Artículo de opinión de Oskar Matute, Belen Arrondo, Arri Zulaika y Dani Maeztu, parlamentarios y parlamentarias de EH Bildu
Los enemigos del cambio de modelo político, económico y social ¡qué tenaces son! ¡Qué obcecados son, en su defensa del obsoleto sistema representativo, que les encierra en un parlamento y les separa de la reivindicación ciudadana! Así, tenaces y obcecados en la defensa de su régimen político, se quedarán mañana, jueves, dentro del Parlamento los partidos que han impuesto otro pleno ordinario, más ordinario que nunca, para el 30 de mayo. Los 21 parlamentarios y parlamentarias de EH Bildu no participaremos en ese pleno del próximo jueves, porque coincide con la huelga general que ha convocado la mayoría sindical y social vasca. Nuestro deseo era que este jueves se respetara por igual el derecho al trabajo y el derecho a la huelga. Y por ello, presentamos una solicitud en la Mesa del Parlamento para que el pleno se celebrara cualquier otro día del calendario parlamentario y, así, los parlamentarios pudieran elegir: trabajar como cualquier otro día o sumarse a la huelga general. El reconocimiento a los parlamentarios y parlamentarias del derecho a hacer huelga también se debe extender a los trabajadores y trabajadoras de la Cámara.
Los votos de PNV, PSE y PP impidieron que nuestra propuesta prosperara. Fueron cómplices de quienes desean, como la patronal o los dictadores del capital, que la movilización ciudadana ante los ataques a la clase trabajadora quede en nada. Cómplices en su mensaje: «la huelga general sirve de poco o no sirve de nada», y cómplices en su praxis política: «no sucede nada extraordinario para posponer el pleno ordinario».
Pero les traiciona la historia de los pasillos de la Cámara. Si la convocatoria de huelga general de la mayoría sindical vasca no es suficiente para modificar la agenda de 54 de los 75 parlamentarios, sí lo fueron convenciones o congresos de ciertos partidos políticos; o sí hubo modificaciones en el calendario por ausencias de algunos representantes públicos, trasladando la convocatoria a algún miércoles. Por lo tanto, lo lógico, lo justo, lo digno sería modificar la fecha del pleno ordinario en Gasteiz. De hecho, en el Parlamento de Iruñea sus colegas de Geroa Bai y PSN ya votaron a favor de que la actividad parlamentaria fuera pospuesta. ¿Por qué en Iruñea sí y en Gasteiz no?
Pese a los precedentes, pese al ejemplo de Nafarroa, la fecha del pleno no se moverá. Y pese a ello, los 21 parlamentarios y parlamentarias de EH Bildu cambiaremos el Parlamento por la calle. Porque defendemos que esta institución es una extensión de la ciudadanía y al servicio de la ciudadanía. Nuestras reivindicaciones institucionales en base a una determinada política no servirían de nada si fuera de estas cuatro paredes no hubiera nadie que las apoyara. En ese sentido, sabemos que el jueves nos toca invertir el orden de nuestra actividad política.
En efecto, durante los últimos meses, hemos trasladado al Parlamento Vasco algunas de las cuestiones que consideramos claves y que están en el corazón de las reivindicaciones y peticiones que se van a hacer nuevamente, a través, en este caso, de una nueva convocatoria de huelga general. Hemos redactado y defendido varias iniciativas sobre las siguientes cuestiones: la efectiva construcción de un marco vasco de relaciones laborales que, además de rechazar la reforma laboral, blinde un ámbito propio de negociación colectiva, el mantenimiento de la ultraactividad de los convenios en las condiciones actuales o el rechazo y el compromiso de dejar sin efecto el arbitraje obligatorio que puede abocar, si no lo impedimos, a una situación crítica el modelo de negociación colectiva que hasta hora hemos conocido.
Sin embargo, nos hemos topado con el rechazo, más o menos previsible, de esa mayoría parlamentaria actual. Una mayoría encabezada por el PNV, que pone trabas a nuestras reivindicaciones sociales y soberanistas pero, sin embargo, no pone ninguna objeción a pactar una y otra vez con la patronal, o a poner en marcha una llamada mesa de diálogo social que, rechazada en sus actuales planteamientos por la mayoría sindical, solo se va a limitar a legitimar recortes y un modelo profundamente injusto. Y mientras eso suceda, se repartirán jugosos fondos entre sus miembros.
Pero no vamos a cejar en nuestro empeño. Nuestra razón de existir es recoger lo que siente, opina, reivindica la ciudadanía para traerlo al Parlamento. El jueves, nos toca vaciar el Parlamento para salir a la calle. Así, saldremos a apoyar, a mostrar nuestra solidaridad y, cómo no, a sentirnos parte de la clase trabajadora que reivindica un cambio político, económico y social, más justo y autónomo de los poderes financieros, de los intereses de los mercados especulativos.
Ante el mensaje consciente y calculado de desesperanza y pesimismo que intentan trasladar formaciones como el PNV, el PSE y el PP, EH Bildu dice que la movilización social sí sirve. Lo que conseguimos a través de la lucha no podemos dejarlo en manos de aquellos que no quieren que luchemos. En poco tiempo nos están despojando de aquellos derechos laborales logrados a través de la lucha de diferentes generaciones, y pretenden hacernos pensar que la movilización sirvió a nuestros antepasados, pero no nos servirá a nosotras y nosotros. Los parlamentarios y parlamentarias de EH Bildu no comulgarán con esa idea. El problema en la coherencia de su discurso lo tienen ellos. A pesar de decir lo contrario, no son capaces de soltar amarras con los intereses del capital y los mercados especulativos. Si de verdad quisieran un cambio, no legitimarían el mensaje de desesperanza ante las movilizaciones sociales.
Por ello, mañana jueves la alternativa política y social a favor del cambio estará en la calle. Y en la calle estaremos los 21 parlamentarios y parlamentarias de EH Bildu. De la misma forma que el jueves haremos el camino del Parlamento a la calle, otros días intentaremos que esa alternativa por el cambio socioeconómico se visualice en el Parlamento Vasco. Y esperamos y deseamos que la alternativa al cambio vacíe las fábricas, los comercios, las administraciones y las instituciones. A partir del jueves habrá tantos días como ataques sociales y laborales a los que hacer frente para luchar desde nuestros escaños. Durante la huelga general del 30 de mayo, toca escuchar la sociedad que protestará en la calle.