Este año, el 28 de junio celebramos una vez más la memoria y la lucha de aquellas que desde Stonewall han contribuido a debilitar la cisheteronormativad racista que sustenta el heteropatriarcado para hacer de este mundo un lugar de personas libres.
Honramos la larga e incansable lucha de tantas activistas y colectivos de Euskal Herria por avanzar en derechos y por visibilizar las vidas, realidades diversas y reivindicaciones de la disidencia sexo-genérica.
Casi todas las semanas tenemos noticias que nos recuerdan que el sistema se reinventa y refuerza, haciéndose más violento y amenazando los avances de las últimas décadas. La disidencia sexual y de género y las mujeres está en su mira, y sabemos que ni siquiera los derechos que parecían conquistados deben darse por garantizados.
Las agresiones contra las personas LGTBI, la transfobia, los miles de armarios que siguen imponiéndose… dan cuenta de que las vidas de las personas LGTBI no valen lo mismo, son vidas más fácilmente desechables, más si cabe para las migradas, las racializadas, las que no tienen papeles, las trabajadoras sexuales…
La opresión, discriminación y exclusión de las personas LGTBI es sistemática y forma parte de la LGTBIfobia estructural que permea todos los ámbitos y espacios de la vida.
Todas debemos tomar parte activa en esta lucha exigiendo los necesarios cambios estructurales y denunciando aquellos que sirven para el lavado de cara de instituciones y agentes políticos y económicos. El orgullo es por una lucha emancipadora por la liberación de todos los cuerpos y las sexualidades.
Siempre al lado de la combativa disidencia sexual y de género en Euskal Herria, vuestra lucha es nuestra lucha. ¡Viva el 28 de junio! ¡Viva la lucha transmaribibollo!