La acumulación de datos negativos en torno a Kutxabank nos permite afirmar que el pacto entre PNV y PP para la gestión de las cajas vascas está llevando a éstas a una situación límite. En los últimos días hemos asistido a desinversiones, venta de patrimonio, reducción de presupuesto en la obra social… además de imposiciones externas que comprometen el carácter público de Kutxabank. Ello se suma a la pérdida de empleo y al deterioro de las condiciones laborales denunciado por los sindicatos
La sucesión de decisiones erróneas como la expansión incontrolada por el Estado, las inversiones especulativas o la propia adquisición de Caja Sur han llevado a Kutxabank, en un contexto de grave crisis económica, a reducir sus beneficios el año pasado a 84 millones (48 en el primer semestre de 2013). Ahora, tras las buenas noticias como la anulación de las clausulas suelo y de los IRPH usados por Kutxa que han evidenciado las malas prácticas llevadas hasta ahora, la entrada en una situación de pérdidas no sería descartable, a lo que puede deberse la apresurada venta de patrimonio y desinversiones citadas, con la intención, como ya ha sucedido en el pasado, de camuflar los balances.
En este contexto nos parece una inaceptable tomadura de pelo el nombramiento de un miembro de la dirección del PNV, Xabier Sagredo, hasta ahora responsable de finanzas del PNV en Bizkaia, como presidente de BBK, ya que ahonda en la sensación de que este partido considera de su propiedad las instituciones y empresas públicas. Además, la vinculación previa de Sagredo con Iberdrola, el mundo de la construcción y la empresa Batzokia SL, refuerza la percepción social generalizada de que existen relaciones inaceptables entre las cúpulas de los partidos tradicionales y las grandes empresas. Esta unidad de intereses político-empresariales es una auténtica quiebra democrática ya que supedita las políticas públicas a intereses particulares. Por todo ello pedimos la dimisión o el cese con carácter inmediato de Xabier Sagredo al frente de BBK.