Un verano más el delegado del Gobierno del Estado en la CAV ha puesto sus ojos en las fiestas populares de Euskal Herria, atacando decisiones y convocatorias populares organizadas por los propios ciudadanos y ciudadanas. Con la excusa de la dignidad de las víctimas Urquijo busca la imposición de un proyecto y un protagonismo político que Euskal Herria le ha negado una y otra vez.
No se defiende la dignidad de las victimas con la exclusión de algunas, solo el reconocimiento y reparación de todas las vÍctimas hace justicia a la dignidad de todas las vÍctimas, en consecuencia la actitud sectaria y vengativa del delegado del gobierno es un ataque a la dignidad de todas, de hecho el peor ataque que se puede hacer a la dignidad de las vÍctimas es tratar de utilizar su dolor y sufrimiento con fines partidistas o electoralistas.
El delegado del Gobierno español, al igual que el propio gobierno español, no pierden oportunidad en poner obstáculos a un proceso de resolución, reconciliación y convivencia con el que la sociedad de Euskal Herria está comprometida. Su actitud ruin y vengativa responde a mezquinos intereses electoralistas, a la querencia española de imponer un modelo de país y de Estado fracasado y caduco.
Esta actitud del gobierno español tiene su expresión más cruel en la utilización de la política penitenciaria como arma de venganza, negando los derechos más elementales a las personas presas y en especial a las personas presas enfermas.
Somos muchos y muchas los que a lo largo y ancho de Euskal Herria, exigimos el respeto de todos los derechos para todas las personas, por este motivo acudiremos a la manifestación del viernes día 28 en la plaza Elíptica de Bilbao, para reclamar la excarcelación de todos los presos y presas políticas vascas que sufren enfermedades graves.
EH Bildu considera que el derecho a la protesta y a la manifestación son derechos civiles básicos que no pueden ser vulnerados por el interés político del Partido Popular, interes como cuyo garante se presentan Urquijo y parte de la judicatura y que se traduce en ilegalizaciones, prohibiciones o el recorte de derechos.
La ciudadanía vasca quiera la reconciliación, quiere reconocer y reparar a todas las victimas sin exclusiones, quiere que se respeten los derechos humanos de todas las personas, también de las que están presas y no quiere que desde Madrid, o desde las obsesiones del Partido Popular se nos trate de imponer un relato que conduce a una memoria falsa y totalitaria negando las diferentes realidades de este pueblo. Euskal Herria no quiere injerencias de Madrid, y desde luego no quiere ni necesita una figura como la del delegado del gobierno, que ejerce a modo de virrey en una actitud caciquil alejada de los deseos de la ciudadanía. Exigimos la desaparición de la figura de delegado del gobierno, por innecesaria, obsoleta e impuesta y emplazamos al gobierno de Madrid y a todas las fuerzas políticas a comprometerse con el proceso de paz, reconciliación, normalización y convivencia, sin exclusiones y sin imposiciones.