Luis Salgado – Alternatiba
Soy consciente de que el camino secesionista emprendido por la sociedad catalana está llenando miles de páginas de sesudos análisis hechos por grandes plumillas de ambos lados del Principat. Por ello, al igual que en todos mis post anteriores, asumo que mi limitada capacidad me impide aportar nada nuevo al debate sobre la viabilidad o no de la independencia catalana. Sin embargo, harto de intentar convencer a los creyentes de que su Dios no existe cuando serían ellos quienes deberían convencernos a nosotros de lo contrario, quiero plantear el debate en otros términos.
No voy a entrar, por tanto, al por qué, ni al cómo se puede o no se puede lograr la independencia, sino que quiero reflexionar sobre otro cómo, ese cómo que se nos niega sistemáticamente, ¿Cómo tiene pensado el Gobierno del Reino de España impedir la secesión catalana?
Si asumimos que una mayoría de catalanes y catalanas en estos momentos están abogando por la independencia, y digo asumimos ya que está claro que el Gobierno del Reino no está por la labor de que esa hipotética mayoría se pueda manifestar democráticamente con su voto, la cuestión realizada en el párrafo anterior no es baladí. Imaginemos, y no nos costará mucho imaginar, que el Estado termina por prohibir la consulta soberanista. Esto significaría que de facto, el único camino que dejaría a esa mayoría independentista sería la declaración unilateral de independencia, y ante ello; ¿Qué escenario quedaría? ¿La legalidad vigente de un Estado no reconocido por Catalunya? ¿Cómo impondrían desde Madrid una sentencia del Tribunal Constitucional?
No creo que a nadie sorprenda la respuesta a las preguntas anteriores; por la fuerza, esto es, en un primer momento deteniendo a todas las personas que consideren impulsoras de dicho proceso constituyente, políticos, cuadros de la Asemmblea Nacional Catalana y el “entorno”, que de eso sabemos un rato por estos lares. Pongamos una cifra, 500, 1.000, 2.000 personas. Y ¿Después? Pues si aún tras las detenciones, disolución del Parlament, y suspensión de la autonomía catalana, los secesionistas siguen en sus trece, lo normal en estos casos. Estado de Excepción, Estado policial e incluso intervención militar si no se puede acallar al pueblo. Ese es el camino, el único camino para saltarse la voluntad de un pueblo, y quien no lo quiera ver es un ingenuo o lo que es peor un estúpido.
Lo que acabo de decir es grave, es el último paso para destruir cualquier atisbo democrático, pero es real y plausible, y estaría bien que el Sr. Rajoy lo recordase cada vez que habla de su defensa de la unidad de ES PA ÑA, estaría bien que no se quedase en el socorrido, “no lo permitiré” y explicase el cómo lo va a impedir, y sobre todo, estaría bien que aquellos que se dicen de izquierdas, tanto PSOE como IU se posicionasen ante ese escenario. ¿Apoyarán esos partidos que el Estado pasee los tanques por la Diagonal? Por sus declaraciones parecería que sí, que aplaudirían fervorosamente al Glorioso Ejército Español a su paso por las Ramblas, y eso estaría bien que lo aclarasen.
Por último, pero aún más importante o preocupante, ¿qué posición mantendría la población española ante esa demostración de fuerza? Tomando la palabra al Ejecutivo de Madrid, en lo referente a la vía catalana me gustaría que el pueblo español pudiese dar su opinión, al menos así sabríamos a qué y a quienes nos enfrentamos. Incluso le propongo la pregunta que debería contener el Referéndum:
Usted, como español/a, ¿Está a favor de que el Ejército Español imponga la unidad de ESPAÑA a Catalunya aunque para ello tenga que masacrar a unos cuantos secesionistas?
Publicado en el blog El mundo imperfecto del compañero de Alternatiba Luis Salgado