Ana Etxarte y Amaia Agirresarobe – Mesa Feminista de Alternatiba
Hace un mes, el Movimiento Feminista se manifestó en Bilbo para denunciar el tratamiento y la respuesta que las instituciones dan a la violencia contra las mujeres y que pudimos ver tras los asesinatos de Ada Otuya y Jenny Rebollo. Denunciaba que para las instituciones la única alternativa que se plantea frente a la violencia sexista es más control y restricciones sobre las mujeres, y pedían más compromiso y voluntad política para conseguir una sociedad igualitaria donde la violencia sexista no tenga ni cabida, ni utilización, ni justificación.
Sin embargo, esta denuncia cayó una vez más en saco roto, y el último pleno del Ayuntamiento de Bilbao se convirtió en el escenario de la invisibilización que hacen PNV, PSOE y PP de las causas de los últimos asesinatos y agresiones contra mujeres en Bilbo. De esta manera, el PNV, con el apoyo del PSOE y en contestación a una moción del PP que pedía mejorar la coordinación entre administraciones en el ámbito de la seguridad ciudadana, aprobó seguir colaborando y coordinándose con el conjunto de cuerpos policiales, así como con el sistema judicial.
¿Cómo es posible que el Ayuntamiento de Bilbao ante los últimos asesinatos y agresiones sexistas plantee soluciones que únicamente supongan aumentar la seguridad, es decir, más policía? Asignar la responsabilidad de este tema al Área de Seguridad del Ayuntamiento supone “policializar” el problema y errar en el enfoque necesario para abordar la violencia machista. Porque los asesinatos de Ada Otuya y Jenny Rebollo son violencia sexista, y tienen su origen en esta sociedad machista que está construida sobre la opresión, explotación y dominación de los hombres sobre las mujeres y que utiliza la violencia como sistema de control.
Es imposible prevenir y combatir la violencia contra las mujeres sin abordar sus causas y sin la puesta en marcha de políticas de igualdad transformadoras. Abordar todas estas violencias requiere la coordinación con las políticas y medidas implementadas desde las diversas instituciones y áreas. Porque el objetivo tiene que ser dotar de autonomía y soberanía a las mujeres para que éstas puedan enfrentarse a la violencia sexista.
Pero el partido que gobierna el Ayuntamiento lo resuelve todo de igual manera, se trate de lo que se trate: si es un robo, policía; si es un conflicto vecinal, policía; si es violencia machista, también, más policía. La poca vergüenza del gobierno municipal quedó patente en las declaraciones del señor Areso, teniente alcalde actual, que tuvo el despropósito de decir que se “prestaría una vigilancia especial en zonas en las que las mujeres ejercen la prostitución”. Pero si ellosmismos fueron los que aprobaron una ordenanza por la cual se sanciona a las mujeres que ejercen la prostitución en la calle. ¿Nos están diciendo que su solución esque los mismos que les multan por hacer su trabajo van a ser los encargados de protegerlas?
Lo primero que debería hacer el PNV es derogar la Ordenanza del espacio público, porque lo único que hace es aumentar la estigmatización e invisibilización de las mujeres que ejercen la prostitución en la calle.Y en segundo lugar, deben convertir la lucha contra la violencia machista en una prioridad, en una apuesta política real. Basta ya de discursos vacíos, compromisos que se traducen finalmente en recursos miserables que solo alcanzan para respuestas simples y parciales que no consiguen cambiar la situación de las mujeres.
Es necesario y urgente que la violencia machista se aborde desde sus causas y consecuencias, con políticas integrales y colectivas que promuevan la emancipación y la mejora en la posición de las mujeres a todos los niveles. Creando para ello espacios de interlocución con el movimiento feminista por su amplio recorrido en la lucha contra la violencia machista.
Ésto requiere recursos económicos y humanos suficientes. Pero no, mientras los casos de violencia sexista aumentan en Bilbo, los señores y señoras del PNV reducen año tras año el presupuesto de igualdad y los programas contra la violencia sexista. Eso sí, entre tanto organizan saraos como el Foro de los Alcaldes, encuentros cerrados a la ciudadanía para que las grandes empresas hagan sus negocios, y que nos ha costado 500.000 euros. Para eso sí que hay dinero; para las mujeres, no.