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El lunes 13 de diciembre se reunirá el Consejo Cívico de Bilbo. La composición elitista y no paritaria del Consejo, así como los temas a tratar en la reunión, dan una idea del carácter meramente propagandístico que PNV e IU conceden a este órgano decorativo.
Es sumamente significativo que la ponencia principal de la reunión, “El cambio de escenario global al que se enfrenta Bilbao”, sea presentada por Pedro Luis Uriarte, exconsejero delegado del BBVA, y que nos da una idea del modelo de ciudad por el que apuesta el actual equipo de gobierno.
Un modelo de ciudad que prioriza el desarrollo especulativo y urbanístico del centro de la ciudad y el eje marcado por la ría y deja abandonado a los barrios, donde vive la mayoría de la población. Cada vez es mayor la brecha entre el centro y los barrios y hoy es el día en el que recortan prestaciones sociales para los sectores más desfavorecidos y barrios enteros carecen de servicios básicos como accesos en condiciones, transporte público, escuelas infantiles y un largo etcétera, mientras las inversiones millonarias se suceden una tras otra en el centro.
Así mismo, los grupos municipales de la izquierda abertzale, EA y Alternatiba queremos subrayar que la pluralidad y riqueza asociativa existente en la Villa para nada está representada en un Consejo constituido por obligación que no por vocación; con un fin exclusivamente mediático; y cuya composición destaca por la excesiva y casi única presencia institucional y empresarial, la marginación del tejido social y de la cuarta fuerza política de la villa – la izquierda abertzale obtuvo en las últimas elecciones municipales más apoyo electoral que la coalición IU-Aralar-, y la ausencia absoluta de paridad (únicamente 10 de las 75 personas que lo componen son mujeres, es decir, la presencia de mujeres apenas alcanza el 13,33%); y la insultante discriminación del
Euskara, tanto en sus reuniones como en las actas y comunicaciones, en una ciudad en la que vivimos 165.000 euskaldunes o cuasi euskaldunes (datos de la memoria municipal).
Frente a este modelo elitista de ciudad escaparate que se nos quiere imponer, la izquierda abertzale, EA y Alternatiba abogamos por otro modelo de ciudad construido sobre la base de las necesidades reales de la población y los barrios. En lo que se refiere a participación ciudadana ésta es una de las asignaturas pendientes de Bilbo. A pesar de las oportunidades que ofrece, la actual arquitectura institucional de la villa está diseñada para cercenar la participación ciudadana. La nutrida manifestación celebrada en junio de 2008 por las asociaciones vecinales o la reciente dinámica ciudadana contra la ampliamente contestada Ordenanza sobre Espacio Público no es sino la constatación de una ausencia considerable de cauces de participación.
La puesta en marcha del Consejo Cívico debiera haber sido una oportunidad para invertir la tendencia actual. Sin embargo, el hecho de que haya sido tramitada sin debate social alguno; que su composición esté absolutamente descompensada a favor de un determinado sector (empresarial y hotelero), deje al margen a sectores sociales completos y para nada refleje la paridad entre mujeres y hombres; es demostrativo del escaso, por no decir nulo, interés con el que PNV e IU afrontan la constitución de este órgano institucional.
En Bilbao es necesario un replanteamiento serio de los cauces de participación ciudadana. Creemos que el sistema de Consejos de Distrito, Consejos Sectoriales y Consejo Cívico del que se dota como instrumentos de participación ciudadana el Ayuntamiento no son las herramientas adecuadas tal y como se encuentran definidas
para dar cauce a la participación de la ciudadanía en los asuntos y decisiones de la política municipal. De hecho, y ejemplo de ello es que de manera reciente ha estado aprobado el proyecto de presupuesto municipal sin ninguna participación de ninguna asociación ciudadana, pese a ser el documento donde se trazan las líneas que marcarán el modelo de ciudad que se va construyendo.
Y es que en concreto el Consejo Cívico es una clara demostración de cómo el gobierno municipal de Bilbao, con el Alcalde Azkuna a la cabeza, apuestan por el alejamiento de los centros de decisión de la ciudadanía hacia élites económicas o políticas, y la tecnificación de los procesos de toma de decisión y gestión de los asuntos públicos.
Azkuna hace gala de su despotismo ilustrado y coarta la participación de la ciudadanía en los asuntos municipales, huyendo de una ciudadanía concienciada que controle la actividad de la clase política y funcionarial.
Izquierda abertzale, Ea y Alternatiba proponemos para Bilbao un modelo de democracia radical que se asiente en los siguientes pilares:
- El control ciudadano del Ayuntamiento: para lo cual es necesario garantizar el derecho a la información de los asuntos municipales con claridad.
- El derecho de propuesta al municipio: porque el pleno del Ayuntamiento de Bilbao se ha convertido en una reunión cerrada inaccesible a las propuestas de la ciudadanía.
- El derecho a la participación: revisando las estructuras y reglamentos de los órganos hasta ahora existentes y facilitando así mismo la participación ciudadana en organismos autónomos y sociedades municipales.
- El derecho a la consulta ciudadana: garantizando que la ciudadanía sea consultada en aquellos asuntos estratégicos para la ciudad o cuando así se solicite por una parte sustancial de la propia ciudadanía.