La Coordinadora Nacional de Alternatiba lamenta profundamente la pérdida de Mariano Gómez Sanz, todo un referente de las luchas sociales cuyo primer gran frente fue el movimiento por la insumisión, del que fue pionero: «yo no quería aprender a utilizar un arma ni aprender a matar, no creía en los enemigos, todos los pueblos formamos parte de una misma humanidad», decía hace pocos años recordando el movimiento antimilitarista que, en estricta coherencia, le llevó ingresar en prisión por negarse a realizar el servicio militar.
Mariano militó en muchos más frentes a lo largo de su vida, y ni siquiera la enfermedad pudo impedir que llevara con orgullo el testigo de la reciente Korrika a su paso por Barakaldo. Solo un peldaño más en su lucha por el euskera, como los muchos otros que dio por otras mil causas: la escuela pública vasca, la defensa de los derechos laborales, de la justicia social, o la reivindicación de un mundo sin armas donde los poderosos envían al resto a morir por sus causas interesadas. Por eso desde ayer todas aquellas personas que sueñan con mundos más justos sientan tal vez una punzada de orfandad en el corazón.
También participó en movimientos sociales y políticos, siempre desde abajo y a la izquierda. Le debemos mucho, tanto que ayudó a poner los cimientos de Alternatiba y, por tanto, de EH Bildu. En este mundo hay muchas referencias, pero pocos referentes, Mariano era uno de esos pocos. Ha dejado tanto en tanta gente que su marcha no será nunca del todo cierta. Él mismo decía que nacemos para morir, pero incluso cuando echaremos de menos sobremanera su serenidad, lo reconfortante de su voz, la bondad de su gesto y su templanza al describir tanto las injusticias como las esperanzas del mundo, tenemos la convicción de que seguirá con nosotras y nosotros, porque nunca mueren aquellos que nacieron para ser semilla en el hilo rojo, verde y morado de la historia.
Que nos sea tan dulce recordarte como doloroso y amargo es despedirte. Que la tierra nunca cubra tus sueños, compañero.