Hoy, de nuevo, la sociedad vasca vuelve a tomar las calles para exigir respeto, democracia y derechos para nuestro pueblo y sus gentes. Porque un estado que quiere ser democrático no encarcela abogados ni utiliza a los presos con afán de venganza. Un estado honrado no roba el dinero libremente aportado por ciudadanos para una causa justa. En definitiva un estado justo no reprime ni persigue la solidaridad. Pero el estado español no es democrático, no es honrado, no es justo.
Y por eso es más necesario que nunca que tomemos las calles como hoy, como hace una semana, para dejarles claro que nosotros y nosotras queremos una Euskal Herria en paz, libre y solidaria. Y que no hay operación político policial que vaya a conseguir frenarnos en nuestro objetivo. Que el país que necesitamos y vamos a construir no les necesita y que lo vamos a poner en pie pese a sus presiones y sus amenazas porque el futuro es nuestro, de las gentes de Euskal Herria.