Alternatiba propone una sociedad basada en la democracia radical, que, según la entendemos, se basa en los siguientes principios:
- La participación como base del poder: el poder debe ejercerse a través de la participación activa y de calidad del conjunto de la población en cada ámbito de decisión, quienes deben contar con los canales, las estructuras, la información y el modelo de sociedad que posibilite dicha participación. Esta participación no debe únicamente circunscribirse al ámbito político, sino que debería también hacerse extensivo al conjunto de dinámicas económicas, sociales o culturales. El objetivo es entonces que las grandes mayorías dirijan su propio modelo e sociedad, al menos en aquéllos aspectos más estratégicos.
- No existe un modelo único que debe replicarse de manera automática en cualquier contexto o cultura. Al contrario, diferentes conceptos de democracia pueden convivir, dentro de un marco general compartido de derechos, y bajo unos principios y enfoques comunes. Por lo tanto, los ejemplos de democracia directa extrema y representatividad mínima -como en la ciudad del Alto en Bolivia, o las Juntas de Buen Gobierno zapatistas-, pueden ser tan validos como las realidades que conceden una mayor relevancia a la representación –aunque matizada respecto a los parámetros actuales-. En este sentido, tan negativo sería trasladar un sistema de mayor representatividad a culturas caracterizadas por la democracia directa, como intentar extraer reglas generales para situaciones específicas. En este sentido, diferentes grados son compatibles en un esquema con parámetros compartidos.
- La equidad en el acceso a la participación de calidad nos debe conducir a establecer estrategias específicas en función de los diferentes sujetos. De esta manera, como ya hemos indicado desde el Documento de Claves, cada sujeto sufre diferentes sistemas de dominación -capitalismo, patriarcado, etc.-, con lo que se deben establecer procesos, estructuras y políticas equitativas para alcanzar una participación realmente igualitaria. El caso de las mujeres es significativo, ya que, además de ser quienes más sufren la exclusión y precariedad económica, se encuentran muy alejadas de las instancias de decisión, a través de costumbres, culturas y estructuras pensadas desde una lógica masculina. Así, se deben tomar medidas determinantes para transformar radicalmente esta realidad.
Desde estos principios, proponemos un concepto de democracia radical que se define por las siguientes características:
- Aúna e integra la democracia directa, la democracia participativa y la democracia representativa. En este sentido, se compromete con la toma de decisiones por parte de la ciudadanía en aquéllos ámbitos estratégicos para el conjunto de la sociedad, tanto en lo local, lo provincial, lo estatal y lo internacional; además, define estructuras que garanticen la participación ciudadana en la elaboración de las políticas públicas; por último, define un nuevo modelo de representante político, elegido en base a listas abiertas, en todo momento sujeto a la posible revocación y a sistemas de rotación que impiden su profesionalización.
- La democracia no sólo se refiere a la generación de estructuras para la participación; ésta debe también ser de calidad, para lo cual habrá que posibilitar el acceso equitativo, transparente y objetivo a la información por parte de toda la ciudadanía.
- La democracia radical precisa de un modelo de sociedad radicalmente diferente: sólo se puede dar una participación de calidad en sociedades igualitarias; además, el modelo económico debe garantizar el tiempo y los recursos necesarios para la participación comunitaria y pública; finalmente, se debe generalizar una cultura de participación que dote a ésta de un valor fundamental.
Precisamente, ordenaremos las propuestas de la Mesa de Democracia Radical en función de estas tres características. Así, desarrollaremos en cinco puntos las iniciativas relacionadas con: democracia directa, democracia participativa, democracia representativa, acceso a la información; estrategia para el ámbito local.
Respecto a éste último punto, es necesario señalar que la Mesa se ha centrado en este ámbito local, ya que se piensa que es un espacio fundamental para iniciar un proceso estratégico de democratización, asumiendo el espíritu colectivo en Alternatiba de ir construyendo alternativas desde abajo, y a la izquierda.