Desde EHBildu queremos hacer la valoración de la comparecencia que hizo el pasado 1 de agosto en el Congreso el presidente del gobierno del PP, Mariano Rajoy.
Desde el punto de vista de Euskal Herria, lo que se vio en el Congreso español fue un «espectáculo» vergonzoso. Las explicaciones que dieron tanto el presidente de España, Mariano Rajoy, como el lider de la oposición, Rubalcaba deberían resultar ofensivas para toda la ciudadanía española; Es más, ninguno de los dos es creible a la hora de luchar contra la corrupción.
Se le pidió a Rajoy que diera en el Congreso explicaciones en torno al caso Bárcenas y el presidente español aprovechó para mofarse de todas y todos los y las ciudadanas españolas. Ante el mayor caso de corrupción que jamás España haya conocido, Rajoy no solo no ha dado ninguna explicación sino que se ha reido de toda la ciudadanía.
El estado español está podrido de los pies a la cabeza. El Presidente del Gobierno, la Casa Real, los principales partidos políticos (PP y PSOE), las instituciones más relevantes así como el Tribunal Constitucional; están todos salpicados por la corrupción. Dentro del estado español la corrupción es una enfermedad sistémica, completamente inyectada en la forma de hacer política; la corrupción es inherente en el estado español.
Los sobresueldos, la contabilidad en B, las financiaciones oscuras de los partidos, los sobornos, las adjudicaciones de obras acordadas de antemano… y por supuesto, los sobres llenos de dinero son prácticas que diariamente se han llevado a cabo en el estado español. Y buen ejemplo de ello son Rodriguez Galindo, Roldan, Barrionuevo, Urralburu, Otano…y otros cientos más.
Todos estos casos de corrupción han aparecido a raiz de la crisis socioeconómica global, y esa crisis tiene sus peculariadidades dentro del estado español. No olvidemos que las instituciones y el propio territorio están en crisis. El problema no es Rajoy, ni siquiera el dinero que han juntado en esos sobres. El problema, es el modelo podrido sobre el que se construye el estado, y sus raíces han arraigado también en Euskal Herria.
En Nafarroa los rastros de corrupción aparecieron hace mucho, y la CAN es testigo de ello. Pero una vez más, el Tribunal Supremo le ha tendido a la señora Barcina un salvavidas; un salvavidas para evitar que el submarino de UPN que está hundiénsose toque fondo. Nafarroa es una «cuestión de estado», y por eso, siendo UPN garantía de unión y esencia española, a Barcina le han hecho un regalo apartándola del caso de corrupción.
Lo que Barcina debe hacer es asumir su responsabilidad política, presentar su dimisión y convocar elecciones.
La ciudadanía de nafarroa hace tiempo que se pronunció: Barcina no puede seguir gobernando, debe asumir su responsabilidad política, y por diginidad democrática, debe dimitir.
La ciudadanía de Nafarroa sigue esperando toda la verdad de por qué desapareció la CAN, esperando para recoger toda la información. También pide que la dirección de UPN se responsabilice de la desaparición de la CAN.
Como en Nafarroa, en Araba también, las declaraciones de los últimos días del Diputado General De Andrés, muestran su nerviosismo. Por esta razón, tenemos claro que el señor De Andrés debe dar explicaciones en torno a la financiación de la Sede del PP en Bilbao en las Juntas Generales, y no en la sala de prensa de la Diputación. Porque él es Diputado General y no secretario del PP. Durante aquella época, la cual se está ahora investigando, era el PP el que gobernaba en el Ayuntamiento de Gasteiz y en la Diputación Foral de Araba. Si la sede de Bilbao se pagó a cambio de «favores» y «contratos», debió de hacerse en Araba. Lo único que está claro aquí es que el PP es quien aplica un mismo modelo ya sea en Madrid o en Gasteiz.
El estado español está sumergido en una crisis económica, nunca vista hasta ahora. Y es por consecuencia de esta crisis que han aplicado medidas neoliberales y centralizadoras. En lo que al modelo de estado y las reivindicaciones del pueblo respecta, se valen de un rechazo y una cabezonería completamente envenenada por la corrupción. Y aún así, el estado español utiliza unas herramientas que en vez de luchar contra la crisis, nos sumergen en ella aún más: la recentralización, el no cumplir con las transferencias y las amenazas constitucionales y militares.
El estado español sigue unido al dictador facista Franco, así como a su herencia jurídica y estructura política que tan bien dejó atadas.Y el PP y PSOE son todavía los que garantizan ese sistema.
Durante la transición, quisieron acallar las reivindicaciones democráticas existentes dentro del estado, y ahora, cuando la crisis es tan brutal, aquellos que cosntruyeron este modelo corrupto se han dado cuenta de que este estado español que nos impusieron hace ya 40 años, es insostenible.
Y así estamos. Sumergidos en una crisis económica, social, territorial y política: o lo que es lo mismo, en una crisis de estado.
El gobierno del PP ha fracasado. Es ejemplo de un estado que ha fallado tanto en términos políticos como económicos. Y la situación actual es consecuencia de la falta de una transición democrática.
El estado no es capaz de ofrecer una democracia fundamentada en el derecho a decidir y en el reconocimiento. Negación e imposición. Esa es la única estrategia de su estado.
El estado español camina en la dirección opuesta del derecho a decidir. El Partido Popular, de la mano del PSOE, han situado a la democracia en vía de retroceso.
Desde Madrid nos imponen los recortes, nos imponen reformas laborales, reformas de la pensiones, nos imponen reformas en las administraciones locales, la LOMCE, el copago… Hoy por hoy, eso es lo que el estado español le ofrece a nuestro pueblo, y no estamos dispuestas y dispuestos a aceptarlo.
Después de lo de ayer, nada va a cambiar, de hecho, Rajoy y Rubalcaba son las dos caras de una misma moneda, tanto el uno como el otro siguen negando los derechos a un pueblo. Y al mismo tiempo, a través de la corrupción, los poderes fácticos tienen secuestrado el estado.
España le niega a nuestro pueblo su futuro, y es hora de que la verdadera transición de comienzo; si no, Madrid nos llevará directos al precipicio. Sus trapos sucios que los limpien como quieran; a nosotras y nosotros lo único que nos importa es que Madrid reconozca nuestro pueblo y respete el derecho a decidir de la ciudadanía vasca y de Euskal Herria. Ante una catástrofe económica, social y política, Euskal Herria debe caminar hacia la soberanía .