Con motivo del día Mundial de la Alimentación, proclamado por las Naciones Unidas por el 16 de octubre, la Coordinadora Europea Vía Campesina llama a la sociedad civil con el fin de organizar acciones descentralizadas por una Europa libre de transgénicos y para denunciar el papel de empresas agroalimentarias como Monsanto en la destrucción de la biodiversidad y la privatización de los seres vivos. Este es el primer paso de una movilización más coordinada a escala europea. Se pretende establecer una coalición en Europa contra los OGM para responder a la agenda actual y futura pro-OGM de la Comisión Europea.
«Las nuevas propuestas de la Comisión Europea sobre los transgénicos pueden ocasionar una “flexibilización” de las normas sobre la autorización de OGM, con su propuesta de renacionalizar la toma de decisiones sobre cuestiones relacionadas con los OGM», señala la coordinadora europea. En marzo de 2010, la Comisión Europea autorizó un OMG por primera vez en 12 años – lo que permite el cultivo de la patata “Amflora”, una patata OMG desarrollada por BASF.
La Comisión está avanzando en la cuestión sobre los OMG, tratando de convencer a los Estados miembros de que su nueva propuesta les ofrece la libertad de prohibir los transgénicos si así lo desean. La verdad es que una vez que los OGM estén autorizados por la Comisión, podrán venderse en cualquier parte de la UE, independientemente de lo que los Estados miembros hayan decidido a nivel estatal. La Comisión podrá entonces impulsar muchas más variedades modificadas genéticamente a través de un proceso debilitado de autorización. «¡Es urgente reaccionar ahora!», aubraya la coordinadora.
«Rechazamos los cultivos transgénicos para tanto para el cultivo, importación y uso en la alimentación animal. La coexistencia de cultivos transgénicos y los no transgénicos es imposible, y los ciudadanos europeos, los agricultores y las organizaciones de la sociedad civil han reiterado su rechazo al cultivo, importación y venta de plantas modificadas genéticamente y sus derivados en Europa. Europa tiene que tomar una decisión para el futuro: o bien una agricultura transgénica con la subsiguiente destrucción de la biodiversidad y un aumento en los costes ambientales y sociales, o bien una agricultura familiar sostenible, con el aumento de la diversidad agrícola, la revitalización de las zonas rurales y un ambiente libre de agrotóxicos», sostiene.