El portavoz de Alternatiba y parlamentario de EHBildu, Oskar Matute, compareció ayer junto a Unai Urruzuno para denunciar los presupuestos acordados entre el PNV y PSE, y culparon al Gobierno de Urkullu de temer un escenario que defienda los derechos nacionales de Euskal Herria.
A falta del último trámite para la aprobación de los presupuestos del Gobierno vasco para 2015 con los votos de PNV y PSE, la tramitación del proyecto presupuestario ha puesto otra vez de manifiesto que «el PNV tiene miedo a llegar a acuerdos con EH Bildu para llevar Euskal Herria a otro escenario; no sabemos qué temen perder», según apuntan Oskar Matute y Unai Urruzuno.
Tras recordar las repetidas ofertas de colaboración de EH Bildu para avanzar en la defensa de los derechos nacionales de Euskal Herria y en el ámbito socioeconómico, Matute y Urruzuno sostienen que le corresponde al PNV explicar el porqué de su respuesta negativa. «Tiene que explicar por qué se aferra a políticas del pasado que no conducen a este país a un futuro óptimo que garantice condiciones de vida dignas para toda la población; tiene que explicar por qué busca siempre el amparo del PSE, de un partido que niega nuestros derechos nacionales», algo, a juicio de EH Bildu, incomprensible para la mayoría social del país, máxime cuando ve que en Catalunya las fuerzas soberanistas sí son capaces de sumar fuerzas para avanzar juntos como nación. No obstante, advierten Matute y Urruzuno, esa alianza PNV-PSE, «esa suma aritmética no será posible dentro de unos meses», tras las elecciones municipales y forales.
El acuerdo presupuestario con el PSE es un ejemplo más de esa apuesta estratégica del PNV, cuyo resultado, alertan los parlamentarios abertzales, es que la ciudadanía de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa también en 2015 va a tener que sufrir unos presupuestos con recortes en áreas sociales básicas porque el PNV y el PSE han decidido cronificar los recortes en vez de buscar soluciones; se ha perdido otra oportunidad de acabar con esa situación porque han puesto sus intereses particulares por encima del interés general de la sociedad». Prueba de ello son, a juicio de Matute y Urruzuno, las enmiendas parciales pactadas por el PSE con el PNV por un montante total de 35 millones de euros que en gran medida van a ayuntamientos gobernados por el PSE. «El PSE ha vendido sus votos a cambio de pequeñas infraestructuras porque quiere inaugurar algún campo de fútbol antes de las elecciones municipales. Es vergonzoso cómo ha negociado y vendido sus votos».
Frente a la entente pro-recortes de PNV y PSE, las enmiendas parciales de EH Bildu han demostrado, según ambos parlamentarios, que sí era posible acordar unos presupuestos sin recortes sociales. «Hemos huido de maximalismos, porque no es maximalista pedir que se garantice al pago de las AES y de las ayudas a la conciliación, que se invierta en la creación de más de 1.000 puestos de trabajo en Educación y en Osakidetza, que se cree un fondo de empleo o que se supriman los recortes en la RGI». El no rotundo del PNV y del PSE, incluso a negociar, evidencia, en opinión de EH Bildu, la incoherencia del PSE, que ha respaldado varias de esas propuestas en el Parlamento, pero ahora, en cambio, cuando pedimos que tengan reflejo presupuestario, se opone a ellas; en el PSE votan en contra de medidas que ellos mismos han apoyado. Idoia Mendia decía que tenía las manos libres, pero era para pactar prebendas para sus alcaldes».