Intervención de nuestro compañero de Alternatiba y diputado de EH Bildu Oskar Matute en torno a las gestión de Garoña de la mano del CSN.
Ciertamente es difícil hablar después de todas las intervenciones, porque compartimos desde Euskal Herria Bildu la mayoría de los planteamientos que se han puesto encima de la mesa para señalar la necesidad de que este debate culmine ya, y lo haga con el cierre y el desmantelamiento definitivo de la central nuclear de Santa María de Garoña.
Como eso es difícil y como no sería más que redundante, voy a intentar trasladarles certezas e impresiones compartidas por la mayoría de la sociedad alavesa, que creo que, por encima de su adscripción ideológica, de su opción partidaria, comparte un diagnóstico y un sentir. Y el sentir es de perplejidad porque se abra un debate nuevamente cuando la sociedad alavesa lo daba por amortizado. Y también aprovecho para trasladar una opinión. Cuando Euskal Herria Bildu se preocupa por el tema de la central nuclear de Santa María de Garoña hay a gente que le sorprende, porque parece que intuyera que ignoramos que está enclavada en el territorio de Burgos. Lo que hay que tener en cuenta es que, para nuestra desgracia, la afectación que pudiera tener un accidente nuclear en la central de Santa María de Garoña en nuestra población sería prácticamente del cien por cien. Es la central nuclear, omitiendo en este caso las condiciones de obsolescencia en las que está, que más impactaría al conjunto de la población vasca. De ahí nuestra preocupación. Pero como decía la perplejidad en la sociedad vasca se instala porque se abre este debate, y nos gustaría saber por qué se abre este debate. Y se decía también que en un debate como este tiene que primar la seguridad de los ciudadanos y las ciudadanas por encima de los intereses políticos. También lo compartimos. Nos gustaría que en esta casa, en el Congreso de los Diputados alguien se animara a desmentir la información periodística que decía que tal vez la reapertura o cierre definitivo de la central nuclear de Santa María de Garoña pudiera estar dentro de ese paquete de medidas negociables para el apoyo a los Presupuestos Generales del Estado por parte de una formación política, el Partido Nacionalista Vasco, hacia otra formación política, la que detenta el Gobierno del Estado español, el Partido Popular, porque si la salud, si la seguridad está por encima de los intereses políticos no se me ocurre mejor ejemplo de lo que no hay que hacer que ese supuesto cambio de cromos presupuestario.
También hay otras impresiones, que tienen que ver con evidencias. La evidencia de la seguridad ya se ha puesto encima de la mesa. Es evidente también que la central nuclear de Santa María de Garoña no supone para sus dueños, para Nuclenor, Endesa e Iberdrola, una fuente de beneficio incalculable, más bien todo lo contrario, sus beneficios son limitados; no parece que Iberdrola atraviese una mala o delicada situación económica, acaba de repartir más de 130 millones de euros entre 345 ejecutivos por un bonus de beneficios; no parece que el impacto en el conjunto del sistema eléctrico español sea notable como para argumentar por ello que tenga que estar abierta la central nuclear de Santa María de Garoña, cuando produce apenas el 0,77 % del conjunto de la energía eléctrica que se produce en el Estado español, y tampoco parece que el mantener centrales nucleares tan ineficaces como esta sea la mejor garantía para hacer ese tránsito energético necesario para acabar o para transitar de las energías fósiles limitadas y devastadoras del medio natural hacia las energías renovables.
Y termino con una cuestión. Lo que más indigna y sorprende, y lo que motiva que miles de personas en nuestro país pidan y exijan la dimisión del presidente del Consejo de Seguridad Nuclear, es su irresponsable actitud promoviendo un debate que quizá sirva para darle algún tipo de beneficio o ayuda a Iberdrola o a Endesa por cerrar definitivamente algo, porque probablemente no se puede cerrar lo que ya está cerrado, pero por desgracia se puede amenazar con reabrirlo. Antes esa actitud irresponsable del presidente del Consejo de Seguridad Nuclear no cabe sino concluir que es mucho más responsable, mucho más diligente y mucho más segura la actitud de Homer Simpson en la sala de máquinas de la central nuclear de Springfield que la del presidente del Consejo de Seguridad Nuclear al frente de esta institución del Estado español.
D.S. texto íntegro PDF