El 29 de noviembre de 1947, la Asamblea General de la ONU adopta la resolución 181 II, que establece la partición del Mandato británico de Palestina en dos estados, uno judío y otro árabe. A partir de entonces se agudiza la “Nakba” (catástrofe) como se denomina en árabe al proceso continuo de colonización y limpieza étnica de las tierras y comunidades por parte del sionismo y que, si bien ya se venía produciendo desde antes con la complicidad y acompañamiento de las potencias coloniales, empieza a legitimarse internacionalmente con aquel “acuerdo” al que se opuso el propio pueblo palestino. En ese momento, la población judía solo poseía el 7% de las tierras de Palestina.
Han pasado muchos años de lucha y resistencia, en una como tantas otras batallas donde, paradójicamente, los pueblos apoyan solidariamente los legítimos derechos del pueblo palestino, mientras que la mayoría de gobiernos y poderes fácticos defienden las políticas e intereses del gobierno israelí. Más colonización, más limpieza étnica, más desplazamientos y refugio, más encarcelamientos, más apartheid, más discriminación… es el día a día que sufren las gentes de Palestina. Y, no nos llevemos a engaño, hay un claro culpable: Israel y sus cómplices, a quienes hay que señalar, con nombres y apellidos. No debemos normalizar esta catástrofe: Hay una potencia ocupante y un pueblo ocupado.
Es por ello que desde la Mesa Internacionalista de Alternatiba, hacemos un llamamiento a unirse a las diferentes actividades y concentraciones solidarias convocadas para este día lunes 29 y especialmente la campaña de BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones) al Estado de Israel, siendo una herramienta más de lucha legítima del pueblo palestino.