Luis Salgado – Alternatiba
El refranero popular, fuente inagotable de sabiduría popular y fiel reflejo de la forma de pensar y actuar del pueblo, aunque a veces sea de manera muy desafortunada, contiene innumerables referencias a un mal endémico de la sociedad, el corporativismo; Tendencia de un grupo o sector profesional a defender a toda costa sus intereses y derechos de grupo, sin tener en cuenta ni la justicia ni las implicaciones o perjuicios que puedan causar a terceros. Sirvan como ejemplo dos refranes por todas conocidos; “Entre bomberos no nos vamos a pisar la manguera” “Perro no come carne de perro”
Ese corporativismo existe, con mayor o menor notoriedad, dentro de todas las profesiones, incluidas las ilegales. Así podemos ver como entre ladrones no suele haber conflictos. Y aunque a veces veamos pequeños escarceos, pequeños teatrillos, lo cierto es que los estafadores profesionales, esos a los que algunos se empeñan en llamar “casta”, rara vez hacen toda la sangre que debieran para denunciar y acabar con la corrupción sistémica en lo interno de sus partidos, y en la economía del Reino en general.
En estos momentos hay casi un centenar de casos de corrupción abiertos, en diferentes fases de investigación, y ahí están todos, el PP, el PSOE, CiU, PNV, e incluso IU aunque sea en un porcentaje muy reducido. Así, de tanto en tanto, uno de estos casos nos proporciona titulares durante un corto periodo de tiempo para pasar al olvido al día siguiente. Apenas hay condenados, y si los hay, nunca resultan responsables de primera fila.
La corrupción, de esta manera, lo contamina todo, pero no preocupa, o no parece preocupar a nadie. Se utiliza como arma arrojadiza entre los culpables de la misma, pero con andanadas de artillería medidas y que , al contrario que el ejercito israelí en Gaza, sus proyectiles caen en terreno árido sin producir “victimas”. Da la impresión de que los unos conocen todos los trapicheos de los otros, pero callan a la espera del momento ideal para airear los trapos sucios. ¿Cómo sino explicar lo ocurrido con el Clan Pujol? 34 años defraudando, y mire usted por donde, nos enteramos de ello a pocos meses de la consulta independentista catalana. No está medido, no.
Pero si todo lo anterior es una sensación generalizada en buena parte de la sociedad, qué decir cuando uno tiene oportunidad de observar un poco más de cerca el sistema corrupto y podrido de la política española, nacionalismos burgueses incluidos. Entonces, cuando tienes ocasión de vigilar, de investigar, y te topas frontalmente con un caso como el de Hiriko o Epsilon, entonces se hace visible más que nunca el corporativismo existente, ahí coinciden todos en entorpecer, en dinamitar el esclarecimiento. Y por supuesto, los medios de comunicación mercenarios callan y cubren con polvo y basura para que no pase de la intranscendencia.
Ahora que el PP, PSOE, PNV, CiU y otros pilares del Sistema gustan de hablar de regeneración democrática, ahora más que nunca hay que hablar de ruptura. No se puede regenerar algo que nunca funcionó. El único camino es apostar por una sociedad nueva.
He comenzado este post utilizando dos refranes y me voy a permitir terminarlo con dos citas, la primera de Rosa Luxemburgo, mas que una cita, un grito; “Socialismo o barbarie”, la segunda de Buenaventura Durruti, una declaración de intenciones que debiéramos grabarnos a fuego; “Las ruinas no nos dan miedo. Sabemos que no vamos a heredar nada más que ruinas, porque la burguesía tratará de arruinar el mundo en la última fase de su historia. Pero -le repito- a nosotros no nos dan miedo las ruinas, porque llevamos un mundo nuevo en nuestros corazones“
Del blog El Mundo Imperfecto de nuestro compañero Luis Salgado