Luis Salgado – Alternatiba
En fechas recientes tuve el infortunio de leer un artículo de opinión en un periódico del grupo Vocento, en el cual, Javier Tajadura Tejada, bajo el título Guerra de Banderas defendía que “…las banderas no siempre cumplen una función inclusiva…”. Tal afirmación la utilizaba para analizar el hecho de que el pasado 6 de julio la recién elegida corporación municipal del Ayuntamiento de Iruña colocase una ikurriña en el balcón junto a las enseñas europea, española, navarra y pamplonesa. Por supuesto de todas las banderas presentes en dicho balcón la única que a su parecer era excluyente era el pendón sabiniano.
He de reconocer que no es nada nuevo que existan en el Estado voces que día tras día nos hablen de lo excluyente del nacionalismo, de todos los nacionalismos, salvo, claro está, del nacionalismo español del que no tenemos constancia de su existencia. Un español no es nacionalista, es patriota, (¿diferencias?) o al menos eso deberíamos deducir de las expresiones utilizadas por todos estos no-nacionalistas pero que mentan la patria a la menor oportunidad. Estos mismos señores, tan incluyentes ellos niegan la existencia de otras naciones (o patrias) en el seno de su roji-gualda, pero eso no es excluir, no señor, eso es algo más grande (¿y libre?), eso es absorber, diluir, anular, eliminar… y paro que me disperso, volvamos a la idea germinal de este post, eso de que no todas las banderas son incluyentes.
Quienes me siguen y me conocen saben de sobra que no soy un enamorado de los pendones tal y cómo escribo en un post anterior, y quizás sea esa alergia la que me impulsa a dedicar cinco minutos de mi vida a dar una somera explicación de por qué dicha afirmación no tiene ni lógica ni sentido y el Sr. Profesor de Derecho Constitucional de la UPV vende una moto que no anda.
No existe en el mundo, ni en las relaciones humanas un símbolo que refleje mejor la exclusión que una bandera. La bandera es excluyente por definición, sea esta roji-gualda, azul con estrellitas, contenga cruces, florecitas o una hoz y un martillo. Con ese fin se crean, para cubrir con su manto a quienes son “iguales” frente al resto, para designar y diferenciar el Nosotros del Ellos. Decir que la bandera española es incluyente es obviar que excluye de su seno a una pequeña parte de la población mundial, digamos que así a bote pronto a unas siete mil millones de almas, y eso lo saben mejor que nadie todas esas personas que mueren ahogadas en Mediterráneo o intentan saltar las vallas que rodean Ceuta y Melilla.
Regresando al texto, el reputado profesor universitario asevera en varias ocasiones, utilizando como ejemplos la bandera confederada y la ikurriña frente a las de la Unión y la navarra, que mientras las segundas acogen en su seno a la totalidad de la población, las primeras solo son referentes para una minoría (a la cual aprovecha para descalificar en base a los tópicos más raídos que ha encontrado). En primer lugar hemos de darnos cuenta del error matemático de dicha afirmación. Si la bandera de la Unión y la de Navarra son asumidas por TODA la población, ¿cómo es posible que exista una minoría que defienda las otras banderas? Ah, claro, la respuesta es muy sencilla, porque si esas personas son minoría y no aceptan estar dentro del Nosotros automáticamente dejan de existir. Pero en segundo lugar, si el razonamiento para considerar que una bandera es inclusiva es el número de seguidores de la misma, entonces deberíamos asumir que, por ejemplo, la esvástica sobre fondo rojo fue un ejemplo de inclusión Alemana.
Aunque claro, lo mejor de todo el artículo viene justo al final, el último párrafo que voy a transcribir casi en su totalidad porque es tal la estupidez y memez en él escrita que no me puedo resistir; “…Mientras no lo hagan (desaparecer), (las banderas) hay que procurar ponerlas al servicio de la convivencia e integración de las personas –función para la que teóricamente fueron concebidas- e impedir su utilización para crear conflictos y divisiones en la sociedad” ¿En serio? ¿Todo un profesor de la UPV puede permitirse decir tal sarta de tonterías? Realmente el sistema educativo está hecho unos zorros.
Obviando la primera frase que no deja de ser expresar un anhelo o deseo, lo mejor llega en la frase enmarcada entre guiones. Mire señor Tajadura, las banderas fueron creadas principalmente para diferenciar las tropas propias de las ajenas en el campo de batalla, en el caso de España para diferenciar el blanco castellano del blanco inglés en las batallas navales. Esa era su función principal y para eso se crearon, no para la convivencia e integración de las personas, salvo que consideremos las guerras e invasiones formulas de integración, como con Nabarra, Aragón, o Granada, por ejemplo, y por esa misma lógica mucho me temo que su última frase no tenga como sustentarse, ¿cómo evitar que una bandera cree divisiones en la sociedad si su fin es diferenciar a los miembros de esa sociedad del resto? A no ser, claro está, que usted sea tan nacionalista que crea que bajo una bandera no puede existir la disidencia, pero claro, eso no será así porque en España no hay nacionalismo, solo patriotismo sano. ¡Anda y que les den!
Del blog de Luis Salgado El mundo imperfecto