Afrontamos este nuevo curso político con tres ejes de acción y con una hilo conductor transversal que los envuelve; la soberanía. La primera de las líneas que vertebrarán el trabajo de Alternatiba en su día a día es la que, además, ocupa la actualidad política de estos días: las luchas emancipatorias con la del pueblo catalán como referente más cercano. Consideramos que el procés y el referéndum de octubre suponen el mayor desafío al régimen del 78, y la mayor ventana de oportunidad no solo para todos los pueblos que quieren construir un estado propio sino también para quienes aspiran a transformar un estado pobre en democracia y derechos.
Quienes se dicen de izquierdas y partidarios del derecho a decidir, no pueden censurar que Catalunya dé la palabra al pueblo. En esta coyuntura, la izquierda no puede permanecer silente ni cómplice con del tripartito PP-PSOE-Ciudadanos. O se está con las urnas y la democracia, o se está con la represión y el apuntalamiento del régimen monárquico heredado del franquismo. O sé demuestra estar con la soberanía de los pueblos o se es cómplice de quienes se la ceden a la troika para empobrecer a la ciudadanía y rescatar a la banca.
Desde Alternatiba, hemos venido apoyando sin ambages el proceso soberanista catalán; no por una visión nacionalista del mismo sino simple y llanamente por una vocación internacionalista, emancipatoria y, sobre todo, democrática. Creemos en las construcción nacional de la mano de la construcción social, y tenemos la certeza de que una Catalunya soberana podrá a aspirar a mayores cotas de dignidad y derechos para su ciudadanía. Igual que lo creemos y lo deseamos para Euskal Herria. Por todo ello, una delegación de nuestra formación participará en los actos de la Diada que arrancan este domingo invitados por la CUP. Asimismo, el próximo 1 de octubre, la práctica totalidad de la dirección de Alternatiba estará en Barcelona apoyando la trascendental jornada. También llamamos a la sociedad vasca a movilizarse activa y decididamente en las diferentes convocatorias en solidaridad con el referéndum convocadas para los próximos días en diferentes pueblos y ciudades de Euskal Herria.
El segundo eje para el curso que arranca es el de la consecución de una igualdad efectiva a través del feminismo. Lamentablemente, hoy mismo, vemos como las mujeres de Hondarribia son discriminadas por razón de sexo y, para colmo, la discriminación se da con la colaboración y el aval del ayuntamiento, la Diputación de Gipuzkoa y el Gobierno Vasco. También vemos cómo en Bizkaia, las trabajadoras de residencias de mayores llevan más de 300 días en huelga en defensa de su dignidad y de las personas a quienes cuidan. Un conflicto que trasciende lo laboral pero que sin duda está sin resolver porque lo protagonizan mujeres. Los cuidados, como el resto del trabajo reproductivo, son cuestiones a seguir abordando durante este curso, tanto desde las instituciones como desde luego desde la sociedad y siempre en constante diálogo con el movimiento feminista. Tampoco nos olvidamos de las brechas salariales, los techos de cristal o la violencia machista (hoy conocemos el aumento de un 4% en las diligencias de la fiscalía por agresiones sexuales en la CAV) que sigue sin contar con el compromiso real de las instituciones para erradicarla desde la desigualdad estructural de la que emana.
El tercer y último pilar de nuestro esquema pone el foco en las desigualdades sociales, el creciente abismo que nos deja una situación donde algunos dan por cerrada la mal llamada crisis del 2008 porque se han alcanzado los mismos o mayores umbrales de beneficio empresarial, ignorando pretendidamente que el reparto de la riqueza es cada vez más desigual, el empleo parcialmente recuperado es totalmente precario y que los índices de pobreza son alarmantes. Y no solo fuera de la CAV por más que el PNV nos pretenda trasladar las bondades de un oasis vasco que solo mira al sur del Ebro. Vemos cómo CEL, La Naval, Edesa, Gometegui y varias docenas más de empresas vascas atraviesan graves situaciones y, entre tanto, el Gobierno Vasco sigue estableciendo recortes en ayudas sociales. Tampoco olvidamos una juventud a la que se condena al exilio y a la que se criminaliza cuando reivindica derechos.
Y como decíamos, la soberanía es el hilo conductor de los tres ejes que servirán de brújula en la acción política, tanto en la calle como en las instituciones. Casi nueve años ya desde la puesta en marcha de Alternatiba, vemos cumplidos algunos de los objetivos con los que echábamos andar, como el de la construcción de un sujeto amplio de izquierda soberanista en este país, EH Bildu, que ha arrancado su proceso de consolidación como sujeto político para ser alternativa eficaz a la derecha vasca. En esa línea, no nos cabe duda de que el fortalecimiento de Alternatiba supone en sí la consolidación de Euskal Herria Bildu.
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