A dos días de las movilizaciones convocadas por Alternatiba, Aralar, EA e Izquierda Abertzale contra los graves recortes laborales y sociales anunciados desde el Gobierno de Mariano Rajoy, queremos hacer un nuevo llamamiento a los hombres y a las mujeres de Euskal Herria para que salgan a la calle a secundar las manifestaciones que recorrerán las calles de Bilbo, Donostia, Gasteiz e Iruñea el próximo sábado. Una llamada para dar respuesta conjunta y articular resistencias frente a los ataques a la dignidad de trabajadores y trabajadoras, de todas las personas a las que se les quiere hacer creer que la crisis es coyuntural y no sistémica. Una llamada a todas aquellas personas que aspiramos a construir Euskal Herria desde la izquierda, desde el ejercicio colectivo de la toma de decisiones, desde la exigencia de respeto a lo que determinemos también en la apuesta por la emancipación social de nuestro pueblo.
Hemos denunciado, desde el día en que se presentó, un gobierno que desde la izquierda solo podemos calificar como bochornoso pero que la derecha exhibe sin pudor alguno. No han mostrado complejos al poner la economía en manos de un ex Leman Brothers, causante directo de la crisis; no disimularon al regalar el ministerio de defensa a un empresario de la industria armamentística y asienten cómplices cuando Emilio Botín se atreve a decir que la culpa de la crisis es de los políticos.
Es obvio que el Gobierno del PP ni nos gusta ni nos representa. Como tampoco representa a las casi 180.000 personas desempleadas de Hego Euskal Herria. No nos creemos que vayan a crear empleo ampliando las jornadas laborales en el sector público mientras paralizan la creación de nuevos puestos y dejan sin cubrir los existentes; tampoco van a crear empleo entre los jóvenes incentivando el trabajar más allá de los 67 años; ni abaratando aún más el despido; asimismo, condenamos el atentado contra la dignidad que supone el fomento de contratos de 4 horas con sueldos de 320 euros. Tienen la desfachatez de poner eso encima de la mesa y asegurar que no implantarán los llamados minijobs. Los que provocaron la crisis ganan más en el tiempo que dedican a firmar un desahucio, a pesar de haber limitado, dicho sea entre comillas, el salario de algunos de ellos a 600.000 euros anuales. Mientras, en el Reino de España el salario mínimo interprofesional, que sigue a la cola de Europa, se congela en 641 euros. Incluso Grecia, que nos venden como símbolo de la debacle, tiene un SMI mayor, de 750 euros concretamente.
Una vez más, serán las mujeres las doblemente castigadas, por ser el colectivo más expuesto a la precariedad laboral, a los contratos a tiempo parcial y a los remunerados con el salario mínimo. También son las que reciben las pensiones más bajas.
Tenemos la responsabilidad de hacer frente a sus políticas de recortes, a la enésima reforma laboral, a la negación de derechos individuales y colectivos y a la sumisión de los poderes públicos a los dictados de instancias financieras internacionales. Llamamos por tanto a las manifestaciones del sábado, pero también secundamos los paros de hoy en el sector público, la manifestación en Ezkerraldea el 17 de este mes que convocamos los mismos partidos que saldremos el sábado a la calle y la marcha que sindicatos y agentes sociales han llamado para el día 25 en Bilbao. La respuesta debe ser proporcional a la magnitud del ataque que estamos sufriendo y, por lo tanto, toda protesta es poca.
Denunciamos hoy los recortes de derechos laborales y las medidas económicas, pero no podemos ni queremos dejar de lado el resto de colectivos que sufrirán las reformas que desde los demás ministerios del Gobierno de Rajoy pretenden llevar a cabo, cuyo máximo exponente es un ministro de justicia que parece representar todo lo contrario. Nos hablan ya de cadenas perpetuas, de regresión en el aborto para vulnerar una vez más el derecho de las mujeres a decidir sobre sus cuerpos y de su nula voluntad para avanzar en la pacificación y normalización de Euskal Herria.
Terminamos reafirmando la necesidad de articular resistencias, de confrontar y ofrecer alternativas a un modelo caduco, regresivo y creador de desigualdades. Ante la mayoría absoluta que esgrime la derecha en Madrid debemos construir una mayoría de agentes sociales, sindicales y políticos que desde Euskal Herria se erija como un contrapoder, aliados con las izquierdas y las resistencias puestas en pie tanto en el estado como en Europa, porque padecen los mismos ataques.
No dudamos que el PP, que la derecha, aún tiene muchas ideas para complacer a banca y patronal, a las agencias de rating y a la Comisión Europea; serán privatizaciones, coopagos, desmantelamiento de lo público… Y será casi con toda seguridad tras las elecciones andaluzas, a partir del 25 de marzo. La izquierda ha demostrado que puede ser hegemónica en Euskal Herria y debe ser, por tanto, la base para la defensa de nuestra clase trabajadora, la piedra angular para hacer frente y revertir los recortes.