Entrevista de Anibal Malvar en CTXT a nuestro compañero ‘Bikila’ en torno a la obsesión de las derechas de ligar EH Bildu a la extinta ETA.
Era 13 de agosto de 1995 y el titular de El País informaba: ETA amenaza en un comunicado a [José Antonio] Ardanza y [Carlos] Garaicoetxea. El 15 de junio de 2005, la periodista Genoveva Gastaminza escribía en el mismo diario: “Aralar, el partido escindido de Batasuna por su rechazo a la violencia, ha iniciado una campaña de solidaridad –recogerá firmas de apoyo– con su líder, Patxi Zabaleta, quien ha sido recientemente objeto de insultos y amenazas de ETA y sus presos”.
Dos de los citados como posibles objetivos de la banda terrorista son hoy “filoterroristas”, “herederos” de ETA y “proetarras”, según el contundente y limitado diccionario de adjetivos que la derecha española aplica cotidianamente a Bildu. En Bildu se integra Eusko Alkartasuna, partido fundado por el amenazado Garaikoetxea –primer lehendakari de Euskadi– en 1986, tras escindirse del PNV. La coalición abertzale también acoge a Aralar desde 2017, partido hoy disuelto y fundado por Zabaleta, otro de los amenazados por la organización terrorista. Conclusión: o ETA gustaba de amenazar a los suyos o algo falla en el relato de Pablo Casado, de Santiago Abascal, de Inés Arrimadas, y Bildu no es ETA.
Joxe Iriarte Zabaleta, alias Bikila (Rentería, 1945), empezó a militar en ETA con 19 años, cayó detenido con 21, pasó por la clandestinidad y fue uno de los escindidos de la VI Asamblea que, en 1970, abogaban ya por el abandono de las armas y la adopción de la vía política como hoja de ruta para la izquierda abertzale. Historiador y teórico además de político, con una bibliografía que abarca media docena de obras, en 2015 se integró también en Bildu desde Alternatiba.
A ver si me aclara usted la paradoja. ¿En los gérmenes de esta Bildu filoetarra –por usar la terminología de nuestra derecha–, hay personas que fueron amenazadas por ETA?
En parte es cierto y en parte es más complejo. Hay que tener en cuenta que Bildu, en estos momentos, agrupa a corrientes que, en el pasado, estuvieron muy alejadas de lo que era la izquierda abertzale, como el caso de Garaikoetxea y de su formación política. En el caso de Patxi Zabaleta, sí es una escisión propia de la izquierda abertzale. Luego hay otro sector más minoritario, que provenimos de lo que se llamaba izquierda revolucionaria o izquierda radical, que tuvo en esa época una posición difícil de entender fuera de Euskadi: llamábamos a votar a HB, pero siendo muy críticos con ETA. Nosotros, amenazas no hemos tenido. Yo no he sido amenazado por ETA. Pero sí hemos tenido fuertes controversias, fuertes encontronazos políticos que se traducían en broncas en los pueblos, pintadas amenazantes… Hemos formado parte de un sector conflictivo con ETA, pero no creo que se pueda decir que fuéramos directamente amenazados.
Sin embargo, las hemerotecas sí recogen las amenazas a Garaikoetxea, a Zabaleta y a otros miembros de Aralar. Usted mismo promovió y firmó, en 2005, un manifiesto de apoyo a Zabaleta tras aparecer su nombre en un zutabe (boletines de ETA).
Yo no creo que ETA amenazase a Garaikoetxea. Lo de Zabaleta es más particular, porque cuando una organización se divide… En alguna revista interna de ETA sí hubo alguna amenaza. Cuando yo estaba en una organización que ya desapareció, que se llamaba Zutik, hicimos una alianza electoral con Aralar. En varios pueblos aparecieron pintadas contra gente nuestra, llamándonos traidores y otras cosas.
Hay un relato institucional que sostiene que la democracia ha derrotado al terrorismo. Llamar democracia a lo que ha significado la acción del Estado sobre Euskadi es algo que no comparto
Según los baremos de PP, Vox y C’s, e incluso del PSOE, eso de las pintadas sí se considera una amenaza.
Se puede considerar, pero los que hemos vivido en este país sabemos diferenciar muy bien lo que es una bronca, por sectarismo político, de lo que es una amenaza de ETA. Una amenaza de ETA era una cosa muy seria. Te obligaba a aguantar en Euskadi, sabiendo lo que te podía venir, o a largarte del país. Lo otro era parte de la bronca política y el sectarismo.
¿Hay en Bildu herederos de ETA?
Si Bildu se ha conformado, fue sobre la base de que ETA abandonaba la actividad. Sin eso, Bildu no se hubiera construido. El debate era antes entre vías violentas y vías políticas. Ese debate desapareció.
Está preparando un libro sobre todo aquello.
Hay un relato institucional que sostiene que la democracia ha derrotado al terrorismo. Yo con eso no estoy de acuerdo. Llamar democracia a lo que ha significado la acción del Estado sobre Euskadi es algo que no comparto. Como tampoco comparto la historia oficial del mundo de la izquierda abertzale, que sostiene que, en su momento, la violencia tuvo su razón de ser y luego ya no. Pienso que la acción de ETA ha sido nefasta, no solo por la crueldad de sus actos, sino por lo que supuso para el propio desarrollo de la izquierda vasca. La izquierda vasca tendría hoy otra dimensión si no hubiera tenido que aguantar a ETA, sobre todo en los últimos 15 años, que supusieron un deterioro horrible de la situación.
