Héctor Prieto – Alternatiba
Una de estas noches tuve un extraño sueño. Lo cierto es que se parecía a alguna novela orweliana, era un lugar sin definir donde un gobierno sutilmente totalitario se zampaba todo movimiento de resistencia, silenciado y perseguido ante la pasividad de los testigos. Pero entonces, de algún lugar, surgía un movimiento revolucionario, clandestino, popular, un grupo de acción, la última esperanza de la libertad. Aunque el final prometía, el trayecto parecía lento, incluso inquietante; tanto que me hizo despertar de golpe, acelerado, si no fuera por el final sería una pesadilla.
Los científicos y la propia experiencia me dicen que durante el sueño, el cerebro trabaja, selecciona y recopila información subjetiva. Seguro que os habrá ocurrido que muchas veces son secuencias cortas e inconexas, muy difíciles de recordar y que se esfuman a los pocos minutos de despertar. En cambio, hay sueños con relatos coordinados que cuentan una historia y que recordamos con mucha precisión: las caras, los hechos, el relato…
No soy de los que creen especialmente en el significado e interpretación de los sueños, pero este me ha inquietado haciéndome reflexionar. ¿Tendrá algo que ver con la realidad que percibo?, ¿hemos entrado en esa travesía por el desierto o todavía está por venir?. Sinceramente, no tengo ni idea, pero sí que la humanidad puede estar a las puertas de un cambio transcendental que no tiene porque ser bueno, aunque mi conciencia me obligue a ser optimista por pura supervivencia.
Fijaros en los últimos acontecimientos, el Brexit, la victoria de Trump o el auge de la ultraderecha en Europa. En nuestro entorno los hechos de Altsasu, el bloqueo deliberado y malintencionado para con el fin del conflicto vasco y los presos, o la detención de independentistas catalanes por quemar la foto de un señor elegido a dedo por su sangre y ungido por la gracia de Dios. Y Telecinco a la vanguardia del ”movimiento nacional”, idolatrando descaradamente a torturadores de Intxaurrondo y fascistas declarados como Serrano Suñer.
Eso sin olvidar el inminente final de los derivados fósiles, el cambio climático y el drama de los migrantes en el Mediterráneo. Mientras, la Europa agonizante mira o miramos nuestro ombligo, sabemos lo que hay, pero es más fácil mirar para otro lado. Quizás este algo impresionado por el sueño, pero la situación actual no dista mucho de los años 30, crisis económica, amenaza fascista y algo más preocupante, que a los mandatarios actuales la situación se les queda grande.
Es inquietante, aunque también es verdad que queremos todo para ya, a corto plazo. Eso mismo nos pasa a la izquierda, Podemos pretendía asaltar los cielos en dos días, y lo siento pero no es tan sencillo resolver una lucha de más de cien años por creerte más listo que nadie. También nos pasó antes a EH Bildu y la realidad nos dice que el cambio revolucionario es una carrera de fondo. Si la lucha continua con ilusión y paciencia puede que los cambios lleguen, y quizás nosotros ya no veamos el resultado.
Yo intento luchar cada día, en mi ámbito y dentro de mis posibilidades. Porque como dijera el poeta “un hombre, una mujer, así de uno en uno, no somos nada”, pero todos juntos somos imparables.
Del blog de Héctor Prieto Atxabalta REDvolution