes ser un pequeño burgués, y que tu lugar no es la izquierda. No, no lo permitas, porque la derecha también apoya sobre tu espalda su sistema explotador, porque tú también formas parte del Pueblo Trabajador Vasco y nadie puede decirte lo contrario, porque tú también debes luchar por la defensa de Euskal Herria, y porque no será desde la derecha ni desde España desde donde vendrán las alternativas. La alternativa viene de casa, y desde la izquierda; esa nueva izquierda real que ha conseguido ponerse de acuerdo para formar la mayor alianza de nuestra historia con un claro objetivo. Una izquierda plural que quiere decir desde las instituciones españolas que hay otro modo de gobernar y que, desde una perspectiva completamente internacionalista, necesitamos el derecho a ser pueblo y a decidir como pueblo, para poder llevar adelante esa nueva forma de gobernar igualitaria y socialista. Por eso voy a votar a Amaiur, porque es una coalición que me defenderá en el congreso y senado españoles, porque nos defenderá a todos.