El PNV ha condicionado hoy su apoyo al marco vasco de relaciones laborales «a que se cumpla la normativa en vigor». Ese ha sido el único argumento para no apoyar una iniciativa de EH Bildu, que defendía el marco laboral propio y rechazaba la brutal agresión que supone la reforma laboral impuesta desde Madrid. Así, el partido jeltzale se ha sumado al rechazo que los partidos constitucionalistas han otorgado a la reivindicación de la coalicón soberanista. El parlamentario Oskar Matute se ha dirigido al PNV para refutar la débil excusa empleada: «Se debe diferenciar entre legalidad y legitimidad. La reforma laboral otorga legalidad, pero no es legítima. Cuando las leyes son injustas y atacan a la mayoría de la población, se deben buscar fórmulas para hacerles frente». Matute ha criticado la contradicción en la que cae el PNV y el resto de partidos, «que se les llena la boca a la hora de decir que nuestro modelo productivo es diferente». «Atendiendo a esa consideración, sería conveniente y necesario un marco laboral que atendiera a las especificidades de Euskal Herria, haciendo caso de las necesidades del tejido productivo y de los y las trabajadoras», ha añadido Matute.
El portavoz de EH Bildu ha denunciado que el objetivo de la reforma laboral es seguir deteriorando el poder adquisitivo de la clase trabajadora. «Quienes colaboran con implantar la reforma añoran un modelo ideal de desprotección social y laboral, dejando al sector público sin fuerza», ha afirmado, «justo lo contrario que defiende nuestra coalición».
Sobre el preacuerdo alcanzado en Madrid sobre la prórroga de los convenios caducados en el estado, Matute se ha mostrado crítico: «Lo único que se ha hecho es ganar tiempo, pero no cambia lo sustancial de la reforma laboral, que debilita las posiciones de negociación de los trabajadores. Es un recreo, un tiempo muerto, en el camino de acabar con las condiciones laborales que garantizan los convenios».