Entrevista de la periodista de El Correo Lorena Gil al candidato de EH Bildu por Bizkaia y compañero de Alternatiba Oskar Matute, con fotografía de Yvonne Iturgaiz.
Oskar Matute (Bilbao, 1972) asegura que EH Bildu saldrá el 10-N a «fortalecer» sus posiciones –en abril obtuvo cuatro escaños; entre ellos, el suyo–. Cabeza de lista por Bizkaia y líder de Alternatiba, uno de los tres partidos que componen la coalición abertzale, llama a la unión de los soberanistas y si algo tiene claro es que «Cataluña es el escenario, pero el problema es de fondo».
En las pasadas elecciones se quedaron a poco de formar grupo propio, ¿lo ven más complicado esta vez? Somos fiables. Dijimos a la gente que íbamos a hacer una cosa con nuestros votos y lo hicimos. Además, nuestra apuesta política está más vigente y más urgente que nunca. Cataluña es el escenario, pero el problema es de fondo.
¿Temen perder el escaño alavés a manos del PP? Hay quienes piensan que es una anomalía que EH Bildu tenga un diputado en Álava y el PP, no. Pero probablemente sea porque tienen una visión de Álava más anclada en lo que era hace veinte años. Ha habido una evolución sociológica y eso se nota en las elecciones.
La candidatura la lidera esta vez Mari Mar Blanco. Como dicen los deportistas: ‘un equipo bueno se mide con rivales fuertes’. Que gasten todo lo que puedan, lícito o no lícito, para tratar de recuperar el escaño.
EH Bildu presentó una propuesta, que después retiraron, para que el Parlamento vasco exigiera a PP, Ciudadanos y Vox que no utilizaran «el territorio vasco con el objetivo de obtener votos fuera de aquí». ¿Fue un error? Se hizo bien al retirarla. Nosotros no planteamos que no puedan venir a Euskal Herria, lo que hemos puesto en práctica son acciones de protesta pacífica para mostrar el enfado porque se utilice como escenario para discursos que no favorecen la convivencia, como en Miraballes o Rentería.
Vox también ha hecho actos a puerta cerrada, como el del Palacio Euskalduna, y la protesta acabó con incidentes. Están en su derecho a venir, eso no está en cuestión, pero tienen que ser conscientes de que puede que haya gente que diga de manera pública que no les representan. A mí me han lanzado extintores en actos a puerta cerrada en el Estado español. Yo no aplaudo ni fomento actitudes violentas. Nunca lo he hecho.
Cataluña y la exhumación de Franco, ¿han despertado a la derecha? Despertar, despertar… a Franco, que después de tantos años lo han sacado de paseo y han permitido un funeral de Estado. No sé si eso despierta o no a la derecha, lo que sí ha demostrado es que el franquismo sociológico sigue muy presente y que algunos son muy responsables de que haya decidido salir del armario. Nosotros tenemos memoria antifranquista.
¿A usted también le representa Ibarretxe, como a Otegi? Sí. Yo voté como parlamentario el ‘plan Ibarretxe’, y no me arrepiento. Hizo un intento valiente por llevar a este país hacia un nuevo escenario de autogobierno. Desnudó la naturaleza del Estado español, cuando fue allí y no quisieron ni debatir su propuesta. Eso es el Estado, cuando tiene que abordar un tema espinoso como es la plurinacionalidad su respuesta es siempre el portazo.
¿Qué le parece que se comparen los disturbios de Cataluña con la kale borroka en Euskadi? Yo no deseo que ningún pueblo tenga que pasar lo que hemos vivido aquí y no creo que los catalanes quieran ir a un escenario como el que tuvimos nosotros. Todo podría volver a una senda de civismo si fuéramos capaces de encontrar cauces de diálogo. EH Bildu, en la medida en la que sea capaz, impulsará cualquier punto de encuentro. La responsabilidad de quien pudiendo dialogar no lo hace es manifiesta.
En los pasados comicios firmaron un acuerdo estratégico con ERC. Entiendo que sigue en pie. Se ha reforzado con la declaración de la Llotja. El soberanismo tiene que ser capaz de hacer diagnósticos y propuestas de acción conjunta. Hace no mucho tiempo se nos echaba en cara que éramos incapaces de encontrar a alguien que se sentara a negociar con nosotros. Hoy estamos rodeados de aliados. Si tenemos enfrente a un Estado que da coletazos involutivos y quiere liquidar la plurinacionalidad, parece razonable que quienes no queremos que eso ocurra, trabajemos para evitarlo. Esa es una vía que debe sumar a más gente, no solo a soberanistas.
El PNV sigue haciendo gala de ser el único partido vasco que consigue cosas para Euskadi. ¿Cómo esperan contrarrestar ese mensaje? Creo que el PNV tiene dificultad para diferenciar entre el Gobierno vasco y el partido. Si durante cinco días a la semana nos dicen que el Ejecutivo está negociando con el Estado para la consecución de tal transferencia, no puede ser que los otros dos nos digan que el PNV lo ha conseguido. Su socio tiene que estar cabreado. No sé si tienen una relación abierta… Pero si el PNV, con entre 5 y 7 diputados, consigue cosas, quienes firmaron la declaración de Barcelona sumamos unos treinta… La política no tiene solo que ver con la labor comercial, que también, es muy importante el fondo. Con lo que está ocurriendo en Cataluña, si Euskal Herria esconde la cabeza como el avestruz es muy probable que al final mantengamos la cabeza, pero nos quedemos sin plumas.
En su día EH Bildu se abstuvo en la investidura de Pedro Sánchez. ¿Volverían a hacerlo? EH Bildu optará siempre por no ser obstáculo para conformar un Gobierno de izquierdas. No digo del PSOE. Los socialistas pueden tener la tentación de gobernar con otra gente o haciendo políticas que no son de izquierdas. Y ahí no nos encontrarán.
¿Contemplan que el PP se abstenga? Es una realidad creciente. Hay un riesgo evidente de que PSOE y PP nos vendan una especie de acuerdo excepcional para desbloquear la situación.