¿Era justificable ETA cuando usted se integró, durante la dictadura franquista?
Era legítima. Estratégicamente, ya entonces yo cuestionaba que fuera útil. Con una dictadura asesina que disparaba primero y preguntaba después, que salga un grupo que responda con las armas yo lo considero legítimo. Pero discrepaba estratégicamente, no era la vía mejor. Y, de hecho, nosotros nos esforzamos en otra estrategia.
Parece que el PSOE también mantiene un cordón sanitario con Bildu, como si vuestros votos o vuestras abstenciones les apestaran. Como si no asimilaran que las armas han desaparecido. A veces los veo más alineados con la derecha, esa que os llama herederos de ETA.
El PSOE está preso de la opinión mediática española. Cualquier movimiento mínimo que haga sobre derechos humanos o sobre los presos, inmediatamente supone que todas las fuerzas de la derecha, y no solo de la derecha, le pongan contra la pared. Eso obliga al PSOE a decir que no quieren saber nada con Bildu. Pero esa no es la realidad. La realidad en el Parlamento vasco, y en todos los sitios, es que hay una relación política. En Rentería, donde vivo yo, gobierna Bildu, y su relación con el PSOE es completamente normal. Y en Navarra, donde el PSOE decía que no quería saber nada de Bildu, al final ha tenido que elegir una opción: ¿con quién pacta?, ¿con la derecha cavernícola o con Bildu? La discusión de presupuestos la han realizando con Bildu, no con la derecha Navarra. El PSOE, poco a poco, y lo mismo le va a ocurrir en Catalunya, se va a tener que habituar a discutir y operar con nosotros. Incluso en el PP sucederá. Hace unos días, Borja Sémper decía que dejaba el PP por razones personales. Pero si lo analizas un poco, ha venido a decir que no se reconoce en un PP que sigue operando como si ETA continuara matando. Hoy hay más virulencia en ese sentido que cuando ETA mataba. Yo he conocido a ETA interviniendo y que se organizaran recibimientos a presos con normalidad. Ahora no dejan pasar una. Llevas un pin pidiendo el acercamiento de los presos y se te vienen encima. Eso también tiene que ver con el surgimiento de Vox, una derecha filofascista que ha hecho del tema uno de sus ejes políticos. Ahora mismo, cosas que antes eran normales provocan que se te vengan encima. Incluso cuando escribes. Tal cosa la escribía yo antes con normalidad, con ETA actuando, y no me pasaba nada. Ahora escribo lo mismo y ya no sé si me van a venir encima.
El PSOE está preso de la opinión mediática española. Eso obliga al PSOE a decir que no quieren saber nada con Bildu. Pero esa no es la realidad
¿Se refiere a los jueces?
Exactamente.
¿Cómo va a poder convivir Bildu con el PSOE en este ambiente?
Bildu es una opción soberanista de izquierdas que plantea un confederalismo democrático, pero en la vida política española va a llevar una línea progresista de izquierdas. Todas las iniciativas que el PSOE pueda realizar, y que consideremos progresistas, las vamos a apoyar.
¿Hay confianza en que el PSOE, ahora que va a necesitar de los escaños de Bildu en más de una ocasión, intente ofrecer una visión más didáctica de lo que puede ser ahora mismo la izquierda abertzale?
Soy muy escéptico. Por la presión de esa derecha desenfrenada que, sobre cualquier tontería, ya monta una pirula. Piensa en los acercamientos de presos. Por razones no solo humanitarias, sino legales, por los años que llevan muchos de ellos en la cárcel, ya tienen derecho al tercer grado. Todo eso está legalmente establecido. Y, sin embargo, ya se monta la pirula.
¿Se puede normalizar su situación más temprano que tarde?
Es absolutamente necesario. La sociedad tiene que reconocer que aquí no se está pidiendo impunidad. Toda la gente de ETA está cumpliendo condenas severísimas, cosa que no ocurrió con los GAL ni con los terroristas y golpistas de extrema derecha, que salieron a la calle echando virutas. Solo el hecho de aplicar a los presos la legalidad, ya supondría un avance impresionante. Si no lo hacen es por miedo a que los traten de colaboracionistas. Los que al franquismo le aplicaron el borrón y cuenta nueva aquí siguen diciendo que ni olvido ni perdón. Lo que quieren es venganza. La derecha encontró un filón ahí. En un conflicto de tantos años… ETA ha dejado muchos pelos en la gatera. Hay mucha gente perjudicada.
Eso lo supieron rentabilizar muy bien PP y Ciudadanos, y ahora, sin duda, Vox, aunque en Euskadi sea residual, con menos de 2,5% de los votos en las últimas generales.
Pero Vox se atreve a ir por los pueblos diciendo a los de Teruel Existe que los van a fusilar, y no pasa nada. Si alguno de nosotros le dijera algo parecido a uno de Vox, el ruido mediático que se montaría sería ensordecedor.