La actual política de la UE y su aplicación en la administración del País Vasco prioriza y apoya el avance del modelo agro-industrial a través de sus subvenciones y castiga el modelo agro-ecológico. Una nueva política que promueva la agro-ecología debe reorientar las subvenciones y colocar el nuevo modelo de producción como una prioridad. Los criterios fundamentales que deben regir las subvenciones deben de ser los siguientes:
- El fomento de modelos extensivos, o la adopción de medidas efectivas de desintensificación.
- El fomento de la diversificación intrasectorial.
- La concesión de ayudas en función de necesidades específicas y handicaps específicos de los agricultores como las dificultades orográficas y otras limitaciones naturales. En este sentido, las ayudas deben de ser para el agricultor en función de sus necesidades y las necesidades de la sociedad (generación de empleo, alimentos de calidad y respeto al medio ambiente) y no en función de los volúmenes de producción.