La orientación neoliberal y securitaria ha producido el rechazo de buena parte de la población europea. Sin embargo estas posturas son variadas y propugnan desde la reforma hasta la deconstrucción, pasando por la refundación del proyecto comunitario.
La izquierda representada en el europarlamento considera que es necesaria “más Europa” para poder conseguir una Europa social, sin que los estados nación se debiliten, ya que son éstos quienes pueden plantar cara al capital y estiman que en el marco nacional es donde fundamentalmente se desarrolla la vida política, social y la lucha de clases.
Las fuerzas políticas anticapitalistas, por su parte, consideran que es necesaria la refundación de Europa, desde una perspectiva federal, para que ésta pueda alcanzar un contenido social, ambiental y democrático radical.
Por último, otras propuestas propugnan la deconstrucción de Europa y, a diferencia de las anteriores, rechazan la construcción de estructuras políticas supra-estatales, ya que estiman que inevitablemente se alejarán de la ciudadanía y resultarán de difícil control democrático, siendo por lo tanto más permeables a los intereses de las estructuras de poder económico y financiero.