Nafarroa, nuestra tierra, nuestro pueblo, está siendo objeto de las mayores agresiones medioambientales y sociales conocidas en las últimas décadas. Frente a la racionalidad de los argumentos ecológicos y sociales de las gentes, se impone la lógica del capital, del desarrollismo y el caciquismo a su servicio. El pantano de Itoitz, las térmicas de Castejon, la autopista eléctrica en Lizarraldea, el proyecto urbanístico-especulativo de Aroztegia en Baztan, la estación del TAV en Iruñea, la incineradora de Olazti, el polígono de tiro en Bardenas, la cantera de Zilbeti, el parque eólico de Leitza, las presas de Sarria y la situación de los ríos, la autovía Transpirenaíca, la contaminación electromagnética…se repite un mismo guión: proyectos irracionales son impuestos a estas poblaciones con el apoyo de las diferentes instituciones de Nafarroa. Por lo que exigimos la paralización de estos proyectos y el respeto a la voluntad popular.
Nuestra tierra, nuestra agricultura, nuestra industria, nuestra cultura y nuestras vidas se han puesto en manos de multinacionales, especuladores, empresarios y negociantes de todo tipo. Solo cuenta la lógica de sus beneficios, encubierta en muchos casos bajo el manto del “progreso” y la “modernidad”, y los intereses. Así la voz de la población es arrinconada y marginada sistemáticamente. Por si fuera poco, a las agresiones medioambientales se unen los efectos de la llamada “recesión económica”: expedientes y despidos por doquier, recorte de presupuestos sociales, precarización de las condiciones laborales….
Desde distintos lugares de Nafarroa hemos comenzado a alzar nuestra voz contra todos estos desmanes. Al calor de ello han surgido diferentes plataformas, coordinadoras e iniciativas y de su mano hemos participado en distintas movilizaciones. Pero hoy se hace necesario dar un paso más pues, como ya hemos señalado, existe un doble común denominador por debajo de todas estas agresiones: la supeditación de los derechos sociales, ciudadanos y medioambientales, o sea, la vida misma a una sociedad basada en el crecimiento y el desarrollo ininterrumpido, al interés del poder económico y, por otro lado, el amparo que las diferentes instituciones dan a todos estos desmanes.
Por ello, quienes firmamos este manifiesto hacemos un llamamiento a todos estos grupos e iniciativas a aunar fuerzas en torno a la defensa de Nafarroa, nuestra tierra y nuestro pueblo, y a hacer frente a este modelo de sociedad insostenible, antisocial y antidemocrática al que nos quieren someter. Llamamiento que hoy se concreta en la convocatoria de una manifestación a realizar en Iruñea, el próximo día 26 de junio como punto de encuentro de todas las respuestas ya en marcha y de partida para nuevas y futuras iniciativas.