Desde Euskal Herria Bildu aspiramos a una Euskal Herria y un mundo regidos por la prevalencia de los derechos humanos y las libertades públicas.
Y creemos que en materia de seguridad ciudadana “quien rebaja los derechos humanos para conseguir seguridad, no obtiene ni lo uno ni lo otro”.
Por eso afrontamos el debate social sobre seguridad ciudadana; y ahí entra de lleno el debate que hoy sostenemos aquí sobre la última cacicada del gobierno del PP, bautizada por ellos como ley de seguridad ciudadana y por el resto como ley mordaza o ley de represión ciudadana.
Y afrontamos este desde una visión claramente dirigida a entender la seguridad colectiva como un servicio a la ciudadanía, nunca contra ella, desde una perspectiva preventiva y tamizada siempre por los más exigentes estándares de derechos humanos.
Y precisamente porque sostenemos dicha posición, creemos que es necesario que el parlamento, como ya lo han hecho otras instituciones vascas, se posicione ante este disparate liberticida de un gobierno, el del PP, que retuerce las leyes y estrangula la democracia para protegerse de, esta vez sí una mayoría silenciosa la más de las veces o mayoría silenciada debiéramos decir si consiguen finalmente sus propósitos.
Poco podemos esperar de un gobierno que deja en manos de un fanático religioso un ministerio como el de interior y que hace años señalo lo siguiente (La Gaceta):
“Aunque parezca que le hayamos cerrado la puerta, aunque a veces no lo queramos ver o escuchar, tengo la intima convicción de que Dios esta muy presente en el congreso (y Santa Teresa y la Virgen del Rocío a lo que se ve…). Las cortes son el órgano legislativo del estado y de Dios, el gran legislador del universo”.
Y solo así, envuelto en semejante perturbación y asociada esta con la necesidad cada vez más evidente de protegerse de una mayoría que ve como primero les roban los derechos laborales, sociales, económicos y humanos y ahora les roban la posibilidad de denunciar que les roban la libertad.
Y si, me podrán decir que son mayoría en el congreso porque los ciudadanos y ciudadanas del estado español así lo quisieron, pero ¿No se dan cuenta de su más absoluta soledad? ¿No perciben el rechazo casi unánime que su iniciativa ha concitado?…¿No les recuerda ese argumento a otro que han lanzado desde esta tribuna reiteradamente contra otros sobre el ascenso de Hitler al poder de forma democrática?
Porque para EH Bildu es evidente que esta ley no es otra cosa que el parapeto defensivo de un gobierno cada vez más denostado y cada vez más solo. Y ante una situación excepcional de descontento social y respuesta ciudadana quieren legalizar para todo el estado de excepción.
Y digo para todo el estado porque en Euskal Herria sus prácticas restrictivas, coercitivas y punitivas sobre la libertad de expresión, asociación, manifestación u opinión la venimos soportando desde hace décadas. No en vano cada vez más gente sostiene que Euskal Herria fue el laboratorio, desde los tiempos del plan ZEN, para la puesta en marcha de políticas dirigidas a restringir libertades básicas y criminalizar la disidencia.
Antes y ahora, aquí y en el estado español, la democracia, la libertad les estorba, es un obstáculo para su calendario de reformas que nos condena a la precariedad, a la miseria, a la marginación, a la exclusión. ¿No sería mejor defender y garantizar la seguridad humana, la de todas y todos en lugar de dar cobertura de seguridad y blindar a los culpables?
Tal vez les esté pareciendo duro o excesivo lo que escuchan, pero fíjense que esto no es más rotundo que los epítetos que les dedicaban “The Guardian”, “Die Tageszeitung”, Der Spiegel o Il Giornale:
– Problemática, autoritaria, camino a una dictadura, amenaza a la democracia, choque entre austeridad neoliberal y democracia popular o efecto de domesticación a largo plazo. Y podría seguir y seguir….
Y aun y con todo ni siquiera son originales. Esta ley sigue el “camino” de leyes como la de jurisdicciones de 1906 (ofensas orales y escritas a la unidad de la patria, la bandera o el ejercito) que acabo con la libertad de expresión, con la de represión de la masonería y el comunismo de 1940(toda propaganda que siembre ideas disolventes contra la religión, la patria, y sus instituciones fundamentales y contra la armonía u orden social será castigada con la supresión de periódicos o entidades que la patrocinasen e incautación de sus bienes) y con la de 1970 (conocida como ley de vagos y maleantes que imponía sanciones punibles para quienes alteraran el orden y el decoro del régimen).
Comparemos esto que acabo de señalar con los elementos que insertan como novedosos en la liberticida ley….
Así este gobierno va a conseguir que una serie hasta ahora retrospectiva como “Cuéntame” acabe convirtiéndose en futurista o de ciencia ficción porque el retroceso de recorte de libertades, y esta vez toca a la de manifestación, asociación, expresión y manifestación nos retrotrae a tiempos sepias, de blanco y negro, y de mucho, mucho gris.
Esta ley no busca protegernos a la ciudadanía sino protegerse ustedes de la misma, y para eso manejan conceptos como el de la “violencia legalmente punible”. Así no les resulta punible que las policías rompan cabezas para disolver de forma indiscriminada una manifestación y si que insulten a quienes golpean sin mesura.
Ustedes con esta ley protegen y dan amparo a los abusos policiales (citar su carácter probatorio para denunciar dándoles veracidad absoluta) mientras criminalizan toda forma de protesta (escraches).
Y esa criminalización la hacen aun cuando la Audiencia de Madrid acabe de resolver que “el escrache es un mecanismo ordinario de participación democrática de la sociedad civil y de expresión del pluralismo”. Cierto que lo mismo el juez que se haya atrevido a señalar esto a estas horas ya esta apartado de la carrera judicial como otros tantos…
En resumen y para ir finalizando esta ley se ajusta a la perfección a lo que en cierta ocasión señalo Antonio Gala cuando decía que “la dictadura se presenta acorazada porque ha de vencer y la democracia se presenta desnuda porque ha de convencer”. Esta ley blinda al poder y bunkeriza a sus instituciones serviles frente a una sociedad, a una mayoría social ciertamente desarmada pero profundamente cargada de razón y de indignación.
Por eso, porque es necesario que no venzan, que no destrocen la vida y el derecho a una vida que merezca la pena de ser vivida es urgente parar esta espiral y echar primero atrás este anteproyecto de ley, después su gobierno y por fin el régimen que sufrimos.
Por todos nosotros y nosotras y casi hasta por ustedes, ya que como parece que la mas grande lección de la historia es que nadie aprende las lecciones de la historia me permito señalarles que relean su historia, la de su patria que tanta pasión le inspira y vean que consecuencias trajo llevar a cabo hace tres siglos medidas de este estilo, que provocaron el Motín de Esquilache:
«quiero y mando que toda la gente civil y de alguna clase, en que se entiende, todos los que viven de sus rentas o haciendas o de salarios de sus empleos o ejercicios honoríficos y otros semejantes y sus domésticos y criados que no traigan librea de las que usan, usen precisamente de capa corta (que al menos les falte una cuarta para llegar al suelo) o de redigot o de peluquín o pelo propio o sombrero de tres picos, de forma que de ningún modo vayan embozados ni oculten el rostro».