20 han sido las preguntas que le ha dirigido el parlamentario Oskar Matute a la representante del Gobierno Vasco, Ana Oregi, sobre el pasado, presente y futuro del Tren de Alta Velocidad. Y las 20 interrogantes han quedado huérfanas de respuesta. La consejera de Medioambiente y Política Territorial no ha sido capaz de aportar ningún dato ni ningún argumento actualizado al nuevo contexto socioeconómico, más allá de los típicos razonamientos ya demasiado manoseados. «El Gobierno Vasco sigue identificando el progreso y la conexión con el mundo con una maravilla de la modernidad como el TAV, igual que hace 20 años», ha criticado Matute.
Lo cierto es que la actitud evasiva a las interrogantes aportadas por EH Bildu no hace más que añadir incertidumbre a esta obra. Según los datos aportados por Matute, «casi el 70% de la sociedad vasca reconoce conocer poco o no saber nada de los pormenores de la Y vasca.
Desconoce cuánto costará realmente, cuáles son los sobrecostes, cuándo se prevé terminarla, cuáles son las afecciones medioambientales, cuánto costará su mantenimiento, a costa de qué se está construyendo, cuáles son las condiciones laborales que aplican las empresas constructoras, etc.». El lehendakari – que ha declinado ser portavoz del gobierno en el pleno de hoy- debería tener como «obligación» explicar estas cuestiones a la ciudadanía, según la coalición.
Matute ha acusado a Oregi de ser «poco rigurosa» en sus explicaciones, y de confiar únicamente en la buena fe de quienes defienden esta obra. «EH Bildu volverá a plantear estas interrogantes en este Parlamento las veces que sean necesarias, porque este gobierno ha querido y quiere vivir por encima de las necesidades de la sociedad vasca. Hay otras prioridades para las personas. Pero sospechamos que el problema real reside en que para el PNV tiene más sentido el viaje que el objetivo. Y en este viaje de construir el TAV se enriquecen muchas personas», ha denunciado.