Se apuesta por una nueva relación entre representante y representada/o, en función de un mayor poder de este último respecto al primero:
- Abolición absoluta de la ley de partidos como aberración antidemocrática.
- Nueva ley electoral que analice y adecue los actuales sistemas de representación (circunscripciones básicas, sistema D´hont) para que se garantice la coherencia entre apoyo popular y número de personas representantes.
- Abolición de la Ley de Territorios Históricos, de manera que la representatividad esté ponderada en función de la población.
- Apuesta decidida por las listas abiertas como fórmula de elección de las y los representantes.
- Posibilidad de revocación de las personas representantes en todo momento del ejercicio de su actividad.