Todo apunta a que, al parecer, tendremos finalmente debate sobre los presupuestos de Bizkaia en un pleno que se convocaría en próximas fechas, quizá la semana que viene. Y decimos que todo apunta, ya que, seguimos sin recibir noticias claras y transparentes en relación con una de las tareas institucionales más importantes con repercusión para todas las y los vizcainos. Esperamos que en esta ocasión no se repita el precedente del retraso de la fecha inicial acordada para el debate del presupuesto, el pasado 28 de diciembre.
A estas altura de enero, con los presupuestos vizcainos en fase de prórroga técnica, ha quedado muy en evidencia, no sólo la dificultad del PNV para lograr acuerdos, sino también las carencias que ha atesorado este partido en lo referente a gestionar unas cuentas imprescindibles para afrontar con urgencia la situación de emergencia socioecómica que padecemos en Bizkaia.
Y en este contexto que requiere iniciativa institucional, más que nunca si cabe, ¿dónde ha estado José Luis Bilbao hasta ahora? Primero, de vacaciones; luego intentando solucionar el problema que se les presentó con la baja de Juan Mari Aburto llamado a labores institucionales en el Ejecutivo de Urkullu; y finalmente, mientras públicamente solo aparecía para felicitar a su correligionario Azkuna, negociando con el PP un acuerdo que garantice al PNV sacar adelante, sin sorpresas, su presupuesto para Bizkaia. Unas cuentas que, eventualmente, también serán las del partido de Rajoy, Urquijo y Basagoiti.
Este eventual acuerdo PNV-PP, por el que los primeros darían estabilidad al presupuesto prorrogado de Araba, a cambio de un apoyo de los segundos en Bizkaia no sale sin embargo de la chistera. Al fin y al cabo, las cuentas propuestas por el PNV en Bizkaia son de derechas y, por lo tanto, perfectamente asumibles y defendibles por otra formación cuya máxima también es la defensa de los pribilegios de unos pocos frente a los derechos de la mayoría. Es más, en vista de los brutales recortes impuestos por el partido de Mariano Rajoy, mucho nos tememos que los presupuestos que ahora estarían negociando PNV y PP sean propios de la ultraderecha.
Tampoco podemos obviar que el Gobierno de la Comunidad de Madrid es el rey de los recortes y las privatizaciones en pilares sociales fundamentales como la educación y la sanidad. En esta línea, EH Bildu considera una contradicción rechazar las imposiciones de Madrid, como las referidas a las pagas extras de las y los trabajadores públicos al tiempo que se pactan las cuentas de la ciudadanía de Bizkaia con el partido que impone estos recortes. Al PNV no le tiembla el pulso a la hora de pactar con el partido de Rajoy, el partido del copago, el que se quiere cargar los ayuntamientos de Euskal Herria y masacrar el tan cacareado autogobierno.
El eventual acuerdo entre el PNV y el PP en Bizkaia incluiría incluso la pose con la que Basagoiti compadeció el pasado fin de semana ante los medios para transmitir una eventual distancia con el partido de José Luis Bilbao, toda vez que puede generar problemas al PNV en Araba. Pero, tal y como EH Bildu ha mantenido, el PNV es muy amigo del cambio de cromos y nos encontramos ante un claro ejemplo de esta manera de plantear la política, aunque hayan tenido que recurrir a una negociación de última hora y contrarreloj.
EH Bildu niega, asimismo, cualquier tipo de alianza con el PSE que hubiera podido llevar a ambas formaciones a acordar las cuentas de Gipuzkoa y rechazar las de Bizkaia y Araba, tal y como ha apuntado en alguna ocasión el PNV. Es lógico, sin embargo, que puedan coincidir lecturas políticas desde parámetros de izquierdas a la hora de analizar unos presupuestos hechos al servicio de quienes más tienen.
¡Ya era hora de que tuvieramos noticias de los presupuestos de Bizkaia! Es el momento de reiterar que EH Bildu sigue planteando la necesidad de aplicar en este herrialde un modelo presupuestario al servicio de las personas y no del cemento, que plantee políticas activas de creación de empleo para impulsar la recuperación económica de Bizkaia, con especial atención a las comarcas y que apueste por reforzar el Departamento de Acción Social, entre otras cuestiones.