El 17 de abril de 1996, la policía militar brasileña abrió fuego contra un grupo de manifestantes que participaban en una marcha convocada por el MST (Movimiento de los Sin Tierra de Brasil) en El Dorado dos Carajas, en la que se manifestaban por el reconocimiento de los derechos de los campesinos y campesinas. En total, 19 campesinos/as fueron asesinados/as, 69 sufrieron diversas mutilaciones, cientos fueron heridos/as y al menos 10 fueron ejecutados/as extrajudicialmente después de que fueran detenidos/as.
Ese mismo día, mientras sucedían tales funestos hechos, La Vía Campesina celebraba su 2ª Conferencia Internacional en Tlaxcala, México. Campesinos y campesinas de todo el mundo, declararon esa fecha «Día Internacional de la Lucha Campesina«.
Quince años después, y como cada año, el 17 de abril sirve para que gente en todo el globo celebre la lucha de los campesinos y campesinas y de los pueblos rurales para sobrevivir y continuar alimentando al mundo. Acciones para defender un nuevo sistema alimentario basado en la soberanía alimentaria.
Pero, ¿Que sabemos de la soberanía alimentaria? ¿De dónde procede dicho concepto? ¿Qué significa?
El concepto de soberanía alimentaria fue desarrollado por La Vía Campesina, que agrupa a más de 150 organizaciones campesinas de 56 países, y fue llevado al debate público con ocasión de la celebración de la Cumbre Mundial de la Alimentación de 1996 en la sede central de la FAO (Roma). Desde entonces, dicho concepto se ha convertido en un tema mayor del debate agrario internacional, inclusive en el seno de las instancias de las Naciones Unidas. Fue el tema principal del foro ONG paralelo a la Cumbre Mundial de la Alimentación de la FAO en junio del 2002.
Como definición, la soberanía alimentaria es el derecho de los pueblos a definir su política agraria y alimentaria, a controlar su mercado doméstico, impedir la entrada de productos excedentarios a través de mecanismos de dumping , a promover una agricultura local, diversa, campesina y ecológica, que respete el territorio, entendiendo el comercio internacional como un complemento a la producción local. La soberanía alimentaria implica devolver el control de los bienes naturales, como la tierra, el agua y las semillas, a las comunidades y luchar contra la privatización de la vida, mantener el agua en su calidad de bien público para que se reparta de una forma sostenible, y la lucha contra los Organismos Genéticamente Modificados, para el libre acceso a las semillas. De ahí la necesidad de reformas agrarias.
La soberanía alimentaria no rechaza los intercambios y si la prioridad dada a las exportaciones, ya que el acceso a los mercados internacionales no es una solución para los campesinos. El mayor problema de los campesinos es la dificultad para acceder a sus propios mercados locales debido a los bajos precios en los que la industria agroalimentaria tasa sus productos.
Las políticas neoliberales priorizan el comercio internacional que va ligado a la búsqueda de un beneficio económico que no suele poner límites. Además, aquellas producciones agrícolas que tienen acceso a los mercados internacionales están controladas por las más poderosas empresas agro-industriales, beneficiando mayoritariamente las producciones de los países del Norte, que exportan alimentos de primera necesidad, y en perjuicio de los campesinos y campesinas de los países del Sur, que quedan relegados a exportar alimentos secundarios.
Las exportaciones de los países del Sur representan solamente un tercio de la oferta de los productos alimentarios en el mercado global, mientras que los países ricos del Norte exportan los dos tercios restantes.Para mas agravio, los países del Sur llegan al mercado internacional condicionados por la necesidad de afrontar su deuda externa, viéndose imposibilitados a mejorar su situación.
Queda claro que las condiciones del mercado internacional no son justas, ni lo podrán ser, mientras se consideren los alimentos como una mercancía, y no como un derecho humano. Además, basar la alimentación del Planeta en el Comercio Internacional significa una modificación de los patrones culturales de muchas comunidades a favor de una unificación de costumbres impuestas.
Por tanto, consideramos que la soberanía alimentaria ofrece un modelo alternativo al actual modelo agro-industrial. Un modelo basado en considerar la alimentación como un derecho humano básico, reclamar para todos los pueblos y estados el derecho a definir sus propias políticas agrícolas y poner en el centro de estas políticas a quienes producen los alimentos, que son los agricultores/as, granjeros/as y pescadores/as, así como a las personas consumidoras. Siendo la soberanía alimentaria un pilar fundamental en la consecución de la soberanía política.