Desde la Mesa de Feminismo intentamos avanzar en la definición de las bases para una agenda política y una estructura organizativa alternativas. Nuestro esfuerzo se centra fundamentalmente en definir estos dos ámbitos desde una propuesta política feminista.
Consideramos que ninguna fuerza que se considere de izquierda puede obviar todas las propuestas políticas que se están planteando y luchando desde los distintos feminismos. Estas propuestas no pueden ser más un epígrafe en la agenda de los partidos de izquierda, o un tema de las mujeres de los partidos, sino que deben estar en las propias bases ideológicas que sustentan el proyecto, y cómo no, en todas las áreas de la organización.
Sería necesario clarificar, ya que como decíamos existen distintos feminismos, cuál es aquél desde el que nos definimos. En este sentido, no vamos necesariamente a optar por alguna de las corrientes existentes, ya que consideramos que en nuestra propuesta pueden coexistir elementos interesantes de todas ellas; pero sí debemos plantear algunos de los elementos fundamentales de nuestro marco ideológico:
- Consideramos que nuestra lucha feminista es contra el sistema patriarcal, pero también contra el sistema capitalista. El sistema patriarcal, como sistema de organización social, está presente en todas las realidades de nuestra vida, y establece “lo masculino” y por consiguiente, a los hombres, como centro y medida de todas las cosas. El sistema patriarcal considera que la experiencia y vivencias de los hombres son válidas para toda la humanidad. Define así un modelo de ser humano -hombre, anglosajón, de edad media, heterosexual, católico, sin ninguna enfermedad o diversidad funcional, con un empleo exitoso, etc.-, como modelo que detenta el poder, como modelo de ciudadano que detenta todos los derechos; en la medida en la que las personas se alejen de este modelo ideal, disminuirá su poder dentro del sistema. Además, establece diferentes grados de ciudadanía o de ejercicio de la misma, en función de los parámetros antes citados. En definitiva, el patriarcado plantea un ejercicio autoritario del poder, concentrado en sectores y personas específicas. Es, por tanto, un sistema que fundamentalmente excluye a las mujeres, pero también que genera desigualdades fundamentales en el acceso y ejercicio del poder para grandes mayorías, limitando la construcción de sociedades democráticas y equitativas. Por tanto, la lucha contra el sistema patriarcal es una lucha que este nuevo movimiento de izquierdas no puede postergar.
- El sistema patriarcal es constante en la historia, muta y se adapta a los diferentes contextos y épocas; pero tenemos que reseñar que encuentra en el sistema capitalista el caldo de cultivo apropiado para fortalecerse y desarrollarse. Ambos sistemas, como generadores de desigualdad y de dominación, se nutren y fortalecen mutuamente. En este sentido, nuestra agenda feminista no puede obviar la lucha contra el sistema capitalista como un eje fundamental; a su vez, el socialismo que queremos impulsar no será posible sin que éste sea feminista.
- Reivindicamos que esta nueva fuerza política debe fomentar e impulsar procesos de empoderamiento de las mujeres. Tanto el sistema patriarcal como el capitalista generan múltiples formas de violencia contra las mujeres, desempoderándolas en todos los ámbitos de su vida. Así, ambos sistemas alejan a las mujeres del ejercicio de una ciudadanía plena. Es por tanto que como fuerza política de izquierda debemos impulsar este empoderamiento, entendido como la toma de conciencia individual y colectiva de las mujeres, que les permita aumentar su participación en los procesos de toma de decisiones y de acceso al ejercicio del poder y a la capacidad de influir. El proceso de empoderamiento, a nivel individual, supone la toma de conciencia de las mujeres sobre su subordinación y, a nivel colectivo, la adquisición de una conciencia común sobre la dependencia social y la discriminación que sufren las mujeres en los diferentes ámbitos de la vida y la organización para luchar contra ésta.
- Desde nuestra propuesta feminista planteamos nuevas formas de poder, y de ejercicio del mismo. Los modelos existentes no nos valen para impulsar estos procesos de los que hablábamos. Siguiendo el planteamiento de diversas autoras feministas, el poder tradicional se ha entendido como un poder de suma cero, donde el aumento de poder de una persona o grupo significaba la pérdida del otro. Así se excluía del ejercicio del poder a las grandes mayorías, entre ellas a las mujeres. Apostamos por la idea de poder como suma positivo, el poder que tenga un grupo o persona aumenta el poder disponible. Siguiendo las diversas propuestas feministas apostamos por el poder desde dentro, que hace referencia a la capacidad de transformar la conciencia propia y reinterpretar nuestra realidad; el poder con, que se basa en la necesidad de alianzas con otras mujeres y organizaciones para la transformación; y el poder para, llamando a la solidaridad para el cambio, la erradicación de las estructuras que generan desigualdad. Este es el tipo de poder al que hacemos referencia cuando hablamos de impulsar procesos de empoderamiento. No queremos acceder al poder ya existente, queremos transformarlo. Y creemos que este tipo de transformación que planteamos debe ser un objetivo fundamental de la organización que queremos impulsar, a todos los niveles.
- Por último debemos hablar de la apuesta realizada como feministas a participar en un espacio mixto. Consideramos que las mujeres feministas debemos tener espacios propios para nuestras reivindicaciones y luchas, y defendemos y apoyamos al movimiento autónomo de mujeres en sus propuestas. Pero también consideramos fundamental poder participar en la construcción de esta nueva alianza de izquierdas, y poder luchar desde este ámbito por nuestras reivindicaciones como feministas. Luchamos por ver realmente un nuevo partido político feminista y de izquierda en Euskal Herria. Y creemos que esto es posible. Que es posible acabar con la marginación histórica que el movimiento feminista ha vivido en las grandes luchas de la izquierda. Sabemos que no es fácil, y que el camino está plagado de retos, pero también apostamos por el momento y el lugar como los más apropiados. Y solicitamos la complicidad y el compromiso de nuestros compañeros varones en apostar porque las luchas feministas, nuestras luchas como mujeres, deben también ser las suyas.