Euskal Herria Bildu denuncia que la decisión adoptada en el día de ayer en el Parlamento Vasco con los votos favorables de PNV, PP y PSE de autorizar al Gobierno Vasco a vender a Euskaltel la red pública de telecomunicaciones, que la compañía ha utilizado en régimen de alquiler desde su nacimiento, supone un paso más en el desmantelamiento del sector público, con el agravante de que en esta ocasión se hace con poca transparencia y en una operación con tintes especulativos.
Una vez más las derechas olvidan sus rencillas y apoyan las políticas de privatización del sector público, políticas a las que el PSE no solo no se opone sino que colabora y contribuye.
En este primer paso el Gobierno Vasco venderá parte de la red de telecomunicaciones, que en la actualidad alquila a Euskaltel, al operador de telecomunicaciones. El objetivo de dicha venta es tratar de hacer más atractivo el paquete de acciones públicas que el gobierno vasco quiere sacar a la venta para hacer caja. Para ello Euskaltel realizará el pago al Gobierno Vasco en forma de acciones.
En una segunda fase se producirá una venta, posiblemente de forma conjunta, de parte de las participaciones del gobierno vasco, hasta quedar por debajo de un 5%, y de parte de las participaciones de Kutxabank, accionista mayoritario, hasta situarlas por debajo del 50%. Con esta última operación Kutxabank pretende eliminar de su balance los resultados de Euskaltel, así como el préstamo de 222 millones que realizó a la operadora de telecomunicación para hacer frente a la indemnización que tiene que abonar a Orange.
En definitiva, nos encontramos ante una operación que se caracteriza por su falta de información, con claros tintes especulativos y en la que el patrimonio público se utiliza en beneficio de empresas privadas, avanzando de esta forma en el progresivo desmantelamiento del sector público. Los beneficiarios exclusivos de esta operación serán los accionistas de Euskaltel, los accionistas de Kutxabank, y los posibles compradores de las acciones de Euskaltel, mientras que la sociedad vasca ve como el patrimonio público obtenido con sus impuestos desaparece y el Gobierno Vasco des-invierte en sectores estratégicos, lo cual solo servirá para empeorar aún más la actual gestión de la compañía.