Luis Salgado – Alternatiba
Sé que ya no es actualidad, y que a estas horas se han escrito cientos de análisis sobre el tema, pero para mí, a las digestiones pesadas hay que darles su tiempo, y ésta requería del sosiego y la tranquilidad que da la perspectiva. Sea pues y hablemos sobre el resultado del último Euskobarometro, ese que coloca a Podemos como 2ª fuerza en la CAV y que manda a EH Bildu al 4º o 5º en Araba. Con este post estoy seguro que ganaré algún amigo, pero sobre todo muchos enemigos, lo cual siempre es de agradecer ya que estos últimos tienden a ser más fieles y te acompañan hasta la tumba.
Una de las acusaciones más frecuentes a este Estudio es la que afirma que el Euskobarometro en cuestión está más cocinado que unas buenas alubias de Tolosa, algo que por otra parte suele ser habitual en todas las encuestas electorales con el fin último de favorecer o perjudicar a ésta o aquella opción electoral, sin embargo, en este caso mi percepción va más bien en sentido contrario, creo que esta vez, el Chef, la UPV, ha preferido presentarnos un buen Carpaccio, un trozo de carne cruda cortada muy fina y con algo de sazón. Fina, muy fina ya que el muestreo es escaso, apenas 600 personas y en un espectro municipal muy limitado, y cruda, muy cruda ya que la estadística principal habla de intención de voto directo, sin tener en cuenta factores correctores como el recuerdo o la fidelidad. Sin embargo y con todo el margen de error que vosotras o yo podamos justificar, lo cierto es que este Euskobarometro muestra una tendencia, un recorrido que viene forjándose de atrás y del que no podemos ser ajenos.
PODEMOS ha sabido hacer dos cosas, una el marketing, con un monstruo de la comunicación como Pablo Iglesias, otra, canalizar el descontento ciudadano con mensajes claros y sencillos; Bipartidismo malo-Lo nuevo para limpiar lo viejo. No busquen más, no hace falta más. Atrás quedaron lo días de programas rupturistas, de mensajes sobre crisis sistémicas y cambios de modelos, ya no hacen falta, así que no le deis más vueltas, vosotras cómo yo podemos enzarzarnos horas discutiendo sobre cómo han endulzado sus propuestas, y seguro que concluiríamos que tenemos razón, pero, ¿necesita PODEMOS un programa?
El programa de la formación de Pablo Iglesias para los comicios europeos no distaba en exceso del que, por ejemplo, EH Bildu lleva, defiende e implanta en las instituciones dónde tiene capacidad, sin embargo, ese programa ha sido mutilado cuando no asesinado por el partido español para los próximos comicios de manera que, por ejemplo, han abandonado ideas tan básicas como la Renta Básica de Ciudadanía, la jubilación a los 60, o la auditoria de la Deuda, y aún así los sondeos los siguen mandando directamente al estrellato. ¿Por qué? Porque son lo nuevo que arrasa lo viejo, y porque quieren acabar con el Bipartidismo cual Palacio de Invierno del viejo Régimen. ¿Para implantar el qué? No se sabe, y a la gente no le importa.
Tuve un profesor de Historia que fuera del aula, cuando debatíamos sobre España solía decir que el gran problema de la sociedad al sur de los Pirineos es que históricamente, ésta se ha mostrado como muy servil y dócil al Poder dominante, aguantando estoicamente carros y carretas hasta que la presión era tal, tan insoportable la opresión que entonces saltaba como el tapón de una botella de Cava, incontrolable y desbordada, pero que siempre lo hacía sin control ni reflexión, y que a ello se debía una de las tasas de Guerras Civiles más altas de Europa (1 cada 50 años) y su propensión al Absolutismo, ya sea Monarquico, Dictatorial, o en la Historia reciente, salidas de las urnas. Ese “efecto Cava” es el que está llevando en volandas a PODEMOS y pocos análisis más son necesarios.
Sin embargo, en EH la situación parece que nos pilla a contrapié, porque al fin y al cabo, esa opción rupturista nacida en el Reino, aquí ya existía, existe y existirá. Opción con un programa desarrollado, asentado y en constante revisión popular, y que se está poniendo en marcha. Opción democrática de base. PODEMOS no ha inventado nada, y otras ya teníamos procesos participativos, ya estábamos y estamos en la calle, ya hablamos de salarios únicos en los Partidos, de topes salariales, de nacionalización de Kutxabank, con hechos, con primar las personas, (servicios sociales, sanidad, educación…) frente a la especulación y el Sistema Corrupto (TAV, Fracking, De Miguel, Pinosolo, la CAN…) y sí, también de Soberanía, pero no solo la que representa la Independencia, sino la Soberanía real, esa que permite al pueblo tomar sus propias decisiones sin ser esclavos de Madrid, Bruselas, la Banca o las Multinacionales, Soberanía a la que parece intuirse PODEMOS está dispuesto a renunciar por ganar las elecciones y ya habla de “negociar” para no “disgustar” en exceso a esas oligarquías que dicen combatir.
Entonces, ¿A qué se debe ese desplome en el último Carpaccio? Pues, aunque algún amigo politólogo a quien aprecio mucho se enfade conmigo, me voy a permitir dar mi opinión que para eso tengo este blog, ¿no? Sencillamente no estamos sabiendo leer la situación. Frente a mensajes simples, las respuestas no pueden ser complicadas, no se trata por tanto de grandes estrategias sino de comunicación y fuerza. Tenemos las herramientas y no podemos perdernos en un maremágnum de llamados al PNV para la construcción nacional al tiempo que denunciamos que ellos son el pasado, la política clientelista, la corrupción y la casta vasca, si los jeltzales u otras fuerzas políticas quieren subirse a la ola del cambio han de ser ellos quienes han de cambiar, quienes han de llamar a las puertas del pueblo y ofrecerse a trabajar para él. No necesitamos lo viejo, caduco y corrupto, sino abrir las puertas de par en par, que entre el viento fresco del pueblo consciente y empoderado para que limpie las instituciones y las ponga a su servicio.
Nosotras somos el futuro, pero un futuro que ya está construyéndose, que ya comienza a dar sus frutos, y somos diferentes, somos rupturistas, somos alternativa real y efectiva, pero estamos atrapados en nuestra isla de las sirenas cuando solo necesitamos salir a la calle y gritar; ¡Podemos echarles! ¡Vamos a echarles! Y además no tenemos miedo a las cenizas porque tenemos un mundo nuevo por construir y sabemos como hacerlo, porque somos pueblo y el pueblo no desfallece.