Javier Ignacio Maroto Aranzábal es Alcalde de Vitoria-Gasteiz tras ganar las elecciones el 22 de mayo de 2011. Durante aquella campaña electoral ya pudimos entender, ver y comprobar cuáles eran sus armas, cuál era su única apuesta más allá de la ola ascendente en la que se hallaba el PP y que culminaría con la presidencia del Reino de España del inefable Mariano “el Plasmao”. Dos han sido las apuestas fundamentales del Sr. Maroto, la venta de su imagen como “verso suelto” del PP, y el populismo atroz.
La primera de esas apuestas le ha llevado por ejemplo a, como Parlamentario, votar en contra del mantenimiento de la vetusta central nuclear de Sta. María de Garoña, en contra de la opinión mayoritaria de su partido. Una posición similar mantiene con otros temas como el Fracking. A su vez no ha tenido empacho en “vender” los acuerdos puntuales que ha mantenido con el grupo municipal de EH-Bildu como muestra de su buen talante y como marca diferenciadora con respecto a los discursos más inmovilistas de su partido. Sin embargo, basta rascar un poco en el envoltorio de falsa discrepancia para darse cuenta de que cuando los temas realmente son resolutivos, esto es, tienen un resultado práctico y cuantificable, el ínclito Alcalde agacha la cabeza y acata las líneas del Partido Popular.
La segunda línea política de Don Javier es sin duda el populismo. Populismo llevado al extremo, sin medida, y sin valorar las consecuencias. Durante la campaña electoral no dudó en enarbolar la islamofobia para ganar un puñado de votos manifestándose contrario a la apertura de una mezquita en Zaramaga. En aquel momento no dudó en apoyarse en sus AAVV amigas, con el Sr. Cuesta, ahora en paradero desconocido, a la cabeza.
Posteriormente, fueron sus discursos xenófobos contra los pobres y las ayudas sociales. Las zapatillas de Prada y las estafas al Padrón con las que armó gran revuelo y polvareda pero que sin embargo ha quedado demostrada su nula relevancia, aunque eso sí, ha logrado dejar un poso xenófobo en la sociedad gasteiztarra que esperemos no hayamos de lamentar.
No contento con lo anterior, recientemente el Sr. Maroto se ha embarcado en una cruzada contra los Kebabs turcos, los bazares chinos, y los locutorios en general. Afirma el Sr. Alcalde que dichos establecimientos incumplen las normativas higiénicas, de salud y seguridad, y que por tanto va a crear una nueva ordenanza que regule en exclusiva dichas actividades. ¿Pero de qué habla el Sr. Maroto? Si incumplen normativas significa que ya están reguladas las actividades y por tanto no es necesario crear una nueva ordenanza sino, simplemente exigir que se cumplan las existentes, pero claro, eso significaría que él está siendo incapaz de hacer cumplir la ley, mejor por tanto lanzar balones fuera, levantar polvareda y que nadie vea otra cosa.
Y en estas estábamos cuando Querejeta, dueño del balón en Araba, salió llorando porque el Athletic y la Real le roban su “cantera”. Un tema, y un personaje (Querejeta) sobre el que hablaré a buen seguro un día de estos como seguidor del Baskonia y antiguo miembro de INDAR BASKONIA hitxa taldea.
Dice el grandioso presidente baskonista que rompe relaciones con el Athletic porque este equipo viene a Araba a robar las futuras joyas balompédicas alavesas y hete aquí que el gran regidor gasteiztarra no duda en subirse al carro emulando a la extinta Unidad Alavesa y amenaza con retirar las subvenciones al deporte base a aquellos equipos conveniados con la Real o el Athletic. Lo dice sin empacho el gran liberal, obviando sus propias reglas, e intentando interferir en el “mercado” privado. Proteccionismo se llama. Pero claro, cuando interesa el deporte profesional no es un mercado privado, son sentimientos, colores, aficiones… ay si esto mismo lo proponemos para ayudar a nuestras y nuestros baserritarras, a la clase trabajadora… Y eso sin obviar que quienes finalmente pagaran las consecuencias del forofismo del Alcalde serán los y las chavalas del futbol base que verán reducida su posibilidad de practicar su deporte favorito por los deseos de los Capos del deporte profesional al que la mayoría no llegarán.
En definitiva, esta no es sino otra medida populista más del Regidor Popular. Otra medida encaminada a distraer a la masa para que esta olvide las consecuencias de su nefasta gestión. Otra escusa más para recortar. Si antes fue en ayudas sociales, ahora en ayudas al deporte base. El Ayuntamiento de Gasteiz está en manos peligrosas, que lejos de querer solucionar los problemas de los y las gasteiztarras se dedica a crear nuevos problemas donde no los hay, a enfrentar a la ciudadanía entre sí y con sus vecinos, mientras las cuentas municipales languidecen con obras absurdas. Esperemos que en 2015, cuando desaloje el despacho de la Plaza Nueva, no tengamos que gestionar polvo y deudas.