Declaración Internacionalista de Bilbo: Generando Alianzas entre los pueblos de Europa y las Américas
Considerando que el capitalismo, así como el resto de dimensiones que articulan el Sistema Múltiple de Dominación (patriarcado, productivismo, colonialismo, racismo, hegemonismo cultural) son los causantes directos de la situación actual de vulnerabilidad sistémica;
Considerando que, además, no sólo se han mostrado incapaces de enfrentar los problemas reales que acucian a la humanidad y al planeta, sino que han entrado en una carrera suicida, en una huída delante de funestas consecuencias,
Las organizaciones políticas y sociales, europeas y americanas, firmantes de la presente declaración, nos comprometemos a:
1. Poner en práctica la idea de que la revolución será internacional o no será. Aunque nuestras luchas son y serán locales, nacionales, estatales, regionales y sin fronteras, no debemos olvidar que el Sistema Múltiple de Dominación se desarrolla y organiza a nivel global, y sólo en este ámbito podrá ser definitivamente superado.
2. Acabar con el actual marco de relaciones entre las Américas y Europa, que, desde el siglo XVI, está marcado por los intereses del mercado y la reproducción del capital, la violencia, el racismo, la colonialidad, y el expolio. Incidiremos así por la construcción de nuevas fórmulas de relación entre pueblos y personas desde nuestra apuesta internacionalista.
3. Articularnos de manera decolonial, horizontal, democrática y efectiva para superar de manera radical el sistema múltiple de dominación, que ha colocado al mundo ante una crisis sin precedentes. En este momento crítico no hay lugar para reformas o mejoras, la única vía posible es la construcción de propuestas alternativas.
4. Construir agendas políticas comunes desde valores y principios trasformadores, que coloquen como eje la reproducción ampliada de la vida y no la del capital. Desde el reconocimiento y apuesta por las diversidades y la democracia radical como premisa desde estrategias políticas que apunten hacia nuevos patrones de producción, consumo y bienestar, basados en la prevalencia de la sustentabilidad planetaria y los intereses colectivos.
5. Priorizar en dichas agendas políticas aspectos que nos vinculen a unas y otras. Respetar las otras luchas, hacerlas nuestras, pero también es necesario poner especial énfasis en las luchas comunes:
a. Apoyar las iniciativas de integración alternativa y de los pueblos, como las que están en marcha en América Latina, y enfrentar los actuales modelos de regionalización representados por la Unión Europea (UE) y la Organización de Estados Americanos (OEA) por ser la respuesta a los intereses del capital y no el de los pueblos.
b. Confrontar los Acuerdos de Asociación (ADA) entre la UE y las Américas, ya que abogan por un modelo de capitalismo salvaje y de dictadura de los mercados y de las transnacionales. Denunciar a los gobiernos y organismos multilaterales que ahondan la lógica anti-popular de dichos acuerdos.
c. Enfrentar, denunciar, incidir e impedir la labor de depredación de las empresas transnacionales europeas en las Américas, por su terrible impacto ecológico, social, político y económico.
d. Defender el derecho de autodeterminación de todos los pueblos sin excepción y denunciar todos aquellos casos antidemocráticos en los que el ejercicio de este derecho internacionalmente reconocido se vea vulnerado.
e. Profundizar en las resistencias a las políticas de austeridad, por la modificación radical de la creación y el reparto del bienestar, por la defensa de los servicios públicos y por la ruptura radical con el orden mundial capitalista.
f. Apostar por la despatriarcalización de nuestros estados y nuestras sociedades, y enfrentar, reconociendo las luchas y propuestas feministas, incidiendo específicamente en el sistema más antiguo de dominación -el de los hombres sobre las mujeres-. Sólo así podremos hablar realmente de democracia, justicia, igualdad y emancipación.
g. Apostar por la soberanía alimentaria y la agroecología frente a la agricultura industrial –representada por la PAC, y por la realidad del monocultivo intensivo, del uso de transgénicos, de la expoliación de los bienes naturales, etc-, entendiendo la alimentación como un derecho y no como una mercancía.
La revolución será internacional o no será!
Bilbao, 15 de diciembre de 2011