Iagoba Itxaso – Alternatiba
Hablaré de este tema, debido a la enorme audiencia que ha tenido este programa, muy por encima del resto de las intervenciones que ha tenido en televisión Arnaldo Otegi desde su salida de la cárcel de Logroño.
Mucha gente, tras ver el pasado domingo la entrevista de Jordi Évole a Arnaldo Otegi en “Salvados”, hemos dicho que es lo que esperábamos. Pero me gustaría puntualizarlo. Sin duda en cuanto a seguimiento del público, lo adivinábamos, pero en cuanto a temario yo personalmente me esperaba más. Me esperaba un Jordi Évole algo más audaz, poniendo incluso en algún aprieto a Arnaldo Otegi; un “poquito” menos sobre ETA y un “poquito” más de política institucional (incluso algo de puro electoralismo, por qué no). A pesar de ello, prácticamente todos los que lo dijimos en un lugar u otro, creo que tenemos bastante claras dos cosas: por un lado la trayectoria de Arnaldo Otegi, y por el otro que ahora que está fuera de la cárcel (donde fue encerrado como preso político por caminar hacia la formación de lo que hoy es Sortu, ni más ni menos) tiene tiempo para explicar el proyecto político que desea hoy defender.
Hasta ahora este hombre tenía sombras sobre su espalda que no le permitían llegar a mucha gente. Algunas de esas sombras, sin duda muy importantes, venían de su lado de la barricada; de las acciones violentas que se realizaban desde ese lado de la barricada, principalmente en manos de ETA. Ahora, su victoria en ese sentido, abanderando el viraje estratégico del transatlántico del MLNV sin dejarse prácticamente nadie fuera, consiguiendo después que una de sus expresiones (hoy Sortu) se aliara electoralmente con otras sensibilidades políticas (EA, Alternatiba y Aralar), ha dado como primer fruto un clima de normalidad política que, a pesar de que falta muchísimo por andar (presos, reconocimiento del daño, análisis consensuado del conflicto, poder de decisión depositado en las manos de la sociedad vasca, etc.) nunca se había vivido en Navarra y Euskadi (CAV).
Electoralmente no se le debe nada a Arnaldo Otegi, eso lo tengo bien claro, y creo que es un concepto que forma parte del tipo de democracia que defiende EH Bildu. Pero también tengo bien claro algo que se puede considerar opuesto: y es que sí tienen un importante rédito con la sociedad las formaciones políticas que nunca han dado ningún paso para que la normalidad política avanzara.
Por otro lado, creo que si hay algo muy concreto que se le debe a este hombre, es escucharle, porque hasta ahora, la sociedad en su conjunto, no hemos podido hacerlo con un mínimo de normalidad, ya sea porque ha sido encerrado en la cárcel sólo por defender ideas políticas, o porque cada vez que habría la boca sólo se le sabía replicar unas siglas: ETA.
Ahora Arnaldo Otegi, por primera vez podrá trasladar con claridad la oferta política que desea defender. Con la claridad que permite haber pagado por sus pecados para unos, o haber conseguido abanderar grandes logros para su pueblo para otros.
Jordi Évole tuvo miedo de escucharle, no quiso hacerlo. Prefirió mostrar una visión de lo que parece representar Arnaldo Otegi para el común de los ciudadanos del Estado español, en subjetivo, sin intención de objetivizar. Prefirió preguntar sobre sombras (mostrándolas literalmente también, de hecho), a un hombre que se ha ganado a pulso poder hablar de luz. Pero, por supuesto, como he dicho es lo que cualquiera podía esperar, y me remito a sus primeras palabras durante la entrevista: nadie esperaba aplausos.
Dicho esto, me gustaría animar a quien me lea a que haga otro esfuerzo más, escuchando una entrevista a Arnaldo Otegi realizada por Iñaki Gabilondo… hace quince años. Nadie esperaba aplausos en el último “Salvados”, pero personalmente esperaba una entrevista ligeramente distinta, más comparable a la que muestro de Iñaki Gabilondo, otro icono para el progresismo español, muy alejado de mi forma de pensar, pero que me encanta mostrar, porque tiene aquello que puedes desear en aquellos que no comulgan contigo: inteligencia y un mínimo de empatía. Una persona muy alejada del “cuñadismo de tonos rojizos” que parece querer representar Jordi Évole. Es lo que podía esperar, una entrevista como si hubiera sido realizada hace quince años; como si todo lo que ha pasado en los últimos quince años nunca hubiera ocurrido, eso podía esperar.
Es una entrevista en radio, de algo menos de media hora, que de verdad me gustaría animarte a escuchar, porque realmente contextualiza el presente, tras quince años con centenares de hitos dentro del conflicto vasco.
Como posdata, dejo ejemplos de esos hitos que ocurrieron tras esta entrevista: el fin de la actividad armada de ETA, la legalización de Sortu, la formación de Bildu, megaprocesos como el 18/98 y el 35/02, el encarcelamiento a Arnaldo Otegi, Rafa Diez y otros compañeros y compañeras por colaborar en la formación de un nuevo partido político, el PP acusando a ETA de los atentados del 11M, la ilegalización de Euskal Herritarrok y de varias formaciones relacionadas con la izquierda abertzale, el rechazo desde Madrid al plan Ibarretxe, el cierre de Egunkaria, accidentes en carretera por la dispersión, decenas de víctimas mortales de ETA, múltiples víctimas de otros tipos, gran cantidad de amenazas, centenares de detenciones, cientos de denuncias de torturas con varias condenas por falta de investigación, muertes en las cárceles por diversas circunstancias, enfermos y enfermas mantenidos en la cárcel…
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