En vísperas del trascendental 27S catalán, Alternatiba ha organizado charlas en Orereta, Getxo y Gasteiz en torno al proceso soberanista, para las cuales tenemos la oportunidad de contar con la presencia de Jaume Casals (Navàs, 1975), militante de la Candidatura d’Unitat Popular, CUP, y alcalde de Navàs (Bages, Barcelona) desde 2011. Hemos aprovechado su visita para entrevistarlo para este Alterkaria.
¿Por qué la CUP ha apostado por concurrir en solitario al 27S cuando parte de la sociedad civil pedía unidad en pro de la independencia?
Las razones para concurrir en solitario son diversas. En primer lugar, desde la CUP, nuestro diputado Quim Arrufat propuso una candidatura únicamente formada por la sociedad civil, sin políticos en activo, con el objetivo de declarar la independencia inmediatamente y al cabo de poco tiempo realizar elecciones constituyentes. Durante dos días estuvieron mareando la perdiz en debates tan absurdos como si Artur Mas era un político en activo o no, y si podría participar de la lista. Finalmente la propuesta ha acabado siendo Junts pel Sí, en la que aparecían algunos agentes de la sociedad civil (Òmnium, ANC, Súmate) pero en el fondo era una candidatura donde mayoritariamente había políticos de diversos partidos (Convergència, d’Esquerra y también de las escisiones de Unió y el PSC). Esta candidatura aunque en los primeros sitios se ponen unos representantes de la sociedad civil realmente tiene como finalidad igualmente que Artur Mas sea nombrado presidente.
Este es otro de los motivos: Mas con sus recortes neoliberales y la identificación del proceso en su persona. Identificación que creemos negativa y falsa, cuando realmente el motor del proceso ha sido la gente, sin la movilización popular no estaríamos en el punto en el que estamos. Desde la CUP tenemos claro que en esta lista hay mucha gente que ha estado gobernando y que ha aplicado recortes y políticas antisociales que han afectado a gran parte de la población. Por tanto, no creíamos que ese fuera un espacio donde desarrollar políticas de izquierda independentista, y también creíamos que era necesaria la CUP para desvincular la asociación que podía hacer mucha gente entre independencia y políticas de recortes. Por eso creíamos que una única lista independentista donde había recortadores y dirigida ideológicamente por un partido que ha estado envuelto en casos de corrupción restaba más que sumaba.
Mucha gente pedía un polo unificado por la independencia, igual que también había presiones para hacer un polo desde la izquierda con Podemos, ICV-EUiA y Procés Constituent, que al final sin Procés Constituent se ha transformado en Catalunya si que es pot (CSQEP). Pero es que al mismo tiempo también había mucha gente que tenía claro que no teníamos que renunciar a nada, que lo queríamos todo (ho volem tot), de hecho era nuestro lema en las autonómicas anteriores, y que teníamos la obligación de no desligar el ámbito social del nacional, y que no nos valía una independencia vacía de contenido social al mismo tiempo que no nos valía el esperar eternamente que se abra un proceso constituyente en el estado español cuando las posibilidades de cambio y ruptura en nuestro país son mucho más reales que en el estado español. Se nos ha acercado gente que está molesta con la línea que ha tomado CSQEP y también cansados del papel sumiso de ERC en Junts pel Sí, nos llegan amplios sectores de gente que dicen que esta vez lo tienen claro, que van a dar su voto a la CUP.
Por otro lado, también ha habido bastante presión de una parte de la sociedad civil que no para de repetir que primero la independencia y después ya hablaremos de modelo de país, pero nosotros tenemos claro que no tenemos que renunciar a nada.
La izquierda que no se define sobre la independencia, habla de abordar primero las crisis sociales. La CUP habla de construcción nacional y social de la mano. ¿Es realmente posible?
Es curiosa la posición que ha ido tomando la izquierda en todo esto proceso.Antes del 9N apostaban por el derecho a decidir pero poco a poco lo han ido reduciendo hasta excluir de CSQEP a Procés Constituent porqué pedían un compromiso claro para realizar un referéndum de autodeterminación. Hablan de que se tiene que decidir todo, pero en el debate nacional no se definen porque se guían por el cálculo electoral y ya están pensando en las elecciones estatales, y no se atreven a definirse porque eso, creen, les podría suponer un castigo a nivel estatal. Por otra parte hablan de abordar primero las crisis sociales, cuando nosotros creemos que todo va ligado. El estrangulamiento económico por parte del gobierno central también tiene parte de culpa en los recortes de la Generalitat.
No solo creemos que es posible combinar construcción nacional y social, sino que realmente es necesario y inseparable. Puntualmente tendremos coincidencias con otros grupos únicamente en un ámbito pero nosotros trabajamos en los dos, como dijo David Fernández «mano tendida para la libertad de nuestro pueblo, puño cerrado contra los recortes».
