Exabier Arrieta > Militante de Alternatiba
En vacaciones y con alevosía. El presidente de España, Rodríguez Zapatero, nos ha sorprendido en el fin de la época estival con una propuesta de reforma de la Constitución, nada menos que para establecer un techo máximo de gasto en los Presupuestos del Estado, cargándose así lo poco que queda del Estado de Bienestar. El penúltimo ataque contra la clase trabajadora arrancó el pasado día 29 en el Congreso y fue refrendado ayer en el Senado.
Esta última intentona no es una más; graves han sido las reformas laborales, del sistema de pensiones, la reciente rebaja del IVA para favorecer que bancos y promotoras se liberen de su stock de viviendas a costa de los contribuyentes; pero esto supone un salto monumental en la agresión a la clase trabajadora, una reforma en la Constitución planteada en tiempo record, sin margen para el debate, sin referéndum en lo que de facto tiene como consecuencia que en la Constitución Española se plasme una ideología concreta para cualquier futuro Gobierno, esto es, se marca el neoliberalismo como única opción ante un eventual planteamiento keynesiano que sería inconstitucional.
Si se aprueba la reforma se actuaría contra el gasto público y no a favor de aumentar el ingreso de las arcas del Estado. Los verdaderos poderes, los sacrosantos mercados, Banca y demás especuladores han conseguido convertir su deuda privada en deuda pública, las rentas del trabajo se ven cada vez más castigadas en comparación con las rentas del capital, no se actúa con seriedad contra los paraísos fiscales y las transacciones financieras internacionales, no se apuesta por una Banca verdaderamente pública que potencie las pymes y los sectores estratégicos de nuestra sociedad, por cierto, sectores cada vez más privatizados. No, lo que se nos dice es que el Estado está endeudado y necesita austeridad, no ingresando más de los que más tienen sino recortando derechos básicos.
El objetivo último no es otro que avanzar hacia el modelo estadounidense, con matices, claro. Si usted quiere una sanidad de calidad contrátese un seguro privado. Si quiere tener una jubilación digna hágase un plan de pensiones privado, por cierto, en el Banco, que necesitan liquidez.
La clase trabajadora tenemos que decir al PPSOE que ya basta. Es más necesaria que nunca la movilización en la calle, en los centros de trabajo (el que tenga claro está) y en las urnas. Y en nuestro ámbito más cercano hay que denunciar el comportamiento del PNV, un colaborador necesario de todo lo anterior y que pide acompañar esta reforma con un apunte sobre “el derecho de decidir”. La lucha sobre la autodeterminación territorial de los pueblos no puede ir separada del resto de los derechos que nos corresponden y ese sí es el modelo por el que luchar.