Replicamos la entrevista publicada esta semana en la web del movimiento En lluita-En Lucha
Óscar Simón (militante de En Lucha) entrevista a Jonathan Martínez (Karrantza, 1982), ha sido concejal de su pueblo con una candidatura popular, también juntero (parlamentario de Juntas Generales de Bizkaia) por Alternatiba y cabeza de lista al Senado por Bizkaia en la candidatura de Amaiur entre otras cosas.
¿Cómo nace y que es Alternatiba?
Alternatiba nace en 2008 como consecuencia de un proceso de reflexión que se estaba dando en distintos sectores de la izquierda vasca. Por un lado, quedaba claro que la izquierda, y más concretamente la izquierda vasca, estaba atravesando una grave crisis y se encontraba fragmentada y sin una estrategia clara. Por otro lado, ya se aventuraban las consecuencias de una crisis socioeconómica de dimensiones colosales que nos iba a exigir a las izquierdas un rearme ideológico para confrontar sin ambages contra el sistema capitalista.
Por entonces, las gentes que conformábamos el germen de Alternatiba teníamos claro que era necesario recomponer la izquierda alternativa vasca y crear una organización que afrontara todas las dimensiones de lucha, sin priorizar unas sobre otras: la lucha por un nuevo modelo socioeconómico, por la defensa del territorio desde una visión ecologista, la lucha contra el patriarcado desde el feminismo, la defensa de la soberanía alimentaria, la defensa de los derechos nacionales de Euskal Herria y la solidaridad internacionalista como premisas irrenunciables. A su vez, creíamos que era necesario aglutinar a las distintas izquierdas vascas en un frente popular amplio, y de esa reflexión nacieron Bildu y Amaiur, y después, Euskal Herria Bildu.
¿Cuales son los aspectos claves de la situación política actual?
En primer lugar, la actual crisis sistémica es una oportunidad para organizar la rabia de las clases populares y levantar alternativas sólidas, pero a su vez, también es una oportunidad para las clases dominantes que quieren perpetuar el capitalismo y perfeccionarlo a costa del sacrificio del pueblo. Uno de los principales campos de batalla es el sistema financiero, que se ha convertido en un enorme desagüe de riqueza, y cuyas pérdidas están socializando nuestros gobernantes. El otro gran caballo de batalla son las grandes corporaciones, que en plena crisis, no lo olvidemos, siguen amasando beneficios indecentes y aprovechándose de las medidas políticas de excepción para abaratar costes y ejecutar deslocalizaciones, EREs y despidos. La correa de transmisión de la banca y las grandes empresas en una clase gobernante de naturaleza corrupta y cleptómana que no merece ni un respiro por nuestra parte.
¿Respecto a los mismos cuales son las líneas políticas principales de
Alternatiba?
No queda ninguna duda de que si el sistema financiero no es público ni sometido a control social, está condenado a ser una cueva de ladrones como ocurre en la actualidad. Si existiera una ley justa, los banqueros que nos han llevado a la ruina económica, que devoran dinero público mientras siguen ejecutando desahucios, deberían estar entre rejas.
A su vez, debemos replantearnos de raíz el modelo empresarial que necesitamos. Con una banca pública sería más sencillo dirigir el crédito a empresas con responsabilidad social real, y remodelar nuestro actual sistema productivo en función de las necesidades de nuestra sociedad y nuestro territorio, y no en función de los intereses especulativos de unos pocos, como ha ocurrido con la construcción o las obras públicas. También es fundamental atender desde el ámbito público a la economía reproductiva para que dejen de ser las mujeres quienes sigan ejerciendo todos los trabajos invisibles y no remunerados.
En este sentido, la defensa de la soberanía nacional de Euskal Herria nos parece una pieza clave, ya que en este ámbito nos sentimos capaces de tejer redes, ya no de resistencia sino de victoria sobre las clases dominantes.
¿En qué momento se encuentra el proceso vasco?
Lamentablemente, la solución al conflicto político no parece que vaya a llegar de la mano del gobierno del PP, que ha bloqueado cualquier posibilidad de entendimiento y ha decidido continuar con su política represiva y de venganza. Pese a todo, la sociedad vasca y sus agentes políticos y sociales principales tenemos muy claro que este proceso es irreversible, y pese a la cerrazón del Estado seguimos hilando mayorías sociales en favor de una solución justa, por el reconocimiento de todas las víctimas de motivación política y por la defensa de los derechos de la población reclusa y de los refugiados políticos. Ese es el compromiso que selló el Acuerdo de Gernika y esa es la voluntad de las miles de personas que han salido una y otra vez a la calle a reclamar los derechos que nos corresponden como pueblo.