La CUP surge desde el municipalismo y en 2012 asalta al parlamento con tres personas como punta de lanza. Todos los sondeos hablan de una mayor presencia tras el 27S. ¿Qué os supondrá esto como organización?
Estos tres diputados han estado haciendo una faena brutal intentando estar en todas las comisiones y consiguiendo marcar un discurso muy diferenciado con el resto de grupos políticos. Al mismo tiempo, hemos conseguido llevar diversas luchas al parlamento, presidir la comisión contra la corrupción, acabar con las pelotas de goma, 9N… y mucho más.
Si con tres diputados hemos marcado parte de la agenda del parlamento catalán creemos que todo este previsible crecimiento hará posible que lleguemos a algunas comisiones donde antes por tiempo nos era imposible asistir. A nivel municipal ya hemos experimentado un crecimiento bestial pasando de 62.000 votos, 100 concejales y 4 alcaldías a los 237.000 de las últimas consiguiendo 385 concejales y 20 alcaldías. Hemos conseguido los primeros concejales en el País Valencià y hemos entrado en L’Hospitalet, Lleida y Tarragona. Los tres diputados nos han servido para hacer llegar nuestro discurso rupturista hasta muchísimas más capas de la sociedad catalana, y ahora en muchos ayuntamientos tenemos la oportunidad de desarrollar políticas transformadoras.
Además de militante de la CUP, eres alcalde de Navàs. En una localidad de 6.000 habitantes, ¿cómo se está viviendo este proceso?
En 2011 llegamos a la alcaldía y hemos ido trabajando para hacer llegar un discurso independentista, de izquierdas y rupturista. Poco a poco, intentando que parte de la población perdiera el miedo a la independencia y también perdiera el miedo a oír críticas a la Unión Europea. Un año después, CiU presentó en el pleno una moción de apoyo al pacto fiscal, nosotros nos opusimos y votamos en contra dejando claro que era imposible buscar el encaje del pueblo catalán dentro del estado español, que tocaba ruptura, que se estaban repitiendo los errores del estatut, que no teníamos que pedir permiso para ser libres. Ese día, nuestro anterior socio de gobierno (ERC) se abstuvo. Nuestro discurso llegó a gente pero hay quien siempre espera el pacto con el estado.
Al cabo de unos meses hicimos un sí crítico en la declaración de soberanía del parlamento catalán y recibimos muchas críticas de sectores que querían un apoyo incondicional, a ciegas, sin más y con Mas. Es como con el tema de la UE, parece que hay temas tabú que no quieren que se toquen. En un contexto de triple crisis (nacional, social y democrática) creemos que cada día más gente ha ido entendiendo nuestras posiciones rupturistas.
A nivel de nuestro pueblo la ANC ha sido bastante activa y ha ido acompañando y dinamizando las respectivas movilizaciones populares que se han desarrollado en los últimos 3 años, pero lo han hecho mayoritariamente de una manera acrítica con la gestión de Artur Mas. A veces cuando mostramos nuestro escepticismo y desconfianza con la acción de Mas nos dicen que estamos interrumpiendo el proceso, cuando realmente somos partidarios de acelerarlo. Hay sectores que no aceptan críticas, cuando desde la CUP queremos debatirlo todo, cuestionarlo todo y también practicar la autocrítica.
En general hay una elevadísima voluntad de movilización popular y eso es lo que creemos que ha mantenido vivo un proceso que están encallando esperando alguna oferta del gobierno español. Después de las elecciones del 27S ahora ya hablan de 18 meses para construir estructuras de estado y de hacer una candidatura unitaria a las elecciones estatales, y eso te hace dudar de si realmente hay una voluntad dilacionista por parte de Mas para mantenerse en el poder. Y eso, para la población significa más recortes, más política neoliberal…
En una Catalunya independiente, pero con oligarquías catalanas al poder, ¿considera la CUP que en el proceso la sociedad se ha empoderado hasta el punto de reclamar también la soberanía sobre su economía y sus vidas?
En una Catalunya independiente esperaremos que algunos sectores de izquierda que ahora no quieren participar de la independencia se activen en las luchas sociales para construir realmente un país justo. Desde la CUP hemos remarcado la voluntad de conseguir la independencia total, hemos dejado clara que tenemos que recuperar todas las soberanías, no solo la nacional, sino también la económica, la energética, la alimentaria… Solo seremos verdaderamente libres si somos soberanos en todos los ámbitos. Es por eso, que al mismo tiempo vamos construyendo estructuras de contrapoder potenciando el cooperativismo, la banca ética… Cuando hablas de la municipalización de servicios para combatir la externalización cada vez son más los que entienden que había quien hacía negocio con los servicios públicos, igual que con los recursos estratégicos básicos (agua, luz), y que ahora es la hora de ir construyendo otros modelos para acabar con las oligarquías. Históricamente se decía que Catalunya estaba en manos de 400 familias y que siempre eran los mismos, y nuestra lucha también es para acabar con esas élites económicas que saquean el país.