A la vista de lo ocurrido este fin de semana en la consulta popular que la plataforma Tolosaldea Txukun había convocado en Zizurkil en torno al sistema de reciclaje, EH Bildu denuncia enérgicamente que estamos ante un fraude político de primera magnitud.
En primer lugar, constatar que alrededor de 750 vecinos y vecinas de Zizurkil respondieron a la convocatoria de Tolosaldea Txukun, personándose en el lugar de la votación. Un número apreciable, pero que representa al 34% de las personas censadas en la localidad. Dos de cada tres vecinos con derecho a voto hicieron oídos sordos al llamamiento, en sintonía con los requerimientos del gobierno municipal.
Pese a los intentos por engordar las cifras a toda costa, Tolosaldea Txukun, esgrimiendo la existencia de alrededor de 300 votos «delegados», tan sólo ha sido capaz de contabilizar un 45% de participación virtual. Es decir, utilizando cualquiera de las fórmulas de contabilidad imaginables, esta consulta popular sólo ha agrupado a quienes en las últimas elecciones votaron con una papeleta diferente a la de EH Bildu. Magra constatación si de cuestionar la legitimidad del gobierno municipal se trata.
En cualquier caso, la artimaña del «voto delegado» ha sido el talón de Aquiles de esta escenificación. Pese al intento de algunos medios de ocultarlo, la noticia del fraude se ha abierto camino rápidamente por las redes sociales. Los dos documentos gráficos que hemos visto estos días son una clara muestra de cómo trastocar y falsificar los resultados. Este fin de semana en Zizurkil se ha pisoteado sin ninguna vergüenza una de las reglas de oro de la democracia, que es «una persona un voto». Para EH Bildu esto es muy grave, es la crónica de un fraude a la ciudadanía. Esos trescientos votos «sacados de la manga» mediante prácticas como la que esos videos han sacado a la luz, marcan una línea divisoria entre quienes sirven al pueblo y quienes se sirven de él.
El uso de las consultas populares como instrumento de participación es algo muy serio y se merece un mínimo de respeto. Pero este fin de semana hemos sido testigos de hasta dónde está dispuesto a llegar el PNV para desgastar los gobiernos de EH Bildu. Hasta el punto de cometer uno de los mayores fraudes a pie de urna que se reccuerda. Al PNV la voluntad popular le importa bien poco. Se sirve de este tipo de consultas de encargo, no porque crea en la participación ciudadana, sino porque cree que les sirve como arma para atacar al adversario político.
Un fraude que tiene nombres y apellidos, como vemos en los vídeos. La plataforma Tolosaldea Txukun tiene como portavoz en Zizurkil al concejal del PNV llamado Egoitz Sorozabal. Otra de las personas que manejaron el fraude es la ex alcaldesa y ahora concejal Marian Lazkano. También se puede apreciar la colaboración de Zorione Etxezarraga, juntera del PNV por Gipuzkoa. Estas tres personas son las protagonistas principales de este gran fraude. Pero lo peor es que las tres tienen responsabilidades políticas en Zizurkil y en Gipuzkoa. Desde EH Bildu pensamos que este tipo de comportamientos no tienen cabida en una sociedad democrática. Egoitz Sorozabal, Zorione Etxezarraga y Marian Lazkano deberían dimitir inmediatamente como forma de asunción de las graves responsabilidades en las que han incurrido.
Si delante de las cámaras son capaces de manipular y mentir sin pestañear, ¿de qué serán capaces si se les da la facultad de dirigir un pueblo o una provincia?
Por otro lado, queremos emplazar al PNV para que aclare si este tipo de comportamientos tienen cabida en su partido, y si van a dar explicaciones a los ciudadanos de Zizurkil por el vergonzoso comportamiento de algunos de sus responsables. EL PNV y los responsables de Tolosaldea Txukun han provocado «vergüenza ajena» entre la ciudadanía de Zizurkil. Esperamos que en las próximas citas de Irura, Anoeta y Ordizia los vecinos y vecinas tomen buena cuenta de lo ocurrido y den la espalda a los intereses fraudulentos de sus impulsores.
Por último, desde EH Bildu queremos subrayar nuestro compromiso con la participación ciudadana, que es la base de nuestra actividad política. Pero lo que está claro es que nuestro modelo de participación dista mucho del que se vio el fin de semana en Zizurkil, porque deja vía libre al fraude.