Los sindicatos son instrumentos fundamentales para la defensa de las trabajadoras y trabajadores, para frenar las continuas ansias del capital y de sus defensores políticos y para contribuir a un cambio social que nos haga avanzar hacia una sociedad más justa e igualitaria.
Sin embargo, para que puedan cumplir esta función los sindicatos deben ser autónomos de los gobiernos, de las patronales y también de los partidos políticos, ser económicamente autosuficientes, de manera que sólo tengan que responder a los intereses de las personas trabajadoras.
Debemos impulsar la presencia sindical en todos los sectores donde la precariedad extrema dificulta la defensa de los derechos de las personas trabajadoras. Para ello debemos exigir la represión incluso penal de las conductas antisindicales de los empresarios, además de luchar contra la precariedad en todos los ámbitos de la vida laboral.
Debemos impulsar una acción unitaria de los sindicatos en la lucha por una mejora de las condiciones de trabajo y de empleo y en la defensa de los derechos laborales y sociales. La división sindical endémica que padecemos en Euskal Herria es un obstáculo para hacer frente a la patronal y a las administraciones neoliberales. Ante cada problema y cada actuación concreta se debe buscar el máximo grado de unidad posible entre los distintos sindicatos, sin vetos ni exclusiones. La respuesta a la crisis económica y a las muertes en el trabajo son dos aspectos en los que esta acción unitaria es tan necesaria como urgente.
Constatando la dificultad de las direcciones sindicales para alcanzar acuerdos, Alternatiba se plantea impulsar movimientos de base, de carácter abierto, unitario y con planteamientos no excluyentes que potencien respuestas amplias y unitarias a los problemas planteados.