Tal y como se ha conocido recientemente, a causa de las irregularidades que presenta el proyecto de la incineradora de Zubieta, no se cumplen las especificaciones medioambientales que había previsto el Gobierno Vasco. Como consecuencia de ello, el Consorcio de Residuos de Gipuzkoa (GHK) ha decidido no construir la planta. Desde EH Bildu hoy queremos hacer una valoración de todo ello.
Antes que nada queremos exigir a los diferentes medios y agentes de Gipuzkoa que muestren el respeto institucional que se merece una entidad pública como es GHK. Porque GHK no es ninguna institución privada “controlada por EH Bildu” ni nada por el estilo. GHK es un consorcio público en que están representados los ayuntamientos y mancomunidades del territorio y no ha sido creada por EH Bildu, ni mucho menos. GHK tiene toda la legitimidad democrática para tomar las decisiones que mejor defiendan los intereses de la ciudadanía de Gipuzkoa.
En concreto, GHK se encarga de la “gestión en alta” de los residuos, es decir, los pueblos y mancomunidades se encargan de recoger los residuos urbanos y se los entregan a GHK para que los trate. A GHK le corresponde construir y gestionar las diferentes infraestructuras que son necesarias para llevar a cabo su cometido: plantas de transferencia, plantas de compostaje, plantas de biomecanización y, en su caso, una incineradora si así lo considerara oportuno.
GHK es una institución pública, cuya legitimidad emana de las urnas y en este caso la mayoría del Consorcio ha correspondido a EH Bildu por voluntad popular. A nadie se le ocurriría, por ejemplo, decir que PNV, PSE y PP “controlan” las Juntas Generales porque tienen la mayoría.
Hemos creído necesaria esta aclaración porque no vamos a admitir ni una sola vez más que se ponga en entredicho la composición de GHK ni su legitimidad democrática para tomar decisiones.
La paralización de la incineradora de Zubieta ha sido justificada con argumentos sólidos, de los que se derivan responsabilidades claras. En muchas ocasiones hemos dicho que el PNV quería que la incineradora se construyera a toda costa. El PNV hizo caso omiso a las denuncias por las irregularidades detectadas en el proceso de diseño y licitación. Tampoco fueron suficientes la alarma social que creó la incineradora por las consecuencias que se ha demostrado tiene en la salud pública. Tampoco por los 500 millones que iban a arruinar Gipuzkoa ni las protestas populares.
Sin embargo, las irregularidades que ha denunciado GHK son abrumadoras. Y es que los anteriores gestores no se molestaron ni en respetar las autorizaciones que les había concedido el Gobierno Vasco. Cometieron modificaciones sustanciales y, entre otras cosas, hicieron desaparecer del proyecto la planta para tratar los residuos tóxicos que iba a producir la incineradora. En estas condiciones, con permisos concedidos para un proyecto sustancialmente diferente al inicial, construir la incineradora sería cometer una ilegalidad.
GHK ha dado información precisa y amplia sobre todo ello, por lo que no vamos a detenernos en explicar las razones técnicas y de carácter medioambiental de la paralización. Es más, los promotores políticos de la planta no han dado ni un solo dato para desmentir los argumentos expuestos públicamente por GHK.
En lo que sí vamos a detenernos es en la nefasta gestión de todo el affaire de la incineradora de Zubieta protagonizada por los anteriores gestores de GHK y del Gobierno Foral. Los intereses ocultos del PNV están detrás de todo lo que tiene que ver con la construcción de la incineradora. En este caso no se puede decir que todo el mundo tiene su parte de culpa, no, toda la responsabilidad política y todas las consecuencias económicas causadas por esta nefasta gestión son únicas y exclusivamente del PNV.
Estos días han intentado anunciar que la no construcción de la incineradora causaría la ruina de GHK y que habrá que pagar indemnizaciones millonarias. El PNV oculta deliberadamente a la ciudadanía que fueron ellos los que contrataron un swap, un producto financiero altamente tóxico, que está lastrando las cuentas de GHK y que fue el PNV el que firmó un acuerdo con las empresas constructoras tras la modificación del proyecto inicial, un acuerdo que ahora se comprueba que es ilegal cumplirlo. Lo diremos con otras palabras: Que no se atrevan desde el PNV a atribuir las irresponsabilidades que ellos cometieron y los agujeros que ha provocado su nefasta gestión al actual gobierno foral. Que no tomen a la sociedad guipuzcoana por tonta.
De cualquier forma, nuestra intención hoy no es alimentar ninguna lógica de enfrentamiento. Llegados a este punto, con el proyecto de la incineradora de Zubieta en vía muerta, desde EH Bildu nos comprometemos a seguir realizando una gestión responsable y razonable de todo este asunto. Por un lado, es prioritario defender el patrimonio y los intereses de la sociedad guipuzcoana, garantizando la solvencia y la viabilidad de GHK. Pero, por otro lado, es evidente que la incineradora de Zubieta no se puede hacer y que estamos ante un nuevo escenario. Este nuevo escenario post-incineradora exige por parte de todos responsabilidad para definir la nueva gestión integral de los residuos que producimos en Gipuzkoa y poder construir las nuevas infraestructuras necesarias para ello.
Este nuevo escenario exige diálogo y capacidad de acuerdos entre los partidos, los agentes sociales y las instituciones implicadas. Desde EH Bildu vamos a impulsar en los próximos días y semanas distintas dinámicas para promover un debate abierto que posibilite encontrar soluciones definitivas para el tema de los residuos en el territorio de Gipuzkoa.