Laura Gomez – Directora de Igualdad de la Diputación Foral de Gipuzkoa
Hoy se celebra el Día Internacional contra la Homofobia y la Transfobia, y desde la Dirección de Igualdad de la Diputación Foral de Gipuzkoa deseamos enviar todo nuestro apoyo a los colectivos que salgan a la calle en favor de esta causa, a sus reivindicaciones y a su trabajo cotidiano. Así mismo, invitamos a toda la ciudadanía a participar de esta jornada y sus vindicaciones. Pero también, con motivo de este día, queremos compartir nuestra lectura acerca de esta cuestión e invitar a la reflexión sobre ello, si cabe.
Desde algunos sectores feministas, se han realizado críticas a ciertas líneas políticas GLTB (gays, lesbianas, transexuales y bisexuales) en muchas ocasiones por invisibilizar a las propias lesbianas y por priorizar a los varones homosexuales en la toma de decisiones. Ejemplo de ello, es que en nuestro Día Internacional no aparece ni siquiera la palabra «lesbofobia», como ejercicio de visibilización y de acción positiva hacia las lesbianas.
Otras políticas como las de normalización e integración también han sido duramente criticadas, ya que suponen transigir con el actual sistema, en vez de transformarlo. Las políticas asimilacionistas y asistencialistas presuponen la existencia de un cuerpo anómalo, abyecto y enfermo que hay que normalizar, que hay que curar, que hay que aceptar. Ejemplo de ello es la transexualidad, en la actualidad considerada un trastorno de identidad, definida como disforia de género, e inscrita de este modo en los manuales internacionales de siquiatría (DSM-CIE), lo cual supone que estas personas deban ser diagnosticadas como enfermas mentales para comenzar su transformación.
La normalidad y la normativización pueden ser aun más peligrosas. Es el caso de los bebés intersexuales, que nacen con una genitalidad ambigua, biológicamente perfectamente funcionales, pero ambiguos estéticamente. Estos bebés son sometidos a un sin fin de operaciones, los volvemos enfermos crónicos, para que encajen con un ideal de cuerpo, de sexo y de genero.
Creemos que es necesario visibilizar el dolor y la violencia que genera el actual sistema de sexo y de género. El hecho de que tengamos que clasificar al nacer a los niños y las niñas, inscribir los cuerpos en identidades de genero, orientaciones sexuales estancas, y roles y estereotipos previamente definidos. El género debiera ser elegido, construido individual y colectivamente, desde la libre elección. No nos interesan los géneros definidos desde la hegemonía sexista, desde el azul y el rosa, desde el activo y la pasiva, el fuerte y la débil, el agresor y la víctima… Nuestra sociedad necesita replantearse los géneros, es fundamental repensar la reproducción social en un marco amplio y no solo pensado desde el modelo heterosexual.
Entonces, ¿en qué se puede traducir la lucha contra la lesbofobia, la transfobia y la homofobia desde una mirada transfeminista en las políticas públicas desde la Dirección de Igualdad de la Diputación Foral de Gipuzkoa? En trabajar desde una lectura transversal del género, lo que implica leer todas aquellas discriminaciones que atraviesan las personas, específicamente aquellas que tengan que ver con el género, el sexo y el cuerpo. Y en aplicar esa lectura a todas las áreas en las que trabaja, sin olvidar que se debe atender la vulnerabilidad específica de algunos colectivos, como, por ejemplo, el trans.
De esta forma, cuando hablamos de violencia machista, por ejemplo, no hablamos solo de la violencia que se da en el marco de la relación de la pareja heterosexual. Las agresiones a lesbianas, trans, homosexuales, queers y bisexuales las entendemos como tales. Es más, la entendemos como la violencia machista estructural y cultural que sufren los cuerpos por transgredir las normas en cuanto a identidades de género y prácticas sexuales.
Por eso somos partidarias de apoyar medidas que no patologicen y que no tutelen a las personas trans en su proceso. Necesitamos sensibilizar y trabajar desde un empoderamiento que cuestione los estereotipos de género y proponga nuevas posibles formas de ser, amar y existir al margen de la normatividad tiránica de género actual.
Creemos, además, que la violencia contra las mujeres y la discriminación contra las personas trans, lesbianas u homosexuales comparten la misma raíz y que provienen de los mismos fundamentos. Por ello, es necesario que pensemos que la cuestión de la transfobia, la lesbofobia o la homofobia no es algo de unos pocos colectivos, o de unas pocas personas, sino algo que tiene que ver con la libre gestión de la identidad de género y la libertad en las prácticas sexuales de toda la ciudadanía.