Desde que se inició el debate en torno a los presupuestos del Gobierno vasco EH Bildu ha defendido la necesidad de incrementar el capítulo de ingresos. Entre otras cuestiones, ha abogado por aumentar el límite de déficit impuesto por el Estado español, aceptado de buen grado por el PNV, para poder dotar así al Ejecutivo de los recursos financieros precisos para cubrir adecuadamente las necesidades de la sociedad vasca. El PNV ha rechazado insistentemente ese planteamiento, pero ahora, en cambio, anuncia la retirada de su proyecto presupuestario admitiendo que sí hay que subir el tope de déficit, justo lo que venía reclamando esta coalición.
Por eso, a juicio de EH Bildu, «con la retirada del proyecto de presupuestos el PNV evidencia su fracaso por no ser capaz de dar respuesta a las necesidades de este pueblo y por su incapacidad para lograr apoyos políticos para sacar adelante su proyecto», tal y como han indicado Belén Arrondo y Oskar Matute. Este último ha recordado la apuesta de la coalición por aumentar el límite de déficit, así como las críticas lanzadas desde Sabin Etxea por ese motivo: «Nos han acusado de ser utópicos y de vivir fuera de la realidad, pero ahora el propio Urkullu admite que ese es el camino y que teníamos razón».
El parlamentario abertzale imputa toda la responsabilidad de la actual situación al PNV, y subraya que en adelante también será responsabilidad de los jeltzales poner la política económica del Gobierno en la dirección correcta.
Según Matute, «el Ejecutivo tiene ahora la oportunidad de abordar el debate desde otros parámetros que garanticen los derechos sociales y unas condiciones de vida dignas, pero si se aferra al modelo que quieren la Troika, Bruselas y los mercados, nos va a seguir teniendo enfrente». En este sentido, EH Bildu demanda a Urkullu un plan de emergencia que aborde con eficacia las consecuencias de la crisis de modo que los presupuestos del Gobierno sean un instrumento más de ese plan.
Por medio de todas sus enmiendas al proyecto presupuestario, EH Bildu ha superado el discurso del Gobierno y ha demostrado «que sí hay otro modelo, que es posible gestionar el dinero público de otra manera, rompiendo con la doctrina neoliberal y poniendo en el centro a las personas para garantizar servicios sociales de calidad y una vida digna». En palabras de Matute, «eso es lo que no quiere el PNV, que la gente vea que hay otro modelo, y por eso ha evitado ese debate presentando su proyecto de presupuestos como si fuera el único posible; en vez de acuerdos ha buscado la imposición, hasta que al final ha tenido que retirarlo».