Estas últimas semana hemos conocido diferentes informaciones. No solo sobre la falta de viabilidad del TAV sino también sobre la dudosa transparencia de la gestión de dinero público. Sin duda, el viaducto de Zaratamo es el ejemplo más claro de todos.
Recientemente hemos sabido que los 438 metros del viaducto de Zaratamo construidos no servirán para nada. Se han gastado 11 millones de euros, con 3 millones más de sobrecoste, en un puente que nunca se utilizará. Sin duda, algo gravísimo. Ante esta increible situación nos gustaría conocer un dato. ¿Mientras se construía el viaducto de Zaratamo, el Gobierno Vasco conocía los planes de Adif?
Pues yo deseo que no se entere por los periódicos de lo que va a pasar finalmente, como suele ser costumbre en el Estado español, lo de enterarse por los periódicos de lo que se hacía en los tiempos de la acción de gobierno de uno o de una.
Porque lo que parece real es que el viaducto de Zaratamo, esos 438 metros que han costado 11 millones de euros, no van a servir para nada, porque ese viaducto conectaba la necesidad de perforar Malmasín, con un coste muy importante en millones de euros, para poder acceder a Bilbao, por lo que entendían lo que podía ser el acceso natural y que venía avalado o sostenido por el pelotazo inmobiliario que se iba a dar en la playa de vías que iba a dejar libre.
Pero como todo eso se ha caído, porque el pelotazo inmobiliario o la burbuja inmobiliaria ha quebrado, porque Adif se está replanteando los proyectos, se decide hacer a finales del 2011, no del 2001, del 2011, se decide hacer un desvío que llaman provisional, pero que ya algunas fuentes señalan como definitivo, que ya trascurre por otro lado, que no tiene que dragar Malmasin en la forma en lo que tenía que hacer, sino que va aprovechar la red existente de Renfe.
¿Qué significa eso? Pues que ha habido una obra, en concreto ésta, esto, esta oda al cemento, este monumento a la estulticia y a la mala gestión y a la mala praxis en el gasto del dinero público, que se va a mantener ahí de por vida. Y esto es triste, porque yo creo que esto no es sólo el ejemplo más palmario y más doloroso del sobrecoste y de la corruptela que acompaña a muchos de los sobrecostes en la obra pública en el Estado español y que no sabemos hasta qué punto pueda estar salpicando a Euskal Herria a través del Tren de Alta Velocidad.
Es también el ejemplo más claro de lo que significa la ineficacia política, porque han plantado semejante mole de cemente inservible, destrozando parte de nuestro medio ambiente, para nada.
Pero han permitido que se siguiera haciendo para que las empresas se siguieran enriqueciendo. Un presupuesto de 8 millones que se eleva a 11 – sobrecoste notable– para algo que no tenía sentido y se sabía desde hace dos años cuando se estaba construyendo, y sin embargo nadie ha dicho nada.
Por eso le decía que prefiero que usted no tenga que enterarse de estas cosas por los periódicos, me gustaría que me dijera si lo conocía o no lo conocía.
Si acaso que me diga que quizás en un futuro, dentro de unas décadas vaya a tener algún uso, porque eso por lo menos nos permitiría jugar con el tiempo, nos permitiría tener que esperar a saber si dentro de dos décadas usted tenía razón o la teníamos nosotros y nosotras.
Pero no, me dice que todo va como tenía que ir. Yo, si me la acepta y si no pues no, me atrevería a hacerle una sugerencia: Hagan todo lo posible porque salgan a la luz todas las irregularidades que se están detectando en el Tren de Alta Velocidad, háganlo, porque probablemente, de algunas de ellas ustedes no tengan ninguna responsabilidad.
Porque si no lo hacen ustedes, estarán colaborando de la ocultación a la ciudadanía de un despilfarro público mayúsculo, el mayor despilfarro público de dinero público, del de todos y todas, que se está destinando, en este caso, al Tren de Alta Velocidad.
Y mientras esto está pasando, vemos, y lo hemos visto en el debate anterior, cómo nos tenemos que apretar el cinturón para poder cubrir las necesidades de nuestros ciudadanos y ciudadanas.
Y mientras tanto, seguimos generando monumentos como éste. Igual acompañará a la central de Lemoiz…